Las polémicas declaraciones del chusco concejal pepero de Palafolls, Óscar Bermán, con argumentos que demuestran lo poco evolucionado que está este hombre si no sabe
rebatir las decisiones de la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, que, por cierto, no es de su ayuntamiento, me ha llevado a curiosear, muy por encima, eso sí, a este "insultador" de bajo nivel cultural, a tenor de la i
ngente cantidad de faltas de otrtgrafía que sus tuits revelan.
Según una
web de autobombo que circula por ahí, el andoba tiene un currículum que no sé por qué me da que es como el de la mayoría de gente, con títulos falsos. Muchos de los títulos son valencianos. Que no se me mosqueen los valencianos, pero ser del PP y que en Valencia te reconozcan títulos es bastante sospechoso. Que fundaciones como la de Cánovas del Castillo, tan afín al PP, también sortee premios en su autobombo, no da demasiado crédito.
¿Transgresor o animal de bellota?
Para tener tantos premios a su excelencia humanística, el tío ha demostrado ser un garrulo enemigo acérrimo de la lengua castellana, a juzgar por la incontable cantidad de atentados que ha perpetrado en contra de su diccionario.
Ojiplática
La guinda del pastel me la he encontrado en una afirmación del gañán encorbatado que dice que se
deberían cerrar las facultades de sociología por la cantidad de marxistas que hay en ellos. Como eso me llega de pleno, yo, que como socióloga que soy, me despierto jurando servir a Marx con la mano en "el capital" todas las mañanas, me ha dado por pensar en mis años mozos.
No sé si este tío controla mucho de facultades de ciencias sociales, pero, en la mía, allá por los despreocupados noventa, la corriente de los mandamases de los departamentos, ciertamente era sociata, pero no por ser socialista, que de eso no tenían nada, como verán a continuación.
Eran los noventa en una universidad pública en el País Vasco, cuyo parlamento autonómico detentaba, cada vez con menos fuerza, el PNV. En España, por el contrario, la corrupción sociata iba mermando diputados en cada elección parlamentaria. Un oscuro Aznar iba soltando su mantra "váyase, señor González", a la espera de heredar poltrona en la Moncloa.
En la facultad de Ciencias sociales y la información (Políticas, sociología, publicidad y periodismo) del campus de Leioa, Bizkaia, había una lucha de poder que se dacantó por un grupo de catedráticos afines al PSE. Algunos venían de Euskadiko Ezkerra, con el mismo origen que HB, y otros, como tantos, se habían sumado al carro de trepar. Entre los ilustres catedráticos-yedra, teníamos a Paco Llera, Gotzone Mora o Edurne Uriarte, entre otros.
Con el tiempo se ha demostrado que estos profesionales se habían asociado a un partido que estaba en las antípodas de su color ideológico. Así como el primero voceó por todas partes que se iba del País Vasco por culpa de ETA, callándose que había sido fichado por uni yankee por un breve lapso de tiempo. Así como publicitó todo lo que pudo, porque el victimismo, aunque no seas víctima, arropa, cuando volvió al País Vasco -tan mal no estaría si decidió volver- no habló tanto y eso que al susodicho le gusta alardear y pavonearse más que a una vedette. Gotzone Mora también quiso tirar del filón del victimismo, quizá porque así la llamarían de las teles y tertulias. Luego se enroló en el partido de otra "exsociata" antivasca, que no lo era tanto cuando ejercía de consejera de cultura en aquellos gobiernos mixtos PNV-PSE, Trepa Díez, que creó un partido a su imagen y semejanza, hoy, submarino, es, amarillista, es. De Edurne Uriarte, qué decir. Consiguió, gracias a la caterva de sociatas suigéneris de la universidad robar la cátedra que pertenecía a Francisco Letamendía Belzunce, alias Ortzi, a pesar de que tenía muchos menos méritos que el otrora abogado de la izquierda abertzale. Edurne Uriarte consiguió saltar a una universidad madrileña de relumbrón, para acudir a zampar bollos a los desayunos de RTVE cuando aún era pareja del inefable Wert, terrorista educativo.
Aulario de CCSS, a la derecha.
Esta era mi facultad en aquellos años, y, como se puede imaginar un@, de marxista tenía más bien poco, ya que los neoliberales disfrazados de sociatas porque el carnet abría no pocas puertas, aunque el socialismo les importara un carajo, dominaban en ese nido de comunistas que el lumbrera concejal del PP, famoso por tuitear palabras con una ortografía sonrojante, dice haber. Claro que, quizá este concejal que parece haber salido de la cosecha cultural del propio Wert, quizá ni sepa la diferencia entre Marx y Bakunin. Eso sí, ha hecho felices a muchos profesores de sociología, porque, por fin alguien habla de ella, aunque sea con errores, sobre todo de ortografía.