Días gélidos los de este otoño que se acaba ya. Noches sin nubes, helada segura hasta que el sol funda el manto de escarcha. Ayer a mediodía salí a dar una vuelta hacia la zona rural de esta ciudad de provincias que está pegando a mi domicilio. Para salir hacia el campo abierto se accede por un estrecho pasadizo entre dos huertos aprovechados en la trasera de las casas. Los vecinos de la casa de la esquina decidieron criar gallinas y las dejan sueltas en su huerto aledaño. Acostumbro a pasar como vecina infinidad de veces. Las gallinas crían y tiene pollitos y hay dos gallos, también. Uno es negro y lustroso y el otro es blanquinegro. El gallo blanquinegro es joven. Todas las gallináceas, a pesar de estar acostumbradas a nuestro deambular, corren despavoridas en cuanto pasas a su lado.
Gallito joven atacando a la espera de bolsazo.
¿Dije todas? Todas, no. El gallo blanquinegro te desafía y salta a tu pie con los espolones por delante. Ayer, cuando me lo encontré en el camino echó las patas para adelante atacando mi pie izquierdo como si fuera el niñato de kárate kid adoptando el salto de la grulla. Me atacó la primera vez y volvía a ello así que le arreé un bolsazo al muy gallito. No me hizo herida porque llevaba las botas de gore-tex, pero ostras lo que duelen los espolones del demonio alado aquél.
Hala, ya me he creado un enemigo en el vecindario.
Pues nada, que va la señora esa de Vox tan fan de miccionar lejos del recipiente y se le ocurre lanzar una soflama tuitera contra las luces esas que ponen para adornar las compras compulsivas, en este caso, en la ciudad de Granada. Ciudad que debe estar de moda porque mi anterior y caducada publicación también tenía que ver con aquella bella urbe.
Granada
Resulta que esta, igual que la marquesa argentina, se queja de que el rojerío en función alcaldable se dedica a asustar y frustrar las ilusiones de los tiernos infantes, vástagos de los españoles de bien, esos de fachaleco lucido, pulsera rojigualda y evasión fiscal cuya prole va a colegio concertado de orden religiosa con prelatura personal e inmersión submarina en idioma extranjero. Y va la andoba y pía en el pajarico azul que no lleva a ver a su nene las lucecicas de Granada porque son cruces invertidas ¡Qué afrenta!. Las que hay en Zaragoza que tienen un diseño similar, no, pero ya se sabe que el consistorio zaragozano no es presa del rojerío.
Zaragoza
Ya hay que tener imaginación para ver en esas estrellicas, remedo de las del agua congelada, símbolos satánicos. Esta mujer irá de católica - farisea, como muchos españoles que confunden la devoción con la militancia obcecada y borrega- pero desconoce que a San Pedro lo crucificaron cabeza abajo. Así, una cruz invertida es una cruz de San Pedro y una cruz en aspa, una de San Andrés.
En fin, para según qué gente las navidades significan lucecicas, compras y comer y beber como si no se fuera a resentir la digestión y mezclan símbolos religiosos con elucubraciones mentales salidas de quicio y las cruces de San Pedro se les figuran símbolos satánicos. Lástima que algunos de esta ralea berreen contra el 666 pero se saluden con el 88.
No sé cómo no se le cae la cara de vergüenza a Pablo Casado. No sólo es que pasee sus másters de ficción y represente a un partido político lleno de corruptos, sino que cometa actos sin usar la cabeza, aparentemente. Aparentemente.
¿Juego calculado o ignorancia supina?
Así, Pablo Casado, dice que acudió a una misa el sábado en Granada porque es un católico hipócrita, como la mayoría, típico. Claro, él, ignorante de todo, qué sabía que era 20 de noviembre, si está harto de carcas que le hablan de la guerra del abuelo ese por el que dan la misa y de la fosa de no se quién que se dieron gracias al homenajeado en tal misa. ¿Cómo iba a saber él, con unos certificados de estudios sacados de un huevo kínder, que el 20 de noviembre era el aniversario del sátrapa que se benefició de la victoria de la guerra civil?
Casado vio el ambiente y creía que eran católicos del fútbol
¿O quizá no tanto y estaba calculado? ¿Y si, en el fondo, es un guiño a todos esos peperos que se quitan la careta de "constitucionalistas" y se largan a vox sin sonrojo? ¿Y si Casado calculó que un pequeño escándalo le reportaría votos de peperos de extrema (Derecha lo tenemos claro)?
Sea como fuere, calculado o presa de la ignorancia habitual, es una vergüenza que un político que vive del sistema democrático, que no es perfecto pero concede ciertas garantías, se codee con los fascistas y sea incapaz de manifestar públicamente su rechazo total a esta forma parásita de entender la vida. Pero, claro, con el currículum del andoba y la falta de vergüenza que te regalan a la par que te expiden el carnet de pepero, no me extraña nada.
No sé a qué mente retorcida se le ocurrió que era una buena idea hacer cursos de formación en línea para currelas de la empresa que lo hacen de manera "voluntaria" (Ja) para conocer más a fondo la cantidad de tonterías que no vamos a tocar jamás en nuestros puestos de auxiliares administrativos, si es que auxiliamos a alguien. Aún no conozco a la administrativa a la que he de auxiliar o llevarle el café o hacerle las fotocopias.
Total que alguien monta una empresa de formación que da titulitos de esos que podrían salir en los huevos Kínder y te apuntas para leer la pantallita, en mi caso, sin ganas, lo cual te obliga a tener un terminal informático en tu domicilio, porque no me imagino a nadie contestando chorradas tipo test mientras atiendes al público para saber si has asimilado los conocimientos que te brindan en maqueadas ciberventanitas.
Así pierdes tu tiempo libre, porque no puede ser el de tu tiempo en el que te alquilas a tu patrón que te paga, intentando adquirir conocimiento de pavadas que no te interesan y, encima, tienes que asistir a los días de sesión telepresencial, porque debe haber gente a la que le sobra el tiempo, que a mí, no.
Más que formación on line, lo considero un nuevo método entre el chantaje y el mobbing.
Debido a la pandemia tuvo que aplazarse la beatificación de tres capuchinos catalanes que fueron asesinados el verano del inicio de la maldita guerra del 36. Los tres capuchinos profesaban en esta miniciudad y este fin de semana se anuncian los fastos religiosos de subida a los altares de estos tres mártires, que nadie duda de que lo son y para más información, aquí mismo, sobre estas letras.
Que la iglesia quiera hacer santos a fusilados no es lo feo. Lo feo es que esta iglesia no haga todo lo posible por limpiar el nombre de tantos cristianos, porque los hubo, que murieron igual de mártires e igual de asesinados que los que han de llevar palma. Eso es lo feo y lo que hace despreciable a la iglesia.
Si la iglesia no tuviera el peso que tiene en el estado, con lo que cobra del estado, me parece inconcebible que ese sector conservador que va de buen cristiano organice fastos como los que se han de celebrar este domingo y proclame con fanfarronería que no piensa mover un dedo para acatar la ley de la memoria histórica. Para qué van a mover un dedo, si lo suyo es levantar el brazo a la romana
Hoy es 28 de octubre, San Simón y San Judas, Tadeo, no Iscariote, que el pobre, por un arrebato se llevó el odio de media humanidad y además cargó con la mala conciencia que le llevó al suicidio, pecado mortal (Eso tiene gracia) para los católicos que, desde tiempo inmemorial enterraban fuera de sagrado a quien se hubiera visto impelido a actuar como Iscariote.
Pero volvamos al día de hoy. El otoño bien instalado. En este día de los santos Simón y Judas, no el enemigo número uno. Este 28 de octubre Xabier Lete popularizó un tema que decía claramente que tal día como hoy "se fue el verano y llegó el invierno. Si no viniera, mejor, porque somos pobres en este duro entorno", por la climatología, se entiende.
Interior, día. Oficina llena de oficinistas. Se oye un incesante tecleo, teléfonos sonando y murmullo de voces aburridas. Una oficinista treintañera compuesta y repeinada está amorrada a la pantalla de su ordenador cuando una alarma de móvil la avisa. Lo mira y piensa:
-" Aviso de "Segursa". Intruso en la puerta. Qué bien estos de segursa que avisan gracias a su instalación de cámaras conectadas a mi móvil. Así puedo ver quién se acerca a mi casa".
Mira el móvil y en su pantalla aparece un individuo con una gorra que le tapa los ojos. Saluda a la cámara sin dejarse ver la cara y a continuación abre la puerta. La oficinista se levanta de un salto porque acaba de ver gracias a "segursa" cómo entran en su casa.
"Segursa" te ofrece cámaras de vigilancia para cuando la policía ha llegado a la casa el desvalijador ha tenido tiempo hasta de opositar a notarías.
Te retransmiten el allanamiento on line.
Inspirada en las insoportables cuñas publicitarias de cierta empresa de seguridad que no sabe cómo meter más miedo para vender más. Por cierto, trabajé en instalaciones donde esos "protegían" y nos robaron infinidad de veces sin que su eficacia sirviera para algo.
Harrrrrta de esa empresa y esas cuñas publicitarias.
El otro día se falló el premio Planeta. Un millonazo para la ganadora...¿O son los ganadores? Y ahí está la polémica de un premio que parece que estén dando los Óscar. La misteriosa mujer que había escrito tres novelas policíacas sobre la inspectora Elena Blanco, una niña bien que se dedica a beber grappa, cantar por Mina y tirarse a conductores de todo terrenos en oscuros párkings como penitencia por la pérdida de su hijo y posterior destrucción de su matrimonio.
¿Qué se celebra, el Planeta o los Óscar?
Ya me parecía a mí raro que una mujer con este estilo de vida fuera producto de la mente de una misteriosa señora de mediana edad con un anodino curro meramente alimenticio. Tres historias tan escabrosas no parecían producto de una mujer. No porque no sea capaz de crearla, sino porque el discurso de una mujer no suele tirar por ese lado, hablando siempre con las estadísticas en la mano y con el cálculo de probabilidades en la mente. Además, leyendo las salvajadas escritas en, sobre todo, su tercera obra, cuesta creer que una mujer sea capaz de escribir sobre ciertos temas tan desagradables. Claro, si lo publicaba un hombre sería mirado con lupa, pero si era una mujer...Eso ya me cabrea un poco, la verdad.
Y se descubrió el pastel. Tres varones detrás de una fémina porque ya se sabe que, volviendo a la estadística, la mayoría del público lector es mujer. Las mujeres leen. Las mujeres compran libros. Ojo, que parece que la literatura meramente femenina sea más intimista. No estoy diciendo nada de eso.
Los seudónimos en masculino los utilizaban las escritoras para que sus obras no fueran menospreciadas. Desde George Sand y Fernán Caballero a Víctor Català. Todas escribían con nombre de varón para no convertirse en invisibles fruto del menosprecio masculino. Había quien escribía y su marido se agenciaba la autoría, como María Lejárraga, cuyo esposo, Gregorio Martínez Sierra, firmaba sus obras y las cobraba. Ahora ha dado la vuelta y parece que ocurra al revés, aunque no se puede comparar. Los hombres no han sufrido censuras ni menosprecios pero ahora quizá no vendan tanto porque quien compra es mujer y hay que usar otras estrategias de venta. Es pura y llanamente capitalismo en la cultura. Ventas. La literatura también se vende al mejor postor, por eso venden más algunos periodistas que salen en la tele que nuevos novelistas desconocidos cuyos relatos no pasan el corte porque, aunque sea de calidad, quizá no sea buena inversión y no de pasta.
Dejando las campañas de ventas aparte, el libro ganador del premio Planeta de la tal Carmen Mola, desconozco de qué va y, de momento, voy a seguir ignorándolo. Dicen que va a sacar una cuarta novela de la inspectora Elena Blanco ¿Pero no había dejado la policía? En fin, cosas de lo que nos ponen las editoriales para consumir a lo bestia.
Estaba leyendo un libro sobre el franquismo impenitente que jamás marchó, concretamente, un capítulo sobre altos cargos del "movimiento" y las puertas giratorias por las que ronda(ba)n, convirtiendo el movimiento en una movida tocha por la cual toda aquella gentuza aprovechó su paso alegre de la paz sobre las cunetas para lucrarse a manos llenas e instaurar sagas longevas de familias poderosas y empresas beneficiadas de la prevaricación, la corrupción y el "usted no sabe con quién está hablando", y, como es lógico, aparecían nombres de ministros y próceres de la época y su estrategia camaleónica entorno a los años de la mal llamada transición. Hablaba de ministros de economía, industria y hasta de gobernación que acababan en consejos de administración de energéticas y, sobre todo bancos. Muchos bancos y mucho alto cargo que se llevaba unos sueldos por todo lo alto sin necesidad de deslomarse durante duras jornadas laborales.
Así aparecía un ministro de industria del tardofranquismo, metido en energéticas que acabó en el consejo de administración de un banco, hoy día fagocitado por el Santander, sustituyendo a otro ministro que tuvo la mala suerte de tomar un avión de Iberia que acabó estrellándose en una montaña vizcaína. Mientras leía la ascendencia curricular de los exministros "movimienteros" echaba mano del google para tomar referencia de aquél accidente aéreo. Una cosa llevó a la otra y acabé siguiendo una lista de los accidentes aeronáuticos más serios ocurridos en España, como el del aeropuerto de Los Rodeos en el que una colisión mató a medio millar de personas.
Uno de los accidentes, concretamente el del vuelo de la colombiana Avianca, acabó con la vida de 181 personas en noviembre de 1983. Una de ellas era una escritora colombiana llamada Marta Traba. La curiosidad me ha llevado a visitar su entrada de la wikipedia y he aquí mi sorpresa. Esta famosa página afirma que a escritora nació en 2003 y murió en 1983. es decir, que murió a los -20 años, lo cual es maravilloso. Además esta página afirma que lleva en activo desde 2021 hasta la actualidad, lo cual es todo un carrerón, de, al menos 10 meses.
Sí, ya sé que la wikipedia la puede tocar mucha gente y que siempre hay algún gracioso que se dedica a meter morcillas. Aún recuerdo la entrada de Emmanuel Macron, presidente de Francia, en la cual el pie de su foto decía "voy a pgepagag una cena de picoteo", pero lo de vivir para atrás sólo lo han conseguido los que nacieron antes de Cristo, por esa manía tan nuestra de cuantificar todo desde "nuestra era" y los personajes de "cuatro corazones con freno y marcha atrás" de Jardiel Poncela.
Mi ciudad, en la que ya no vivo, acaba de concluir su festival de cine, zinemaldia, o esa semejanza a la onomatopeya propia de aspiraciones nasales que son sus siglas SSIFF, porque todo hay que traducirlo a la lengua del imperio (San Sebastian International Film Festival) para demostrar lo catetos que somos, no como en Berlín, Cannes o Venecia, que usan sus propios idiomas. Y, como colofón de tal fiesta del cine, el ayuntamiento donostiarra ha decidido, después de muchos años de controversia, tirar el edificio que alberga uno de los cines en pie más antiguos del estado: El Bellas Artes, erigido en 1914 en pleno ensanche Goikoa.
Todo por la pasta.
Recuerdo haber ido a este cine con mis tías que nos metieron a un montón de sobrinos en un 600 y nos llevaron a ver "el libro de la selva". Era tan pequeña que lo recuerdo muy vagamente. Sí recuerdo, en cambio, haber ido a ver, poco antes de su cierre, un festival de pelis de "Mortadelo y Filemón". Poco después cerró y sirvió durante una época como local de ensayo del Orfeón Donostiarra y de la Sinfónica de Euskadi, porque es un teatro enorme.
Las Reparadoras vendieron el convento en pleno centro y ahora se llama "Convent Garden". Pfff.
Pero Donostia, en esa fiebre por tener hoteles de todas las cadenas, ahora que ya casi no quedan conventos ni colegios por reformar para el negocio hostelero ya que el de Santa Teresa, las Reparadoras, las Siervas de María, la Compañía de María o la ikastola de los claretianos, Miren Bihotza (Corazón de María), han acabado vendiéndose para que pernocten los turistas, vuelven al viejo sueño olvidado de convertir el céntrico Bellas Artes en un apartahotel de lujo. Volviendo al monopoly de inmuebles de las congregaciones católicas convertibles en negocio del turisteo, hasta el señor obispo ha vendido un par de edificios de la diócesis para tales menesteres alegando falta de dinero para las iglesias de su rebaño, cosa que da mala espina, que no santa de la corona de Cristo.
Miren Bihotza, un colegio de curas en la esquina de la playa de la Zurriola. ¿Dónde ensayará ahora mi tamborrada?
Cuando vuelvo por casa, sin llega a ser una turista del todo, me da pena encontrarme con una ciudad cada vez más desconocida e impersonal, hecha para el turismo de masa. Todo es escaparate. Los que viven en la ciudad cada vez lo tienen más difícil para vivir allí. Furia constructora de hoteles, pintxos de prefabricación en nave industrial de polígono. ¿Morirá de éxito la ciudad y matará a sus ciudadanos en el intento con el beneplácito del consistorio?
Gentrificación, escaparate para foráneos, y negocios en el que los locales creen ganar mucho, pero la gran tajada se la llevan esos inversores que no conocen la ciudad ni en foto. Prefieren construir para meter muchos turistas y el ayuntamiento concede, después de varias décadas el derribo del Bellas Artes.
Hay días que el destino no tiene otro pasatiempo con el que entretenerse y se dedica a fastidiarte sin misericordia. Esta noche no te apetecía nada ir de cena, una cena de esas que son más un compromiso que un placer, pero no te quedaba otra. Resignación cristiana, pequeña pecadora. Con lo bien que ibas a estar leyendo tumbada en un sofá o paseando contemplando la furia del océano, o rascándote el ombligo, pero a tu gusto. Y sin embargo hoy era el día, o peor, la noche en que debías asistir a esa cena con esa gente que no te aportaba nada. Ni bueno ni malo, nada en absoluto.
Con la mayoría de los comensales el trato era cordial, pero con esa insalvable distancia que no se les impone a las verdaderas amistades. Hasta pasas por ser una hábil y simpática conversadora con todo el mundo, menos con ella. Ella, la estirada, la que destroza los dinteles de las puertas porque su ego la eleva por encima de los demás. La que te mira con desdén y tuerce el morro cada vez que te ve. La marquesa de los altos humos que, encima, para acabarlo de arreglar se planta en la mesa justo enfrente. Es como la esfinge que observa y todo lo censura. Intentas hacer lo de siempre, ignorarla. Ignorar su tono engolado, sus aires de superioridad, sus gestos cortantes y su lengua de víbora. No te soporta. No la soportas.
Llegan los platos. Al menos, la comida es buena. Hay una salsa de boletus que merece la pena degustar. Así que te decides a mojar el pan y saborearlo con fruición. Entonces la marquesa del remilgo te mira con desdén y deja caer un comentario dirigido a ti: "Es de mala educación rebañar el plato". La miras y te diriges a ella: "¿Tú no has cocinado en tu vida, verdad? ¿Sabes el tiempo que lleva hacer esta salsa, dejar rehogar las setas, dejar que se consuma el chorro de vino blanco, que la nata no llegue a hervir y que se reduzca? ¿A que no lo sabes? Pues lo que es una falta de educación y hasta de sentido común es despreciar esta deliciosa salsa que le ha costado tanto a quien la hizo. Tirar la comida mientras la gente se muere de hambre sólo porque a unos moñas de meñique rígido les parece más fino NO COMER. Y ahora, si no te importa y no le molesta al palo que tienes metido en el culo, seguiré mojando pan hasta que me canse".
La marquesa fiscalizadora abrió los ojos como platos limpios sin salsa que rebañar, cerró su boca desdeñosa y en la tuya el pan con salsa sabía aún mejor que antes.
Vuelvo a abundar en un tema que, desgraciadamente, se está convirtiendo en algo habitual y es que hay gentuza que no respeta a sus iguales. Algunos energúmenos deciden que, si bien todos somos iguales, algunos son más iguales que otros y acaban considerando, cual horda de salvajes, que hay gente a la que se puede agredir. A pesar de vivir en una sociedad morigeradamente civilizada que comprende lo que son los derechos y las obligaciones hay gentuza, porque no se puede llamar de otra manera, que no tolera. ¡Ojo! Ellos no toleran, como si ellos tuvieran un medidor de actos marca Acme, que algunos puedan ejercer sus derechos.
Intolerante decidiendo en el prójimo qué está bien y qué mal.
Ese mismo fin de semana, un valeroso octeto de malnacidos agredió a un sólo joven y se atrevió a la brava escritura sobre la nalga de la víctima . La palabra escogida para torturar al joven es una que a los aguerridos abusones en manada les parece denigrante y ofensiva, por eso lo marcaron. No toleran la normalización de formas de ser diferentes a las convencionales y eso les parece amenazante. Quizá deberían hacérselo mirar, no sea que sea un rechazo de su propia y escondida homosexualidad.
Luego se quejan de que los chavales que montan algaradas postbotellón y se lamentan de la falta de valores. A ver si nos enteramos que la falta de valores no solo ha hecho crisis en la juventud. A ver si nos enteramos que sus mayores también adolecemos de ella.
Ya lo dijo el alcalde de Madrid alto y claro en plena campaña electoral. Quizá no filtró lo suficiente para no asustar a los electores de fino sentimiento demócrata, pero es lo que piensa. Lo piensa él y su entorno desde hace generaciones. Desde que impusieron la Victoria en abril de hace más de ochenta años.
No es de extrañar, pues, que hayan decidido devolver, implicando acepciones arrojadizas del término, el nombre de una calle al general Millán Astray, violento militar africanista y creador de la legión. Decidieron quitar el nombre del la maestra Justa Freire, la cual, por el hecho de serlo, seguro que hizo más por la humanidad que aquél que glorificaba la muerte, sobre todo si era la ajena, eso sí, bajo la legalidad zafia e hipócrita del casus belli.
No es de extrañar que la derecha española, camuflada bajo un disfraz de borrego democrático que deja a la vista la patita de lobo, o directamente, la que se ha despojado, harta de fingir, de ese camuflaje que le ha servido en los años de la mal llamada transición para hacer gala sin vergüenza alguna de ese fascismo infecto, se haya dedicado a intentar deshacer la ley de la memoria histórica. Así tenemos en la memoria al máster del todo a cien despotricando sobre la guerra del abuelo de la que dice aburrirse, pero a la que se aferra corporativamente para seguir conservando sus privilegios logrados en pasadas generaciones.
Aunque, claro, no son los únicos ya que la mal llamada transición, insisto, instauró una izquierda traidora que se llenó de arribistas con carnet nuevo venidos de ideologías neoliberales que se decían socialistas o "eurosocialistas", que vestía más. Estos engañaron a la ciudadanía desposeída de sentido crítico durante años. Un éxito más de sus políticas educativas, hay que decir. Así teníamos "sociatas" privatizadores que se plegaban al capital y que posponían exoneraciones a los vencidos de la guerra. No es de extrañar que este tipo de "sociatas" de boquilla soltaran algunas estupideces que sin ser las mismas soflamas hediondas que los vástagos del movimiento, sí que defraudan porque, en el fondo lo que quieren es que todo el mundo olvide, para ganar ellos, claro.
Y así seguimos casi noventa años después sin haber resuelto el conflicto, porque, aunque pasen los años y unos hubieran sido eliminados violentamente, sus ideas siguen existiendo y el deseo homicida de rellenar cunetas de los otros aún no se haya saciado en sus descendientes que siguen creyendo en que todo les pertenece, incluso las vidas de aquellos a los que odian y desean hacer olvidar a todos.
Hace años que los blogs están de capa caída, pero a pesar de las escasas publicaciones que se dilatan en el tiempo no lo he de cambiar por el tik-tok. Es más, tampoco tendría tiempo para hacer chorradas de cara a la galería on line. ¿Qué decir? He vuelto de unas cortas vacaciones y al aproximarme a mi lugar de trabajo he vuelto a tener la misma sensación que se repite cada vez que cruzo la calle.
El ayuntamiento de esta minúscula ciudad tuvo la idea de poner luces en un paso de cebra que se conectan mediante un sensor. Es poner un pie en la calzada y se encienden cuadradas parcelas del paso para peatones. Y yo no lo puedo evitar, cada vez que se encienden los cuadraditos del pavimento a mi paso me acuerdo de Michael Jackson cantando "Billy Jean" y cómo sus característicos pasitos iban encendiéndose con cada uno de ellos.
No es que el estilo de Michael Jackson me guste especialmente. Diría que su música me era totalmente indiferente. Estar rodeado de músicos, agentes de ventas y cansinos programadores de la radiodifusión mundial lo hicieron, probablemente, más famoso de lo que hubiera merecido, pero, quizá por ese hartazgo, ese empacho de lo que es la música pop hace que nos venga a la memoria. Y es que con los videoclips y las cadenas que se pasaban las 24 horas emitiéndolos, es fácil que, por repetición, no recordemos más que esas estupideces, música aparte.
Otro día hablaremos de la letra de Billy Jean, esa en que el cantante jura que no es el padre del bebé de quién da título al temita de marras, y es que la paternidad irresponsable no afectaba a la hora de cantar temas pop.
Ha habido una polémica sobre las mujeres humoristas y algunos desafortunados comentarios de cierta gente. No es que vaya a hacer un profundo análisis sobre el tema, más que nada porque casi no tengo tiempo ni para escribir cuatro cosillas en el blog, pero quiero hacer una reflexión sobre la capacidad auditiva de gran parte de la mitad de la población mundial.
A las mujeres se las ignora por sistema patriarcal. A las mujeres no se les suponía capacidad de aprendizaje académico y por eso no estudiaban en el mundo occidental ya que en algunos otros lugares aún no tienen permiso masculino para hacerlo. Ahora a nadie se le ocurre que las mujeres no tengan capacidad para leer, escribir o ser profesionales en su terreno. En el caso del humor es igual. A los hombres, desde niños, se les miente diciéndoles que las chicas sólo hablan de temas banales como maquillajes, vestiditos y cosas por el estilo. Así crecen ignorándolas. Esta ignorancia programada hace que no adviertan la cantidad de chicas divertidas con talento para la comicidad que ha de quedar relegada al uso íntimo porque las mujeres no tienen fama de cómicas. Y así nos quedamos tan felices "porque es así de manera natural". Y quien habla del gracejo y la vis cómica habla de cualquier otro campo donde las mujeres han peleado para ser reconocidas como iguales.
Y llegan las opiniones de cómicos, varones, por supuesto, como Florentino Fernández que se atreve a decir cosas como que en la comedia "si hay menos mujeres, no es cuestión de sexo sino de talento". Y con ese pronunciamiento sí que lo convierte en una cuestión de sexo. Pero, claro, si gente como Florentino Fernández no ha escuchado nunca a ninguna mujer porque, en el fondo, le da igual lo que ellas digan ni va a encontrar talento ni críticas a su desafortunado comentario.
Hay muchísimas mujeres, y todas conocemos a alguna, que tienen una gran vis cómica, algunas, incluso, intentan ganarse la vida con ello, claro que, si la percepción de una gran parte de la mitad de la población mundial nunca las ha escuchado en nada de lo que digan, para ellos no tendrán talento porque ni las conocen, ni las escuchan ni se quieren acostumbrar a ello.
Vivimos en una calle tranquila llena de grandes almeces que dan cobijo a numerosas aves. Por las mañanas, cuando amanece, el jolgorio de las copas de los árboles es casi ensordecedor. Los tejados tambien tienen su vecindario aviar, principalmente gorriones, mirlos y golondrinas. También se ve mucha torcaz, sobre todo, tórtola.
Polluelo de mirlo, la víctima.
De vez en cuando cae por la zona algún falcónido y con mucha más frecuencia se deja escuchar el gorjeo casi metálico de las urracas. Estas son bastante pendencieras y las he visto asaltar nidos de pájaros para comerse los polluelos. El domingo pasado mi pareja me tomó de la mano y me hizo salir a la terraza. Enseguida comprendí por qué. A mi pareja le da bastante impresión encontrarse bichos muertos y eso que nuestra calle frecuentemente presenta pollitos caídos del nido espachurrados contra el pavimento, pero es que lo que había en la terraza era un polluelo fiambre con un picotazo enorme en su cuerpecillo desplumado.
Nos estamos acostumbrando a ver violencia en las calles y eso, como no puede ser de otra manera, es malo. Hay gentuza que no tolera que colectivos para ellos despreciables tengan el derecho a normalizar sus vidas. Y ha ocurrido, desgraciadamente, lo que tarde o temprano había de pasar.
Esa gentuza que cree que apaleando, hasta la muerte, a alguien sólo porque se siente atraído por las personas de su mismo sexo, van a conseguir algo positivo, es la misma que niega que las mujeres sufran violencia de género. Quizá se sienten amenazados porque los objetivos de sus palizas puedan ampararse en sus derechos y no lo entienden.
Me da la triste sensación de que esto va a ir a más. Las agresiones fascistas van a recrudecerse porque están en un momento eufórico y eso hace que esas hordas sin cerebro actúen por instinto animal, sin pensar en las consecuencias.
Para abundar en el tema, no sólo se dan agresiones homófobas o misóginas, también las hay por ese odio imperialista a los idiomas apegados a su región geográfica. El otro día unos cuantos energúmenos dieron una paliza a un vecino de Donibane Lohitzune sólo porque utilizó el idioma del lugar. Me parece una barbaridad que alguien te agreda por hablar en otro idioma en tu propia casa obviando el hecho de que el idioma impuesto , muchas veces, con violencia, es el idioma del agresor, cosa que al señor Antonio Esquina no le suena de nada.
Las hordas de fascistas violentas nos van a amargar las próximas temporadas.
No es que sea una cocinillas pero me defiendo. Supongo que algo de afición le tengo porque mi madre me enseñó a cocinar, aunque, ciertamente, jamás fue candidata a ganar el premio a la mejor pedagoga. A mi madre le gustaba la repostería y sobre eso me enseñó con algo de paciencia, cosa que de la que no andaba sobrada.
Pues bien, decidida a acabar con cosas que hay por los armarios y que no nos apetece comer, como por ejemplo las neulas de los lotes de navidad y un tarro de queso crema que se compró con otras intenciones culinarias que lleva cuatro meses en la nevera, uno de ellos, caducado, el sábado acabé montando un pastel de queso con masa de neulas, unas almendras marconas perdidas en una bolsa zip y algo de mantequilla. Las neulas y las pocas almendras trituradas ya eran sobrantes de la semana pasada del experimento para acabar con las tabletas de chocolate que se han quedado blanquecinas por culpa del calor. Este también fue otro postre que consistía en deshacer el chocolate en el microondas, verter parte de las neulas y convertirlas en roquitas. Como había más neula molida que chocolate, usé el sobrante para la tarta de queso.
A la tarrina de queso sin abrir pero caducada hace un mes le añadí nata de cocinar y medio sobre de gelatina en polvo. Repartí el queso sobre la base de galleta y lo metí al frigo. Más tarde, vacié el bote demediado de mermelada de fresa que vivía en la repisa de la nevera desafiando triunfante al moho, lo calenté y le añadí el otro medio sobre de gelatina diluido en dos dedos de agua. Repartí la mermelada sobre la capa de queso frío y ya solidificado y devolví la tartera al refrigerador.
La base de galletas maría está mucho mejor que la de neulas, pero, por lo menos, estas ya se han acabado. La tarta estaba bastante buena, y, para haberla hecho a ojo, difícil será que me quede tan aparente.
A veces, sin poder evitarlo, llegan a mis oídos temas de reguetón. La gente joven se pirra por ese estilo musical que, como boomer viejuna, no entiendo. Claro que lo mismo decían mis mayores del punk de mi adolescencia.
La chavalada escucha a Camilo, Dady Yankee, Nicky Jam, que son los únicos nombres que conozco con canción añadida, y después de oírlos pienso que muchos de estos cantantes no son nada sin el autotune. Ojo, quizá no precisamente estos, pero, de fondo, cuando oigo a más de un reguetonero me suena de fondo el eco falso del afinador digital.
Sonido portorriqueño.
Vuelvo a repetir que mis mayores torcían el morro ante el sonido desagradable del punk de mi juventud, porque el punk era un grito desagradable. Esa era su esencia. Pero el reguetón (Y no, no voy a llamarlo reggaeton, que bastante deformado está ya el idioma en el que se expresan) no surgió como un grito protesta, o, al menos esa pinta es la que hace, ya que parece música consumible y desechable.
Los mensajes que mandan en sus temas no me hacen albergar grandes esperanzas para el afianzamiento de los postulados del igualitarismo en detrimento del machismo. Sí que he encontrado en ese Camilo de los bigote dalinianos un nivel de rima propio de los tiempos de Mecano con ese martillo para destrozarla. Ese rimar "rico" con "rico", y, sobre todo "orgullo" con "tuyo" hace que cada vez que canta el estribillo llore un vate...de béisbol. Llega a la bajura de Mecano rimando "payo" con "callo".
Y, encima, no me dejan quejarme en mi casa porque consideran que soy cruel burlándome del "nivelazo" del joven del bigote daliniano. ¿Burlarme, yo? Si él se está riendo con los bolsillos llenos de pasta. En fin, cosas de los tiempos. Supongo que de aquí a veinte o treinta años, el negocio musical habrá encumbrado a todos estos intérpretes del autotune como se hizo anteriormente con los grandes divos del rock.
A la hora de la siesta la tele echaba "The Hurricane", la dura historia de Rubin Carter, el boxeador que se tiró veinte años enjaulado por pura maldad racista e institucionalizada. Claro que a nosotros nos llega la versión edulcorada protagonizada por el guapete de Denzel Washington, donde todo sale bien felizmente y pocos se paran a pensar que el cine suele ser maquillador de la fea verdad.
La gente que ve pelis de injusticia manifiesta como esta pueden pensar que eso son cosas que aquí no suceden. Si "no suceden" es porque ya se encargan de que no se sepa. Para empezar la justicia no es igual para todos, cosa que ya sabemos. Cuanto más pobre eres y menos recursos tienes, las probabilidades de jamar maco aumentan de manera exponencial. Si tienes pasta para un buen bufete de abogados y buenas relaciones para influir en el tribunal y caer bien a la prensa, todo irá mejor.
Hace poco presté un libro sobre el caso Altsasu que ha ido rulando por unos cuantos ojos ávidos de conocer otras versiones y recordé un par de frases que me habían inquietado. En un capítulo en que algunos padres contaban el desarrollo de la vida carcelaria de sus hijos, una de las madres explica que su hijo a algunos compañeros presos "[...]les escribe cartas. A mí me tiene frita con el teléfono: "Ama, llama a este, llama a este otro". Yo no sé si quienes son ni nada. Marco el número y tengo que decir a alguien que meta dinero en el teléfono de nosequién. Porque, en la cárcel, si te quedas sin dinero no puedes llamar para que te metan más. Fíjate cómo funcionan. No sabes ni la de teléfonos que tengo ya grabados en el móvil del módulo dichoso. Hay gente que sigue en prisión con la condena cumplida solo porque fuera no tiene a nadie y nadie se preocupa por él". (pp124-125)
A mí esta última frase me impactó de tal manera la primera vez que la leí, que no me la pude quitar de la cabeza. Los funcionarios de instituciones penitenciarias, por lo visto, no tienen al día su trabajo y a nadie le importa lo que pase con gente que quizá debiera estar ya en la calle.
El sistema, además, sólo puede ir a peor, tal y como están las cosas en este mundo canalla y desquiciado. ¡Y lo que no sabemos!
Hoy es San Antonio de Padua. No, no es que esté atenta al santoral católico, es que a partir de esta fecha mi juventud se regía por las fiestas de las localidades de alrededor, y justo, en Buenavista, que es un pequeño barrio sobre el puerto de Pasaia (Gipuzkoa), las fiestas eran por el día de este santo portugués. No, no era de Padua, Italia. Tampoco era italiano San Antonio abad, ya que era egipcio. Lo curioso es que de San Antonio a San Antonio hay seis meses. Pero no voy a hablar de santos sino de algo que me pasó hace unos años tal día como hoy.
Por aquél entonces hacía labores como administrativa de una unidad de cuidados intensivos. Una de mis tareas era comprobar que no faltaran pegatinas de identificación en las bandejas de los pacientes que están a la entrada de los boxes, cosa que con el coronavirus ha cambiado drásticamente. Si el paciente estaba aislado por tener algo contagioso, obviamente, se dejaba fuera.
Chssst! Ni digas "bon dia".
Repartir etiquetas por los boxes era lo primero que hacía, por si había que enviar muestras. Llego a un box, el paciente, un señor mayor, me mira, le devuelvo la mirada y le digo bon dia y me voy al siguiente box. No he dado ni tres pasos cuando empieza a pitar todo y oigo a una de las enfermeras veteranas. "Parada". Se refería a una parada cardíaca. El señor que me había mirado acababa de morir. Tuve un rato muy malo. Se me murió prácticamente delante de mis narices y lo último que escuchó fue mi voz diciendo "bon dia".
Me impresionó mucho. Le deseé un buen día a alguien que, acto seguido, dejó de respirar para siempre. La enfermera veterana me explicó que la defunción de aquél paciente era de prever desde hacía horas. Esta ha sido una de las experiencias más inconcebibles que he padecido nunca.
Érase una vez una tierra tan miserable que competía en mezquindad con el resto del planeta. El planeta lo habitaban unos seres egoístas y caprichosos que se dedicaban a robarse y atropellarse unos a otros. Poco a poco el sistema de enriquecimiento de unos pocos frente a la pobreza de la mayoría se impuso.
Este sistema de enriquecimiento y adueñamiento de bienes de unos pocos frente a la mayoría no saciaba la sed de riqueza de los privilegiados. Para que no fallara su sistema, además, habían establecido poderes y funciones a pobres algo mejor situados que el resto de sus iguales para que siempre dieran la razón a los ricos. A los pobres designados para el control del sistema se los llamaba funcionarios y eran los encargados de impartir una justicia favorecedora a los privilegiados dueños de una sed insaciable de riqueza.
En aquella tierra tan miserable de aquél planeta poblado de mezquinos, los pobres cada vez sentían más peso sobre sus maltrechas espaldas. Ya no bastaba tener un trabajo asalariado estable para subsistir. La sed de riqueza de esos pocos, infinita en un mundo finito, y la distribución de la riqueza administrada por el funcionariado cada vez hacía más pesada la contribución del pobre para subsistir porque se imponían leyes y criterios absurdos ornamentados de razones que no eran más que meras excusas, perpetradas por esos funcionarios con ganas de querer agradar a los ricos medrando en su intento por acercarse a ellos.
Promulgaban leyes impositivas ligeras para los ricos y muy pesadas para los pobres. Además, el funcionariado permitía que las fuentes de riqueza de los ricos impusieran normas ridículas a los pobres sin importarles nada en absoluto lo injusta de la situación. Así se imponían horarios inconcebibles para el uso de fuentes de energía sólo para que esta fuera usada a capricho de los que mandan. Imponiendo tarifas y horarios vergonzosos con la aquiescencia de los funcionarios que sólo deseaban agradar a su amo.
Cada vez los pobres lo tenían más difícil porque debían costear la sed de riqueza de los poderosos, tanto es así que muchos desesperados empezaban a maquinar acciones contra los poderosos y el funcionariado que los amparaba. De seguir así, aquella sed iba a terminar con el derramamiento de líquidos vitales ante la creciente desesperación de los depauperados.
Las lluvias primaverales de hace una semana y el sol efervescente de mayo hace que los espárragos trigueros broten con alegría por los campos bagencos (Gentilicio de la comarca del Bages). En mi lugar de origen no se dan estos espárragos. Al menos, yo jamás encontré uno con anterioridad y, sin embargo, el sábado pasado pude hacerme, sin mucho esfuerzo, con un puñado de estos.
Foto prestada de internet. Yo salí a pasear sin móvil. Sólo con mascarilla.
Tiene su gracia ir "de caza" esparraguera, aunque tampoco es que tuviera toda la intención. Encontré un par de ellos y luego fui aguzando la vista hasta conseguir un puñado. Encontré, incluso, algún espárrago a punto de florecer y lo dejé intacto para que eche sus flores, y sus consabidos frutos.
Por la noche, para cenar, revueltos con huevos y jamón, son toda una delicia.
Llevo trece años, que se dice pronto, escribiendo, muy a gusto, por otra parte, en este blog pero quizá haya llegado la hora de dejar de hacerlo y no es algo motu proprio, con sendas erres en cada sílaba de esta segunda palabra. Mi problema es con Blogger o con el estulto que currela borrando todo lo que le parece mal de una manera arbitraria y pueblerina.
Blogger decidió el sábado de madrugada enviarme dos correos electrónicos diciendo que suprimía dos artículos míos basándose en su normativa más hipócrita que otra cosa. Teniendo en cuenta que el artículo más apreciado de los dos que me ha desaparecido no contenía ningún enlace malicioso, cosa a la que se agarraban para justificar la supresión de mis escritos, ya que era un texto sobre la boda de mis cuñados, no se podía justificar una bosta expelida por el cerebro del censor de guardia de Blogger.
Blogger da la bendición urbi et orbi.
En el artículo explicaba que, como pareja estable aún por matrimoniar, la mía era la única que había en la celebración y que los obsequiosos novios nos regalaron una figurita de dos novias al grito familiar unánime "¡Que se besen, que se besen!" De hecho, este era el título del artículo. Quizá el censor, o censora, de guardia de Blogger se asustó, a estas alturas de la vida, de que luciera en el post la imagen de dos novias. No los puedo acusar de homófobos porque me faltan pruebas, pero no me extrañaría ni un pelo que el motivo por el cual se han cepillado mi artículo sea por esto. Me gustaría conocer, y lo digo en serio, al machaca que se ha cargado mis artículos, porque, aunque lo anuncien en plural corporativo, seguro que ha sido un censor de contenidos con más prejuicios que sentido común.
Lo cachondo del tema es que Blogger, ante sendas protestas vía correo me dio la razón y afirmó que, después de volver a leer mis artículos no encontró objeción alguna a la supresión de texto y que restituía sendos artículos, cosa que he tenido que hacer yo misma porque habían pasado a ser "borrador". Entonces me pregunto yo ¿En qué atributos genitales piensan a la hora de pulsar "borrar" a textos que respetan sus normas?
Los gestores, que son censores, de las rrss, se dedican a eliminar todo lo que les resulta escandaloso a sus mentes regidas por culturas, religiones y morales regionales. Eso es terriblemente injusto, castrador e hipócrita. Una pena el mundo al que nos dirigimos. Va a ser un asco.
Un día desempolvé un cd de rock clásico y lo llevé al trabajo para romper con la puñetera música ayurvédica llena de campanitas, flautas y sonidos de agua fluyendo. Así sonaba con alegría Del Shannon, Johnny Tillotson, Gene Vincent, Buddy Holly y, por supuesto, Bill Halley. Halley ponía voz atiplada y decía "see you later, alligator" (Hasta luego, cocodrilo, aunque fuera un caimán) y el rock clásico fluía sincopado con sus guitarras y su saxofón.
En estas, caí en que los saurios tienen dedicadas a su memoria algunos otros temas, como por ejemplo, y ya que estamos con el rock, ese simpático "crocodile rock" de Elton John, con ese coro en falsete tan similar al de Speedy González. El cocodrilo, porque en castellano la erre pegó un salto de dos sílabas y dejó de ser "cRocodilo" para ser "cocodRilo", bailaba alegremente con esa melodía despreocupada.
Para los europeos todo son cocodrilos, aunque los aligátores y los caimanes son saurios propiamente americanos. Bien lo saben en Colombia donde mucho antes que el rock se hiciera popular en todo el mundo a partir de los años 50. A principios de los años 40, el compositor colombiano José María Peñaranda compuso una muy popular tonada titulada "se va el caimán" que en España tuvo que vérselas con la censura porque los siempre suspicaces censores pensaban que cuando hablaban del caimán venían a referirse a Franco. Más o menos lo mismo que le pasó al balear Bonet de San Pedro con su "Rascayú". Un día de estos tiro por este tema.
Colombianos, no, paraguayos son los Kchiporros, dignos herederos de esas bandas fabulosas del cono sur que mezclaron sabiamente el reggae, el ska y otros ritmos latinoamericanos como "los pericos", "los fabulosos cádillacs" y tantos otros. Ellos también le cantan a un saurio, al yacaré.
Otro reptil de menor tamaño, el camaleón, tuvo su momento de gloria en los 80 con Culture club ¿Pensábais que iba a poner a King África? Pues no. Me resisto a ello. Prefiero el tema naíf de Boy George, quizá porque me retrotrae a mi infancia.
Y los reptiles nos alegran con su música dedicada. Que tengáis un buen fin de semana.
Tanto tiempo sin escribir aquí (Tres semanas) es casi un récord para mí. Pensaba hablar de cosas más alegres pero con lo que he ido husmeando por las rrss y medios de comunicación dirigidos a crear una paupérrima opinión pública sólo voy a hacer una reflexión sobre las elecciones a la asamblea de la Comunidad de Madrid: Los resultados electorales fomentan el independentismo en el resto de CCAA. No, no me refiero a vascos, catalanes, gallegos o canarios, sino a otros enclaves.
¿Quién, en su sano juicio, que no sea de derechas, claro está, ve con sensatez que la presidenta de la Comunidad donde se encuentra la capital del país sea una desaprensiva que no ha presentado programa electoral alguno y que de lo poco que se enorgullece es de poder irse de cañas a las terracitas?
Buzoneo.
Supongo que en Madrid, donde hay un elevado número de funcionarios por metro cuadrado con familias y postulantes a chiringuitos, ese voto suma pero ¿Y la clase trabajadora? ¿Y la gente con mente izquierdista?
Hoy hace noventa años que se proclamó la segunda república española. Muy temprano, el 14 de abril de 1931 los concejales socialistas de la ciudad fabril de Eibar (Gipuzkoa) colgaron la tricolor en la fachada del ayuntamiento. La República pudo haberse convertido en una venerable nonagenaria, pero la mataron joven quienes no podían tolerar que sus privilegios pudiera alcanzarlos casi cualquiera que para ellos era inferior.
Plaza Unzaga, Eibar.
A la República la mataron quienes veían intolerable que se democratizaran leyes y libertades. ¿Qué era eso de fomentar escuelas públicas para niños y, sobre todo, niñas de clases desfavorecidas? ¿Por qué tenían que aprender a leer y aspirar a un mundo mejor esos a quienes se les negaba una mejora de sus condiciones de vida? Y, sobre todo, ¿Cómo se osa disputar a la iglesia la educación de los niños, y, además, en qué condiciones? La iglesia se vio atacada, sobre todo en el monopolio educativo.
Tampoco había una desamortización como en la época del llamado Mendizábal, pero sí que se intentó poner ciertas limitaciones, aunque fueran tímidas, al latifundismo meridional que mataba de hambre a los campesinos. Para eso se esbozó una tímida reforma agraria que los que poseían privilegios desde el antiguo régimen conseguidos a base de, un suponer, ir matando flamencos en los Países Bajos, no veían con buenos ojos.
El bien para muchos molestaba a otros
No pudiendo tolerar las moderneces que harían mejorar la vida de los obreretes, que pudieran tener, qué se yo, unos sueldos decentes en unos trabajos en condiciones decentes, con acceso a la cultura, estudios, higiene o luz eléctrica, que las mujeres no tuvieran que depender de los varones para vivir, que pudieran votar, porque podían ser electas pero no electoras, los privilegiados que ansiaban continuar siendo dueños exclusivos de estos, montaron un golpe de estado con el fin de dar un escarmiento a esos pobretones que querían ser señores. Lo del escarmiento no lo digo yo, que lo dijo el general Mola, urdidor del golpe.
Y las cosas no han cambiado nada en estos 90 años, ni a nivel local ni a nivel planetario. Los privilegiados harán cualquier cosa para mantener celosamente sus prerrogativas en exclusividad. Menos mal que tal y como dirigen algunos este país, cada vez hay más republicanos.
Es viernes y preferiría hablar de cualquier otra cosa, pero lo que veo detrás de los malabares mañosos de Vox en Madrid no me hacen ninguna gracia. Y no es sólo vox, me preocupa mucho más la manipulación mediática que se está haciendo del "incidente" de Vallecas. Si os metéis en ese popular buscador de Google para desinformaros veréis que se ponéis sólo "Vallecas vox", las primeras páginas de "datos encontrados" son de diarios conservadores cuando no de pestilentes panfletos de la ultrarrancia derecha que se frota las manos pensando en el futuro fascista que va a sobrevenirse sobre la asamblea de Madrid.
Al provocador que es Santiago Abascal se lo ponen fácil. Va a un barrio obrero mayoritariamente izquierdista y profundamente antifascista como es Vallecas con el objetivo de buscar las imágenes (Distorsionadas o no es otro tema) que le ensalcen como víctima-pobrecita-ella con tal de conseguir votos como consecuencia en barrios de clase media-pija entre aquellos desinformados y menos apolíticos de lo que se creen. Va a Vallecas pensando en el barrio de Salamanca.
Hasta la Brunete mediática hace culpable a Abascal de la gresca.
Y no sólo es que sea una estrategia para dar pena a los incautos (Lo de asco lo apartamos, de momento), No es sólo que los medios intoxiquen con sus titulares dirigidos a toda esa gente que se marea si lee dos líneas seguidas. El problema es que hay mucho exaltado incapaz de pensar en las consecuencias de sus actos que cree que votar a Vox es salvar a España. Eso es lo aterrador. Hay gentuza que verá con ojos benevolentes, e incluso echará una mano, en que a muchos colectivos les sean negados sus derechos; que se recorten de manera brutal las libertades y que los privilegios de unos pocos sean preservados consiguiendo la desigualdad de la mayoría.
Preocupante tono belicista de los voxófilos.
Es muy peligroso que en Madrid muchos vayan a votar de manera beligerante contra oscuros enemigos muchos de ellos aún por perfilar por los fachas. Ya lo irán viendo. Sólo tenéis que leer los comentarios de cualquier red social de cualquiera de los vídeos colgados del mítin de Vallecas(Pongamos, youtube, porque leer no va mucho con según qué gente). Si esta gente es tanta como la que comenta, mi pesimismo está siendo sobrealimentado.
Como no me apetece demasiado hablar de las barbaridades que perpetran los políticos nacionales, sobre todo ciertas presidentas de comunidades capitalinas, voy a dedicar el post de hoy, aprovechando que tengo el día de fiesta, a dos temitas que durante la transición española, esa no tan modélica por mucho que Victoria Prego lo publicite, fueron adaptados por los ciudadanos de ciertos enclaves contestatarios como canción protesta.
Portada de un libro cuyo título fue clamor popular en aquellos años convulsos y nada lejanos.
Allá por finales de los 70 una cantante británica de voz rasgada se dio a conocer por medio mundo, incluida esa España tardofranquista. Una de sus canciones, "It's a heartache" pegó fuerte incluso en este país tan "tímido" para los idiomas que no son el román paladino.
A finales de los 70 este dolor del corazón sonó con la particular voz de la Tyler y las txarangas, las bandas de música callejeras que ponen la banda sonora de las fiestas populares, adaptaron el tema para los jolgorios patronales populares. Y, claro, como aún estaba prohibidísimo por las rancias autoridades franquistas eso de exteriorizar banderas regionales, amén de otro tipo de muestras culturales prohibidas expresamente por el régimen, muchas de esas fiestas eran interrumpidas a golpe de porra por uniformados de gris o de verde. Así que la gente transformó el "it's a heartache" de Bonnie Tyler en "Que se vayan" (Los maderos, obviamente). Bueno, a Pablo Casado también se lo cantaron no hará mucho en unas fiestas populares.
Y solía ser habitual escuchar la melodía con la letra: " Que se se vayan, diles que se vayan, diles que se vayan para no volver. Que se vayan, diles que se vaya, diles que se vayan, de una puta vez".
Poco después, una rubia italiana se dio a conocer en España trayendo canciones alegres y marchosas. La cantante, que no era otra que la boloñesa Raffaella Carrá, bailaba con el ballet zoom de rtve y pegaba golpes de nuca con sus alegres tonadas.
Y no se sabe por qué, su tema "adiós, amigo", que tan bien se amoldaba a las txarangas de las fiestas, acabó teniendo una letra paralela que venía a decir exactamente lo mismo que el tema de Bonnie Tyler. Si las frases eran las mismas, cambiaba la despedida: "Adiós, civiles. Grises, también, iros pa'España, iros pa'España de una puta vez".
Tal y como acababan muchas fiestas locales por la irrupción de la policía en aquellos convulsos años, gracias a la suerte, quizá, no hubo desgracias más serias, aunque en el recuerdo quedan las sirenas de las lecheras disolviendo verbenas que no se metían con nadie. Quizá todo eso producía el efecto contrario y por eso se cantaba a los repartidores de leña. Muestra de txaranga en fiesta patronal:
Sendos temas de estas dos damas de la canción han sonado durante años con inusitada frecuencia como protesta por el uso indiscriminado de la violencia menos legítima de lo que el señor Max Weber definía.
Hoy es el día de la mujer trabajadora, es decir, remunerado o no su esfuerzo, hoy es el día en que las mujeres reivindican su derecho a ser valoradas en igualdad al hombre. En pocas disciplinas se valora de manera igualitaria a hombres y mujeres. Quizá sea en la música vocal donde a las mujeres se las tenga algo más en cuenta. Hay grandes voces femeninas cuyo valor es reconocido sin desprecios paternalistas, a pesar de que a muchas mujeres, sobre todo racializadas, se las explotó salvajemente por su condición. Las grandes voces afroamericanas del jazz del siglo pasado pasaron por este calvario: Billie Holiday, Ma Rainey, Bessie Smith o Ella Fitzgerald.
Ella Fitzgerald
Ella se hizo todo un nombre, tanto que era venerada por los jóvenes europeos que descubrían el jazz a partir de los 50 y los 60 del siglo XX. Tanto es así que France Gall le dedicó una canción "Ella, elle l'a". Un tema que fue muy exitoso a finales de los 80 en el país galo.
France Gall
France Gall, que en paz descanse, se hizo famosa ganando el festival de eurovisión cuando este festival aún era fresco y no el tostonazo prefabricado que es ahora. Francesa con el nominativo patrio que ganó para la Bélgica francófona en el 65 con un tema del comopsitor "guarrete" Serge Gainsbourg. Tema del que ya hablé hace la tira de tiempo.
La francesa ganó eurovisión para la Bélgica francófona y una belga, Kate Ryan, especialista en renovar temazos en francés, la cantó a ritmo "dance" por medio mundo a comienzos de este siglo.
Kate Ryan
No es el único temazo que la belga se ha sacado de la manga. Unos pocos años antes desempolvó el, digamos, himno de la generación X "désenchantée" de Mylène Farmer.
Mylène Farmer
La cantante francesa Mylène Farmer, nacida en Canadá, siempre ha sido una mujer inquieta, tanto que luce en su nombre artístico el apellido de una actriz norteamericana que tanto incomodaba a los varones conservadores yankees, que no fue otra que Frances Farmer, brillante estudiante que fue de visita a la URSS gracias a un primer premio que consiguió en la universidad y que, como no se dejaba dominar por la industria paternalista de Hollywood, terminó siendo internada en varios centros psiquiátricos.
Frances Farmer
Brillante estudiante, actriz destrozada por la industria. Ya se sabe, si no eres sumisa y tu carácter es orgulloso, eres una loca y hay que lobotomizarte. Frances Farmer que de tonta no tenía un pelo por muy rubia que fuera, se atrevía a desafiar a los hombres fuertes de la industria que la querían como florero, y se atrevía a dar opiniones que a mucho diosecillo de la industria del séptimo arte le parecían intolerables.
Y este pequeño paseo musical, de pieza en pieza, nos hace disfrutar un día como hoy de temas musicales y de las mujeres que las inspiraron y/o cantaron. Hoy hace ya trece años que empecé a escribir esporádicamente en esta ventanita al mundo, además. Así que hoy me dejo de rollos y os pongo música, que falta nos hace.
El viernes pasado nos fuimos de boda. Se casaban los cuñados, más por los papeles que por otra cosa, como la mayoría de la gente de hoy en día. Llegamos al juzgado vestiditos algo más elegantes que un día cualquiera, lo cual es bastante inquietante porque te pones a leer las pantallas y ves que la mayoría de los actos son juicios por desahucio, divorcios, faltas...Hasta la letrada oficiante se estrenaba en esto de leer las partes oportunas del código civil a los novios, porque nos confesó que ella, normalmente, se encarga de un juzgado de lo penal.
La boda fue muy simpática, con risas, aplausos y más de una lagrimilla. Y, cómo no, después de la boda, una celebración familiar al límite de aforo y con horario para acabar el banquete por las restricciones del momento. Nos sentamos a la mesa que nos corresponde porque tenemos el nombrecito en el plato y miro la sala. Aparte de los novios y mis suegros, ambos con libro de familia expedido, mi pareja y yo somos la única unión casadera estable sin matrimoniar. No contamos al sobrino y su novia de los últimos tiempos. Así que susurro al oído de mi pareja algo así como "me parece que nos van a endosar los muñequitos de la tarta", lo cual no sería demasiado adecuado ya que nosotras no somos una pareja heterosexual. Ella me dice "Tranquila, que seguro que ni se han acordado".
Y en esto que los novios salen, muy guapos de la manita y les veo con un objeto en la mano mientras suena una melodía alegre y festiva. Se pasean entre las mesas y yo ya sé de qué se trata mientras coloco mi mano para taparme los ojos. Los novios, alegres y sonrientes nos plantan unas muñequitas de boda sobre nuestra mesa. Mis temores, fundados. "¡Que se besen, que se besen!".
¡Vivan las novias!
Y así la familia nos aplaude después de "obligarnos a subirnos a la silla y besarnos". Menos mal que la silla ha aguantado mi peso, porque si no, me descalabro. Alegría, risas, algún llanto emocionado, brindis, baile...Un día precioso que nos hacía falta ya que, este año no ha habido navidades, cosas de la epidemia que nos asuela.
Marco
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Aitor Arregi y Jon Garaño me parecen dos buenos directores, tanto cuando
trabajan juntos como por separado. La única película suya que no me gustó
fue Han...
Nacida en los 70. Fiel reflejo de la generación Y (Con estudios, casi mileurista, y con un trabajo precario)Pero con ganas de tirar "p´alante", si el destino y quienes lo tejen nos dejan un poco en paz.