El otro día pasaron un documental, una de las pocas cosas potables que echan en la tele, que hablaba del vigésimo aniversario del fin de la obligatoriedad de realizar el servicio militar.
Cuando la 1ª guerra del golfo, el movimiento insumiso avisaba al "OTAN, de entrada, no luego, sí" y al papá del bocazas freudiano.Presentaban el documental mostrando imágenes del movimiento a la insumisión y sonaba de fondo un festivo, pero reivindicativo, tema de Kojón prieto y los huajolotes, que cantaba Toñín AKA Tonino Carotone, que se pasó una buena temporada en el trullo antes de hacer de cantante canalla italianizado, como así lo recordaba su combo con otra tonada.
Al día siguiente escuché un tema cantado por los Status Quo, aunque no era suyo, que se hizo famoso en los 90 y te contaba que estabas en el ejército con misiles sobre tu cabeza mientras el sargento grita "¡En pie, a luchar!"
Quizá sea un buen momento para recordar que las guerras lo pudren todo y que nadie gana con ellos, aunque así lo crean los "vencedores". Que ya lo cantaban los ilegales cuando en su ángel exterminador, rememorando la novela "sin novedad en el frente", de Remarke.
En los 80, cuando era una cría, el movimiento punk cantaba con rabia a la mili. Ya fueran los Baldin bada o la Polla Records, tenían temas bien anarkos que renegaban de toda autoridad, sobre todo eclesiástica y militar.
Baldin Bada:
La Polla:
Reincidentes, en directo.
En los 90, justo antes del fin, los pucelanos Celtas Cortos cantaban al sinsentido de un pobre chaval con un fusil en medio de una guerra al que se siente obligado a ir por culpa de la exhortación de "servir a la patria".
Hasta el último de la fila, algo más melódicos, cantaban que la mili era deprimente y si sentido.
Porque la mili, eso de coger a pobres civiles en la flor de la juventud y obligarlos a pasar por un cuartel embrutecedor, no hacía (hace) sino echar leña a la posibilidad de una guerra, aunque nos la den televisada y algunos se crean que están jugando a los marcianitos.
El ejército convierte a los seres humanos en alimañas y si, encima, se va de manera obligada porque así lo exige la patria, o los que mandan, que suelen ser viejos que no serán carne de cañón porque son "demasiado importantes", pues mucho peor.
Los años 20 del siglo XXI se están empezando a parecer a los años 30 del siglo XX. Qué nefasto.