Tengo un bló

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Tmeo, la mejor revista de humor

lunes, 20 de diciembre de 2021

Gallito peleón

 Días gélidos los de este otoño que se acaba ya. Noches sin nubes, helada segura hasta que el sol funda el manto de escarcha. Ayer a mediodía salí a dar una vuelta hacia la zona rural de esta ciudad de provincias que está pegando a mi domicilio. Para salir hacia el campo abierto se accede por un estrecho pasadizo entre dos huertos aprovechados en la trasera de las casas. Los vecinos de la casa de la esquina decidieron criar gallinas y las dejan sueltas en su huerto aledaño. Acostumbro a pasar como vecina infinidad de veces. Las gallinas crían y tiene pollitos y hay dos gallos, también. Uno es negro y lustroso y el otro es blanquinegro. El gallo blanquinegro es joven.  Todas las gallináceas, a pesar de estar acostumbradas a nuestro deambular, corren despavoridas en cuanto pasas a su lado.

Gallito joven atacando a la espera de bolsazo.

¿Dije todas? Todas, no. El gallo blanquinegro te desafía y salta a tu pie con los espolones por delante. Ayer, cuando me lo encontré en el camino echó las patas para adelante atacando mi pie izquierdo como si fuera el niñato de kárate kid adoptando el salto de la grulla. Me atacó la primera vez y volvía a ello así que le arreé un bolsazo al muy gallito. No me hizo herida porque llevaba las botas de gore-tex, pero ostras lo que duelen los espolones del demonio alado aquél.

Hala, ya me he creado un enemigo en el vecindario.

lunes, 13 de diciembre de 2021

De luces y cruces

 Pues nada, que va la señora esa de Vox tan fan de miccionar lejos del recipiente y se le ocurre lanzar una soflama tuitera contra las luces esas que ponen para adornar las compras compulsivas, en este caso, en la ciudad de Granada. Ciudad que debe estar de moda porque mi anterior y caducada publicación también tenía que ver con aquella bella urbe.

Granada

Resulta que esta, igual que la marquesa argentina, se queja de que el rojerío en función alcaldable se dedica a asustar y frustrar las ilusiones de los tiernos infantes, vástagos de los españoles de bien, esos de fachaleco lucido, pulsera rojigualda y evasión fiscal cuya prole va a colegio concertado de orden religiosa con prelatura personal e inmersión submarina en idioma extranjero. Y va la andoba y pía en el pajarico azul que no lleva a ver a su nene las lucecicas de Granada porque son cruces invertidas ¡Qué afrenta!. Las que hay en Zaragoza que tienen un diseño similar, no, pero ya se sabe que el consistorio zaragozano no es presa del rojerío.

Zaragoza

Ya hay que tener imaginación para ver en esas estrellicas, remedo de las del agua congelada, símbolos satánicos. Esta mujer irá de católica - farisea, como muchos españoles que confunden la devoción con la militancia obcecada y borrega- pero desconoce que a San Pedro lo crucificaron cabeza abajo. Así, una cruz invertida es una cruz de San Pedro y una cruz en aspa, una de San Andrés.


En fin, para según qué gente las navidades significan lucecicas, compras y comer y beber como si no se fuera a resentir la digestión y mezclan símbolos religiosos con elucubraciones mentales salidas de quicio y las cruces de San Pedro se les figuran símbolos satánicos. Lástima que algunos de esta ralea berreen contra el 666 pero se saluden con el 88. 

Incultura, a todas luces.