Tengo un bló

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Tmeo, la mejor revista de humor

jueves, 28 de octubre de 2021

28 de octubre, San Simón y San Judas

Hoy es 28 de octubre, San Simón y San Judas, Tadeo, no Iscariote, que el pobre, por un arrebato se llevó el odio de media humanidad y además cargó con la mala conciencia que le llevó al suicidio, pecado mortal (Eso tiene gracia) para los católicos que, desde tiempo inmemorial enterraban fuera de sagrado a quien se hubiera visto impelido a actuar como Iscariote.


Pero volvamos al día de hoy. El otoño bien instalado. En este día de los santos Simón y Judas,  no el  enemigo número uno. Este 28 de octubre Xabier Lete popularizó un tema que decía claramente que tal día como hoy "se fue el verano y llegó el invierno. Si no viniera, mejor, porque somos pobres en este duro entorno", por la climatología, se entiende. 




martes, 26 de octubre de 2021

Cuña publicitaria

 Interior, día. Oficina llena de oficinistas. Se oye un incesante tecleo, teléfonos sonando y murmullo de voces aburridas. Una oficinista treintañera compuesta y repeinada está amorrada a la pantalla de su ordenador cuando una alarma de móvil la avisa. Lo mira y piensa:

  -" Aviso de "Segursa". Intruso en la puerta. Qué bien estos de segursa que avisan gracias a su instalación de cámaras conectadas a mi móvil. Así puedo ver quién se acerca a mi casa".

Mira el móvil y en su pantalla aparece un individuo con una gorra que le tapa los ojos. Saluda a la cámara sin dejarse ver la cara y a continuación abre la puerta. La oficinista se levanta de un salto porque acaba de ver gracias a "segursa" cómo entran en su casa. 

"Segursa" te ofrece cámaras de vigilancia para cuando la policía ha llegado a la casa el desvalijador ha tenido tiempo hasta de opositar a notarías.

Te retransmiten el allanamiento on line.

Inspirada en las insoportables cuñas publicitarias de cierta empresa de seguridad que no sabe cómo meter más miedo para vender más. Por cierto, trabajé en instalaciones donde esos "protegían" y nos robaron infinidad de veces sin que su eficacia sirviera para algo.

Harrrrrta de esa empresa y esas cuñas publicitarias.

miércoles, 20 de octubre de 2021

Pscheudónimos

 El otro día se falló el premio Planeta. Un millonazo para la ganadora...¿O son los ganadores? Y ahí está la polémica de un premio que parece que estén dando los Óscar. La misteriosa mujer que había escrito tres novelas policíacas sobre la inspectora Elena Blanco, una niña bien que se dedica a beber grappa, cantar por Mina y tirarse a conductores de todo terrenos en oscuros párkings como penitencia por la pérdida de su hijo y posterior destrucción de su matrimonio. 

¿Qué se celebra, el Planeta o los Óscar?

Ya me parecía a mí raro que una mujer con este estilo de vida fuera producto de la mente de una misteriosa señora de mediana edad con un anodino curro meramente alimenticio. Tres historias tan escabrosas no parecían producto de una mujer. No porque no sea capaz de crearla, sino porque el discurso de una mujer no suele tirar por ese lado, hablando siempre con las estadísticas en la mano y con el cálculo de probabilidades en la mente. Además, leyendo las salvajadas escritas en, sobre todo, su tercera obra, cuesta creer que una mujer sea capaz de escribir sobre ciertos temas tan desagradables. Claro, si lo publicaba un hombre sería mirado con lupa, pero si era una mujer...Eso ya me cabrea un poco, la verdad.

Y se descubrió el pastel. Tres varones detrás de una fémina porque ya se sabe que, volviendo a la estadística, la mayoría del público lector es mujer. Las mujeres leen. Las mujeres compran libros. Ojo, que parece que la literatura meramente femenina sea más intimista. No estoy diciendo nada de eso. 

Los seudónimos en masculino los utilizaban las escritoras para que sus obras no fueran menospreciadas. Desde George Sand y Fernán Caballero a Víctor Català. Todas escribían con nombre de varón para no convertirse en invisibles fruto del menosprecio masculino. Había quien escribía y su marido se agenciaba la autoría, como María Lejárraga, cuyo esposo, Gregorio Martínez Sierra, firmaba sus obras y las cobraba. Ahora ha dado la vuelta y parece que ocurra al revés, aunque no se puede comparar. Los hombres no han sufrido censuras ni menosprecios pero ahora quizá no vendan tanto porque quien compra es mujer y hay que usar otras estrategias de venta.  Es pura y llanamente capitalismo en la  cultura. Ventas. La literatura también se vende al mejor postor, por eso venden más algunos periodistas que salen en la tele que nuevos novelistas desconocidos cuyos relatos no pasan el corte porque, aunque sea de calidad, quizá no sea buena inversión y no de pasta.

Dejando las campañas de ventas aparte, el libro ganador del premio Planeta de la tal Carmen Mola, desconozco de qué va y, de momento, voy a seguir ignorándolo. Dicen que va a sacar una cuarta novela de la inspectora Elena Blanco ¿Pero no había dejado la policía? En fin, cosas de lo que nos ponen las editoriales para consumir a lo bestia. 

miércoles, 6 de octubre de 2021

Mientes más que la wikipedia

 Estaba leyendo un libro sobre el franquismo impenitente que jamás marchó, concretamente,  un capítulo sobre altos cargos del "movimiento" y las puertas giratorias por las que ronda(ba)n, convirtiendo el movimiento en una movida  tocha por la cual toda aquella gentuza aprovechó su paso alegre de la paz sobre las cunetas para lucrarse a manos llenas e instaurar sagas longevas de familias poderosas y empresas beneficiadas de la prevaricación, la corrupción y el "usted no sabe con quién está hablando", y, como es lógico, aparecían nombres de ministros y próceres de la época y su estrategia camaleónica entorno a los años de la mal llamada transición. Hablaba de ministros de economía, industria y hasta de gobernación que acababan en consejos de administración de energéticas y, sobre todo bancos. Muchos bancos y mucho alto cargo que se llevaba unos sueldos por todo lo alto sin necesidad de deslomarse durante duras jornadas laborales.


Así aparecía un ministro de industria del tardofranquismo, metido en energéticas que acabó en el consejo de administración de un banco, hoy día fagocitado por el Santander, sustituyendo a otro ministro que tuvo la mala suerte de tomar un avión de Iberia que acabó estrellándose en una montaña vizcaína. Mientras leía la ascendencia curricular de los exministros "movimienteros" echaba mano del google para tomar referencia de aquél accidente aéreo. Una cosa llevó a la otra y acabé siguiendo una lista de los accidentes aeronáuticos más serios ocurridos en España, como el del aeropuerto de Los Rodeos en el que una colisión mató a medio millar de personas.

Uno de los accidentes, concretamente el del vuelo de la colombiana Avianca, acabó con la vida de 181 personas en noviembre de 1983. Una de ellas era una escritora colombiana llamada Marta Traba. La curiosidad me ha llevado a visitar su entrada de la wikipedia y he aquí mi sorpresa. Esta famosa página afirma que a escritora nació en 2003 y murió en 1983. es decir, que murió a los -20 años, lo cual es maravilloso. Además esta página afirma que lleva en activo desde 2021 hasta la actualidad, lo cual es todo un carrerón, de, al menos 10 meses.


Sí, ya sé que la wikipedia la puede tocar mucha gente y que siempre hay algún gracioso que se dedica a meter morcillas. Aún recuerdo la entrada de Emmanuel Macron, presidente de Francia, en la cual el pie de su foto decía "voy a pgepagag una cena de picoteo", pero lo de vivir para atrás sólo lo han conseguido los que nacieron antes de Cristo, por esa manía tan nuestra de cuantificar todo desde "nuestra era" y los personajes de "cuatro corazones con freno y marcha atrás" de Jardiel Poncela.