Por fin este domingo pasado mi maravillosa novia me dió su regalo de cumpleaños. Bueno, más bien me llevó a él. Como sabe que hay pocas cosas que me gusten más que rebuscar entre libros viejos, me llevó al mercat de Sant Antoni en Barcelona donde cada domingo hay un inmenso trajín de libros de segunda mano, revistas, videojuegos, dvds y todo tipo de colecciones. En las esquinas hay enjambres de coleccionistas de cromos cambiándose los repes. Nunca había visto cosa igual. Y yo, felíz como unas castañuelas me dí una vuelta por todo el perímetro. Aunque bien es cierto que se necesita tiempo y paciencia para dar con algo que merezca la pena (cada uno tiene sus intereses y gustos), no está mal para tener una ligera idea de lo que se cuece en esas paradas. Creo que este ha sido uno de los mejores regalos que me han hecho nunca: Descubrirme un lugar tan interesante. Conseguí el TMEO número 100, pero no encontré nada del fanzine "mondo brutto". Ella quería completar el regalo comprándome un libro que me gustara, lo que pasa es que me parecía muy obsceno que me regalara el "Mi lucha" de Hitler, cosa que ella, como es lógico, tampoco quería hacer, pero es que mi deformación académica me pedía hacerme con un ejemplar para poder ver al enemigo desde dentro. Una vez lo estuve ojeando en la biblioteca Koldo Mitxelena de Donostia y sopesé si llevármelo en préstamo o no. Al final lo dejé para otra ocasión, y cuando volví por él algún desaprensivo lo había chorizado, porque nadie de allá me supo decir dónde estaba.
Volviendo a la maravillosa jornada que fue el domingo con su solecito otoñal y su transitable Barcelona, nos fuimos a celebrar la comida al Vermell de Manresa donde dimos cuenta de un muy sabroso banquete. Un día feliz este domingo, de esos para guardar con ternura en el corazón.