Tengo un bló

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Tmeo, la mejor revista de humor

lunes, 30 de marzo de 2020

La UE apesta

Ayer leí un artículo firmado por Daniel Bernabé en Público que me resultó brillante en su detalle  sobre los acontecimientos vírico-financieros, si me permitís la mezcolanza. Describe cómo, en un momento en que la Unión Europea no lo es, esta vuelve a atacar a los países mediterráneos, que  sufren con violencia el azote del virus, además.

Os recomiendo la lectura de este excelente análisis. Los datos que recaba son prólijos y sus reflexiones, nítidas. En su brillante análisis de la situación, Bernabé viene a decir que los países centroeuropeos, en su habitual desprecio por los países mediterráneos, mantiene su mezquino discurso culpabilizador y atribuye a la holganza y desidia latina, con la que nos prejuzgan, la situación desbordante que sufrimos.

Es injusto, como bien nos sacó la cara Antonio Costa, primer ministro de Portugal,  que esa Europa hanseática nos maltrate de tal manera. En su certero análisis da pormenorizados datos acerca de las medidas tomadas ante la pandemia y los primeros casos hallados en los países latinos más castigados por esta. La reacción de las autoridades quizá haya sido mejorable, pero, desde luego no ha sido tardía, no menos que las tomadas en el resto de Europa donde manda el poderoso caballero don Dinero y donde ¿Quién sabe por qué? la propagación del virus no es tan devastadora. Nadie tiene en cuenta, por ejemplo, que los países mediterráneos si tiene una esperanza de vida mayor es porque la buena salud de los ancianos, hasta ahora, los convertía en una gran parte del total de la población y es esta gran parte la que está sufriendo el mayor índice de mortalidad.

Italia lo tiene claro, arría la bandera de la UE e iza la de China. Honrar a quienes ayudan de verdad.


Hay un aspecto muy interesante en el artículo que explica que los primeros casos habidos en España fueron uno en las Canarias, un turista alemán, el 31 de enero, y uno en Baleares, un turista británico, el 10 de febrero. El Mobile World Congress se anula el día 12 de febrero. Italia confina la Lombardia y España va siguiendo sus pasos según los casos de la pandemia aumentan. El artículo incide en que el virus se ha propagado, sobre todo, gracias a los que viajan desde los centros financieros más importantes (Londres, Berlín, Zurich) hacia sus lugares deslocalizados de producción (China) ¿Es la globalización financiera la que no entiende de cuarentenas, pero luego es un pueblo de la Lombardía la culpable?

¿Y en Europa siguen manteniendo el prejuicio de la chapuza? Y no sólo en Europa. No vamos a entrar en las sandeces que rebuzna ese peligroso grupo de extrema derecha que sufre España que acusa a las mujeres trabajadoras por manifestarse en su día, pero calla sus akelarres en Vistalegre o las aglomeraciones masivas de hinchas yendo a ver el fútbol recio y viril de la Liga Profesional de Gañanes.

La Europa más rancia, la que se benefició de la crisis de 2008, la que nos convirtió en el país de camareras y socorristas, de días de playa y noches de alcohol barato en discopubs, de gritos a deshoras, orines de borracho en plena calle, la del balconning, la que consiguió la moneda única para no tener que cambiar divisas en sus vacaciones, la que con su crujido de la unión nos obligó a ser austeros y a recortar en sanidad e investigación para asegurarse de cobrarnos la deuda, esta misma gentuza es la que ahora nos viene a decir que lo que nos pasa, nuestra falta de previsión es culpa nuestra.

Y nos lo dice Holanda que ahora sondea en Bélgica si puede asumir a parte de sus pacientes. No se trata de afearles su actitud nada solidaria, pero está claro otra vez que la UE no nos beneficia y no nos beneficiará. Aún es pronto para saber qué consecuencias económicas, aparte de las sanitarias, tendrá la epidemia, seguramente lo pagaremos caro, como lo hemos venido pagando con la austeridad, los recortes en sanidad y los insidiosos rescates a una banca que hace negocio con nuestro bien común.

domingo, 29 de marzo de 2020

Tipologías de confinados

Las epidemias vienen y van. Esto es innegable. Tengo algún conocido que está difundiendo por las redes el fin del mundo, o casi. Vaticina, cual bruja Lola, un número de fallecidos y me compara esta epidemia con otras pasadas, en otras épocas, con otros medios y con otras maneras de vivir. Como le quito hierro a su asunto, porque las estadísticas son manipulables y totalmente falibles, me contesta que en junio le daré la razón. No le hace mucha gracia que le diga, que a lo mejor, para que se la de, necesita de una ouija, subiéndome a su nivel fatalista.

Hay que ver la cantidad de sobreinformación, no siempre objetiva, a la que estamos expuestos, como si de otro virus se tratara.Estoy convencida de que mucha de está información, sensacionalista y chocante se difunde para inocular otra epidemia: El miedo.

Datos que se contradicen, estadísticas que se manipulan, informaciones veraces sacadas de bulos flagrantes...Ahora les ha dado porque se niega la entrada en UCIs a mayores de 65 años. Ya ves. Cuesta leerlo, pero, al final, siempre hay crédulos que entran en pánico, y así tenemos a:

El informante alarmante: Típico animal de redes sociales que se dedica a difundir informaciones tremebundas sobre la epidemia, no siempre contrastadas. Últimamente, además, está desarrollando un estilo necrófilo basado en cadáveres de geriátricos.

El comprador compulsivo: Que sale a comprar al supermercado una vez para todo el mes y se lleva carne de todas las especies habidas, papel higiénico para un año, latas de conserva para erigir una montaña de elevación "himaláyica" pastas y arroces para hacer una paella tamaño plaza de toros...Pasado mañana volverá a por más, porque se ha dejado la sección de higiene.

El comprador compulsivo por internet: Se aburre así que decide curiosear y comprarse en esos grandes almacenes on line cualquier cosa que se le pase por la cabeza. Ha contratado, además, cuatro canales de series de televisión.

Penita

El policía de balcón: Peligroso ser que, corroído por la envidia de ver pasar a gente por la calle, aunque no tenga ni puta idea de por qué va por ella, se dedica a insultar al viandante de manera soez amenazando con llamar a la policía, culpándole, además, de propagar el virus, como si el viandante fuera a subir a su casa y escupirle a la cara nada más abriera la puerta. El odio y la envidia por el arrojo del peatón, mezclado con el miedo irracional, destila por el alféizar de su puesto de vigía y cae, hediondo, por la fachada de su edificio.

Seguramente hay más tipología de confinado por el virus, pero, con este espléndido día, dejad de leer por internet y sacar la carita de ventana hacia fuera para ser acariciados por el sol.

Sic transit virus mundi, al igual que otras epidemias.

jueves, 26 de marzo de 2020

Fin de semana XXL

Apagué el despertador el día 13. Llevo casi dos semanas despertándome de manera natural, aunque alguno de los gallos de los alrededores tenga la mala uva de cantar a las tres de la mañana. Te levantas sin las prisas de la jornada laboral al dictado del reloj y te miras al espejo. Como no puedo ir a la peluquería, cada vez me parezco más en el peinado a los mangas japoneses. Luzco tal que así:

Me levanto así: Con el pelo revuelto y en pijama. Sólo me falta la pértiga.

Desayuno sin agobios y me siento un rato a leer. Ahora, además, estoy volviendo a escribir un ratito, cosa que no hacía porque antes no tenía tiempo. Preparo la comida con mimo, porque sigo sin agobios y por la tarde me quito el pijama por fin, ya que en este finde extralargo el traje sempiterno es el pijama hasta que me enfundo mi ropita de correr y ¡Hala! una sesión de cardio, o a trotar por el patio si la meteorología lo permite.

Y luego, más lectura, a ver si así acorto la lista de libros pendientes de conocer, aunque para eso necesitaría mucho más tiempo del que tienen previsto confinarnos...Espero. Después toca el momento de alguna serie o alguna peli pero no de los canales generalistas, porque estos te recomendarán con un logo incrustado en la pantalla que te quedes en casa, pero no ponen nada de su parte para entretenerte ya que se salta de la propagación del virus del pánico en noticias y magazines pseudoinformativos a series infumables y espacios verduleros que te hacen odiar al prójimo porque ves que esa gentuza que sale contando su (falta de) vergüenzas por la pantalla cobra más que un microbiólogo investigando.

Y luego, una cenita temprana y saludable antes de acabar la jornada por fin. Anteayer me marqué una coliflor con anchoas y huevo escalfado a la hora de la merienda-cena.

Alegría cantábrica de la huerta.

Este fin de semana XXL que nos están obligando a hacer confinados, nos lo pasamos, como cualquier otro ordinario, vestidos en pijama y repantingados en el sofá. En Francia, según he entendido, permiten una hora de paseo cercano al domicilio, sin aglomeraciones ni contacto social cercano. Aquí hay gente que necesita salir de casa por recomendación médica, pero explícale eso al madero que saca la porra extensible que se contradice con el resto de sus compañeros y se acerca peligrosamente a ti sin máscara y sin guantes, para gritarte a la cara con la consabida lluvia de perdigones, porque lo que tú haces está prohibido y es sancionable, pero ellos deben ser sobrehumanos y las infecciones ni las padecen ni las transmiten.

Sic transit virus mundi.

miércoles, 25 de marzo de 2020

Pasajes de la Biblia: Hacienda somos todos, aunque los sumos sacerdotes se hagan los orejas.

En aquella Jerusalén fagocitada por el imperio seleúcida había un tal Onías que era el sumo sacerdote del pueblo hebreo. Como suele suceder, la religión atesora riquezas, cosa que a un tal Simón, inspector de algo así como hacienda, le parecía fatal, y es que en eso de recaudar impuestos al pueblo, el Estado es implacable. Simón acudió inmediatamente a denunciar el acopio de bienes  ante la autoridad griega competente. Esta no tardó absolutamente nada en enviar a un general, porque los militares siempre están para estos casos de imponer la ley, sobre todo si hay riquezas a rapiñar de por medio.

Aquél general se llamaba Heliodoro y fue recibido por Onías el sacerdote. Ante las preguntas del militar acerca de la veracidad de tanta riqueza escamoteada, el sacerdote, como suele suceder, se justificaba alegando que aquello era para socorrer viudas y huérfanos, aunque hubiera quedado mejor si en vez de estar todo bien guardadito, las viudas y los huérfanos pudieran testificar con las manos llenas de esa , digamos, limosna de la que al sacerdocio se le llena la boca pero luego no se le vacía en la mano.

Expulsión de Heliodoro del templo (de Rafael)

Como suele suceder, el militar en nombre del rey pasó de los ruegos del sumo sacerdote y procedió a requisar el tesoro, entonces el pueblo salió a manifestar su pesar, a arrojarse a tierra y a rasgarse las vestiduras, cosa que suelen hacer los judíos ante cualquier disgusto con harto dolor de los sastres y modistas ante el volumen de trabajo que se les viene encima para remendar. Justo en ese preciso momento ocurrió algo inusitado.

Detalle del caballero dorado coceando a Heliodoro.

Cuesta creer que atribuyan a Jehová la aparición de un caballero de brillante armadura con afán justiciero, pero así lo hacen y tan bien lo tienen reconocido que la tradición bíblica que recibieron los cristianos de sus mayores mosaicos tiene imágenes semejantes como Santiago a caballo y armado ensartando sarracenos en la batalla de Clavijo, por no hablar de San Jorge y su traje de guerra para matar dragones.

Volviendo al tema, el caballero ¡Con armadura de oro! embiste a Heliodoro, el general, y lo derriba  coceándolo, el jinete, no, el caballo varias veces. En eso que aparecen dos bigardos enormes vestidos de rica manera, cosa que ya empieza a mosquear, y se dedican a apresar al coceado y a darle una somanta de palos. A Heliodoro, del que no se puede decir que quede hecho un "ecce homo" porque aún quedan varios siglos (3) para que nazca Cristo, lo recogen, y se lo llevan en camilla.

Los matones

La gente celebra la paliza y la cree un acto divino. Por lo visto a nadie le resulta extraño que aparezcan tres maromos vestidos con oro y riquezas. Todo el mundo se traga que es intervención divina, hasta los subordinados de Heliodoro que acuden a Onías, el sacerdote, para rogarle que rezara por el apalizado. Onías, que se repiensa el hecho y que se da cuenta de que el rey puede tomar represalias con el ejército, cosa que indica que no cree tanto en la providencia de Jehová, no se sabe cómo, hace que los dos gorilas que habían apalizado a Heliodoro se acerquen al lecho del dolor de éste para advertirle de que debe dar gracias al viejo sacerdote de que la cosa no haya ido a más.

El miedo, que hace estragos, hace que Heliodoro asuma la paliza como una muestra de la "gracia de Dios" y vaya a orar al templo judío haciendo una ofrenda. Tiempo después, ante su rey, le cuenta la voluntad divina, aunque cuesta creer que tanta gente se trague esta patraña, aunque sea a base de jarabe de palo.

lunes, 23 de marzo de 2020

Redacción rápida y confinada

Menudo mazazo. Mi jefe me ha dicho hoy que una paciente muy conocida de su consulta ha fallecido a consecuencia del SARS-cov-2. Era una enérgica mujer que se había dedicado toda la vida a la enseñanza. Descanse en paz.

El día es gris, desapacible y plomizo en todos los sentidos. Debería llamar a mis hermanos y escucharlos, aunque nos mandemos chorradas por el whatsapp eso no basta. Deberé vencer mi desapego por el aparatejo que inventó Meucci pero del que se benefició el granuja de Graham-Bell (¿Granuham Bell?)

Uno de mis hermanos, además, forma parte del personal sanitario y me preocupa su situación. Tiene gracia que anteayer habláramos de un libro que tiene que estar en su casa y le apetece leer de manera flagelante, ya que no se trata de otra obra que "el diario de Anna Frank", una versión argentina de 1959 que estaba en casa de mi abuelo el maestro, aunque a juzgar por la firma de la primera página es de una de mis tías.

Hay que tener ganas de meterse ese coñazo diario que narra el angustioso encierro de dos familias judías en el desván de una oficina, encima, con el esfuerzo añadido de estar en argentino, porque es una edición de la época en que España era un cuartel y este tipo de libros propios del contubernio judeomasónico no eran del agrado de los admirados héroes de los voxmitados.

Libros, un consuelo.

Tendría yo unos ocho años cuando mi padre me plantó ese ejemplar en las narices y me dijo algo así como "léelo, es el diario de una chica perseguida por los nazis". Me costó leer los pensamientos de una adolescente que hablaba de porotos y arvejas, y me costó saber que eso eran alubias y guisantes, dos legumbres que cambian de nombre según la región geográfica. Años más tarde leí una versión íntegra y sin retocar. Se sabe que el padre, único superviviente de los Frank, suprimió algún que otro pasaje donde la niña, que no era tan niña, tenía sus despertares sexuales, y, claro, pues como que al señor le resultaba impúdico.

Supongo que mi hermano habrá encontrado aquél viejo ejemplar que tiene más de sesenta años y lleva más remiendos que la ropa vieja y lo leerá los ratos que tenga libres, no como el pelmazo de Spiriman, que en sus ratos libres se dedica a su verdadera vocación: Ser vedette televisiva.

En fin, yo me acabo de ver "la trinchera infinita". Sarna con gusto, no pica.

sábado, 21 de marzo de 2020

Sobre el coronavirus y la doctrina del shock

Hace años que leí el recomendable libro de Naomi Klein llamado "la doctrina del shock". Esta periodista explicaba como un hatajo de expertos economistas neoliberales, encabezados por Milton Friedman y su escuela de Chicago, se dedicaron a experimentar sus teorías con la población de países en dictaduras impuestas por políticos de escasa moral afines a sus ideas.

Control con la excusa sanitaria

Será que el tiempo libre te da de largo para (mal) pensar sobre la situación de confinamiento por una razón sanitaria principal pero otras posibles que se nos escapan y que, de seguro, nos van a influir en los próximos años. Hay algo que me sorprende, para mal, en estas redes sociales que carga el diablo, pero que usamos todos: Un montón de listos, da igual si son profesionales de la salud o de las alpargatas, sin que se me ofenda el sector del calzado, se dedican a amedrentar a la gente con el armaggedon, el fin del mundo y las epidemias, mientras siembran la peor de todas ellas: El miedo.


La vecina que insulta me parece mucho más peligrosa que la que corre.

Todos obedecemos ciertas nuevas normas de esta versión de Estado de excepción con el ejército en la calle y sus altos mandos dando ruedas de prensa en la tele y empezamos a mostrar naturalidad por estas nuevas normas. Es más, he llegado a escuchar inconcebibles vítores a unos policías que reducían a una mujer por hacer footing mientras la insultaban desde sus seguros domicilios. Hay algo de descarnizado, inhumano y salvaje en el comportamiento de esos seres que son capaces de lanzar su rabia contra alguien que se ha saltado una norma que se puede saltar si se saca al perro, se va a comprar o se tiene salvoconducto para ir a trabajar en un espacio cerrado con otras treinta personas con las que compartes material de oficina y gérmenes.

Me preocupa esta involución que se está dando y la que vendrá. ¿Qué estaremos dispuestos a sacrificar según las (des) informaciones a las que estamos expuestos? ¿Quién se está beneficiando de todo este problema, que lo es? De momento vamos a empezar la segunda semana encerrados en casa, algunos sumidos en un ERTE, otros pensando cómo podrán pedir el paro por tener contratos de días.

Muchas cosas que transmutan en poco tiempo y que no digerimos con prevención. Saludos desde lejos y sin contacto.

jueves, 19 de marzo de 2020

Primavera, a pesar de todo

Para la naturaleza los seres humanos somos esos insignificantes parásitos, que molestan pero que apenas son percibidos en el ciclo de la vida planetaria. La primavera ya está aquí y se puede admirar en las flores que brotan con exuberancia, en el polen que ya impregna toda superficie y en las yemas de los árboles que ya empujan el verdor hacia fuera.

Yema de roble traído desde mi tierra hasta el Cardener.

La aloe vera ya va espigando su flor, el olivo desarrolla brotes por todas sus ramas y el roble deshojado este invierno que me traje de mi tierra ya reverdece imparable. Y aquí, los humanos en cuarentena, aprovechamos para hacer limpieza a fondo en la casa, leer y cocinar.

Si ayer me monté un marmitako de bonito del norte con unas rodajas congeladas que quedaban en el arcón frigorífico, hoy, con las sobras he inventado un arroz de bonito. Estaba bueno. Las patatas cocidas quedaban muy raras junto al arroz, pero de gusto estaba delicioso. Bendito arroz que vale para todo.

Saludos y fuerza.

domingo, 15 de marzo de 2020

Confinados

Pues aquí andamos la mayoría, encerrados en casa para evitar males mayores, esperando ver si pasan los días y no se tienen síntomas de infección por exposición y contacto con enseres del trabajo y de las compañeras. Los grupos de whatsapp echan humo pasándonos información, desinformación y chistes, porque en esto, en chistes, somos una potencia destacada.

Mil chistes para el confinamiento.

Y aquí os estoy dando la chapa mientras espero la hora de llamar a mi sobrina y hacer los deberes de castellano de segundo de bachiller. Vamos a ver si la miseria de Max Estrella y la jeta del crápula de don Latino de Hispalis nos aleja un rato de nuestras propias miserias.  El esperpento de Valle Inclán de hace cien años está en pleno rejuvenecimiento.

Saludos y que os sea leve.

miércoles, 11 de marzo de 2020

Pandemia del virus idiotizante

Ninguna afección de la salud es buena, eso lo sabe hasta el más indocumentado. La neumonía (de "pneuma", aire, en griego, a la que, por cierto, le hemos quitado la pe inicial hace bastante tiempo porque somos así de inconstantes y la incluimos en pneumotórax, pneumología pero no en neumático ni en neumonía) es una afección grave, como la pulmonía, pero lo que rodea a la psicosis ( sí, también con pe, no vayamos a confundir psiqué, alma, con sycon, higo, que en griego se parece pero no es igual) es mucho peor.

No es que algunos se tomen a rechifla la  infección viral, lo que se toman a rechifla, porque indica lo imbéciles que podemos llegar a ser, es la infección pandémica de la idiocia por pánico. Como medidas cautelares se cierran colegios o se prohíben las visitas a residencias de la tercera edad, pero que la gente entre en barrena y se dedique a correr a los supermercados a vaciar estanterías, cancelar visitas médicas, suspender vacaciones, "etecé" me parece descabellado.

Voy a por el pan, a ver si me han dejado una "baguete" los ansiosos.

Gran parte de la culpa la tienen los medios que alarman al personal haciendo reportajes en directo vestidos de astronautas a las puertas de hospitales donde se ha dado la última muerte producida por las complicaciones que la neumonía en cuestión, como cualquier otra afección de las vías respiratorias, como por ejemplo la gripe A, como he visto mientras he trabajado en una U.C.I. durante año y medio, puede provocar en pacientes con otras patologías como cardiopatías, hipertensión, insuficiencia renal, enfermedades pulmonares oclusivas crónicas, o bajas defensas por efectos de la medicación contra los procesos tumorales. Que eso lleva pasando toda la vida, hasta que llega la muerte, sea por el covid-19, la gripe A, un MRSA o que te atropelle el AVE.


Huy, se me han olvidado las mascarillas y los guantes de látex.

Que puede ser algo a vigilar, claro está, que siempre hay que extremar las medidas de precaución, sobre todo si trabajas de cara al público y la gente te endilga el papel que le ha dado el médico para que le programes la próxima visita, sobre todo si se ha chupado los dedos para agarrarlo mejor y entregártelo (Que estoy harta de que me lo hagan), pero de ahí a que tengan a la gente ofuscada, absorta y neurótica perdida con las cifras de infecciones en masa y muertes elevadas a la ene sin explicarte la de peña que ya ha superado la puta neumonía y sigue con su vida, no sea que la neurosis colectiva se relaje.

Que no me alegro que el paradigma del facha engominado haya dado positivo después de haber viajado a Milán y haber dado la mano y besos a ingentes cantidades de simpatizantes en sus akelarres-mítines en la plaza de toros con estética de Nürenberg, y que ojalá se recupere pronto, pero es que esto roza ya lo psicótico y que menos mal que no se trata de la peste bubónica que diezmó estas tierras durante años allá por el siglo XIV. Mejor no les doy ideas.

viernes, 6 de marzo de 2020

Sola y borracha

Que el "votante tipo" de vox no es que sea un lince, sin ánimo de ofender, parece obvio. Que la ultraderecha infiera en la educación, porque esta dota de sentido crítico y despierta a las masas, también es digno de creer. Que haya cierta cantidad de borregos  votantes de los neofranquistas que sean una nulidad en comprensión lectora, quizá pudiera ser cierto. Lo que es lamentable es que los partidos políticos de la rancia derechona carpetovetónica sigan largando a quien quiera oírlos, que no leerlos, eso de que el gobierno pretende fomentar el alcoholismo entre las mujeres. Eso es de una vergüenza manipuladora inaguantable.



Que vengan los neofranquistas del PP, Ciudadanos o Vox y se atrevan a llenar las redes sociales de frasecitas cortas, no vayamos a obcecar al votante tipo, acusando al ministerio de igualdad de fomento de la dipsomanía podemita hacia las mujeres es como para escupirles a su cara de promotores del analfabetismo funcional.



Hay que ser muy ruin y muy cínico para salir con esta gilipollez suprema. Creo que no hay mujer en este país que no haya(mos) pasado miedo caminando por la noche sobre todo en localidades que celebran sus fiestas, porque ya se sabe que ir colocado de drogas y alcohol es atenuante para los agresores y agravante para las víctimas.



Hay que ser un cerdo machista, cuando no un permisivo amigo de actitudes desagradables para las mujeres, sea de noche o de día, para ir soltando putas excusas de retrasado escolar como las de los tuits de muestra.

miércoles, 4 de marzo de 2020

Europa deshumanizada por el fascismo

Las noticias que llegan de Grecia no son nada alentadoras. Innumerables energúmenos fascistizados se dedican a dar palizas a refugiados y a organizaciones de ayuda. En el otro lado de la frontera Turquía aplica toda su crueldad sobre los refugiados, que lo son en algunos casos por culpa de Erdogan, ya que su gobierno pretende presionar a la UE para que esta la apoye en su invasión de Idlib, Siria. ¿Y que hace la UE? Agradecer a Grecia las agresiones para retener a la gente que huye de la muerte que Occidente ha sembrado e sus países de origen.

Policía griega acometiendo a una familia indefensa.

Los europeos somos una panda de indolentes que no hemos aprendido nada en la última centuria. Creerse superior al resto de seres humanos que huyen por culpa de las injerencias que nuestros propios intereses (De nuestros gobernantes), y vernos con derecho a apalizarlos, a matarlos o a dejarlos morir mientra lo contemplamos con  desidia, nos escupe en la cara de europeos majaderos que tenemos, ya seamos griegos, húngaros, alemanes o españoles.

Nazis atacando en Mitilene.

Porque los españoles no se libran de este insultante supremacismo xenófobo. No hay más que ver a los gañanes que votan a Vox, repitiendo como un mantra sus deleznables mentiras acerca de los inmigrantes, las vallas con concertina y las devoluciones por la puerta de la valla a esa policía marroquí a la que tanto desprecian.



Si el vídeo es desgarrador, leed los comentarios del youtube para que sepáis la calaña que tiene España.

Europa se está volviendo fascista, y nosotros, que somos unos ceros europeos a la izquierda, también. En los próximos años vamos a ver cosas muy feas. Después de una crisis económica viene una crisis de valores y aquí está. Luego viene una crisis con armas y muerte, y ya está viniendo.