En la nochebuena mi hermano llegó a casa para recogernos e ir a cenar a otra parte a eso de las nueve de la noche, en el justo y salvador momento en el que apagábamos el televisor para no tener que tragarnos las majaderías hipócritas que el viejo cachorro franquista coronado difundía en prime time. Por culpa de la TDT ya ni francesas tenemos como solución a disfrutar de una tele sin orador fratricida de voz bovina que nos diga que debemos apretarnos el cinturón aún más mientras él sigue derrochando, navegando en su homónimo y viajando, no con bonobús, precisamente, a nuestras expensas.
¿Bandera pirata?
El soberano, ¿por qué lo asocio a la bebida graduada?, debió endilgar un discursito que no vi, afortunadamente, en el que, para colmo de la desfachatez, él, cabeza coronada de una casa real que no reduce sus gastos y jefe de unas Fuerzas Armadas que no dudan en gastarse una millonada haciéndo el imbécil en países ajenos gastándose presupuestos exorbitantes que vendrían de coña para paisanos que sí las están pasando putas.
Leo en el blog de Cive Pérez que los últimos gobiernos han acordado por mayoría absoluta en ambas cámaras cobrar el máximo establecido por la SS con el único requisito de haberse pasado 7 años calentando escaño. Esa gente "elegida" que ahora recorta ayudas sociales a jubilados, empleados, recorta servicios que seguimos pagando entre todos, sube impuestos directos e indirectos y permite alpinismos escalofriantes de encarecimiento de luz, gas y transportes semipúblicos. Congelan pensiones y sueldos y suben la luz y el gas. ¿Cómo vamos a calentar algo tan congelado entonces? Lo suyos no sufrirán, pues ya se han procurado un blindaje, en claro inglés que significa ceguera.
Fijaos quienes chulean vuestros bolsillos. Sube la luz, el gas, el tren y la gasolina, y esta última sin que el barril de crudo lo haga, ya que encima, casi todo lo que pagamos cuando nos autoservimos carburante son impuestos. Hay que joderse. La clase trabajadora, la que queda, que no está en el paro aún, pasándolas canutas y buscando salidas desesperadas, porque el estado de bienestar se viene abajo igual que las torres gemelas. Ocurre la desesperada salida de Olot, o la de l'Hospitalet.
Siento amargaros la nochevieja, pero que no os engañen, que no es que vivamos por encima de nuestras posibilidades. Ese es un mantra neoliberal para que creamos que merecemos un futuro peor. Los neoliberales nos están dando en toda la boca. ¿Feliz año nuevo?
Marco
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Hace 1 hora