martes, 24 de octubre de 2023
¿Por qué se usa mal el término antisemita?
jueves, 19 de octubre de 2023
¿Tercera guerra mundial?
Esta mañana estaba escuchando el programa "La Base" de ayer, en canal R(e)d, programa siempre muy recomendable y se me quedó mal cuerpo cuando escuché una reflexión de Inna Afinogenova, periodista rusa a la que sigo desde que hacía "ahí les va" en Russia Today cuando Rusia no encarnaba al país mandado por Satán y nos dejaban ver este medio sin que nos tacharan de putinistas. Afinogenova, por aquél entonces, era una periodista que daba noticias, sobre todo de Latinoamérica, con un dominio perfecto de la lengua española.
Ayer, decía, Afinogenova explicaba que quizá no vayamos a entrar en la tercera guerra mundial, porque puede ser que, debido a cómo de cabreada anda la gente del mundo en los numerosos países que lo conforman, ya estemos en algo que lo principie. Guerra en Ucrania, en Armenia, indignación en Níger, y esta última barbaridad sobre Palestina, después de 75 años, con el último afán israelí por quedarse con el terreno de los palestinos deslegitimándolos a base de decir que todos son terroristas y deben morir, incluso los niños. Ya lo decía Golda Meir hace cuarenta años : 'Podemos perdonar a los árabes por matar a nuestros hijos', afirmó, 'pero jamás podremos perdonarlos por obligarnos a matar a sus hijos". Aterrador.
No voy a hacer ninguna reflexión sobre el inquietante tema porque primero tengo que digerirlo. Ojalá se equivoque esta honesta periodista, pero mucho me temo que tenga gran parte de razón tal y como pinta la cosa.
Espero no dejar con mal sabor de boca a los pocos que aún me leen, pero todo lo veo gris y triste.
viernes, 13 de octubre de 2023
La hispanidad mal entendida
De todo se puede ver en esta época. Ayer, fiesta de la hispanidad, no entraré en detalles sobre lo que esto quiera o no significar, hubo desfiles y broncas de los muy y mucho españoles y estos eran capaces de abuchear a su propio rey, ese del que se sentían tan orgullosos al verlo tan preparao y ahora lo relegan a alfombrilla donde restregarse las suelas cuando uno viene de la calle y va a entrar en casa. Felpudo VI lo llaman. A estos no los mandan al talego, por rapear, digo.
Si no ganan los míos, monto un 18 de julio.Total que una reflexiona sobre el asunto y se encuentra con que en este país, lo llamen como lo llamen quienes habitan en él, hay unos que pretenden detentar en exclusividad el sentimiento identitario de pertenencia, o sea, el ser español. Y para ello hay una bandera y unos símbolos. No se cuestiona desde cuándo y bajo qué circunstancias todos estos adornos son insignia nacional. Esos españoles de pedigree que van a abuchear al gobierno en funciones porque los suyos no llegan al poder no se preguntan, quizá porque no les da para tanto, por qué esos acérrimos enemigos del vecindario, a los que no conocen pero sin embargo odian con fuerza, no se sienten tan contentos de ser españoles, Y claro, se ciscan en sus idiomas locales, en sus costumbres y en sus ganas de separarse de este Estado.
No se dan cuenta de que a esos a los que desprecian, que tampoco hace falta que sean nativos de esos territorios peculiares por lengua y cultura propia, porque a los que no piensan como ellos, también los mandarían fuera de las fronteras, por muy españoles que se sientan, tienen sus razones para sentirse molestos con ese nacionalismo exacerbado que muestra orgulloso símbolos de otras épocas.
Me sigue llamando la atención de que los que "transitaron" España, entre las muchas cagadas que tuvieron en aquél lavado de cara del franquismo para pasarlo por democracia, no se dieran cuenta que podrían haber arreglado mejor las cosas si no hubieran sido tan obtusos con estos símbolos y este desprecio a tanta gente, no necesariamente de la periferia. Los que fundaron ese españolismo de casa Pepe con su brazo en alto se creen con la exclusividad de la españolidad.
Así atacan y desconfían de todo lo que no apesta a rancio, tanto como para llamar traidor a su jefe de estado porque mande a formar gobierno al Perrosanxe. Y los bobos que acuden encantados a sus manifas rojigualdas, esperemos que con los sobacos bien desodorados por eso de estirar el brazo y que no huela a choto, aún les jalean porque se lleven la pasta fuera o paguen menos impuestos en Andalucía, mientras esos que no se sienten identificados con la rojigualda ni con el odio a sus idiomas o culturas paga religiosamente sus tributos a hacienda porque eso también te hace ciudadano, te hace español, incluso más que algunos de los que más dan vivas a la cabra de la legión.
martes, 10 de octubre de 2023
Atento a sus pantallas, pero no mire más alla.
Una nueva mierda nos cae del cielo, y seguro que no es agua, porque llover, no llueve. Ya tenemos otra guerra cerca. Y esta vez no se trata de la enésima edición del lanzamiento de proyectiles entre el ejército israelí y los palestinos sin derecho a estado propio. Esta vez hay "declaración" de guerra provocada por un atentado. Los palestinos sufren bombardeos casi cada día pero no tienen Estado que declare la guerra a su invasor. qué cosas. Eso sí, en tu tele o plastiquito de mano verás lastimeras noticias apelando a la compasión de nos, mirones, mientras nos reavivan el odio furibundo, pero sólo hacia "los buenos", de los otros no nos enseñan nada, no sea que nos planteemos por qué hace setentaycinco años que unos fulanos se dedican a expropiar pueblos, tierras, casas y vidas de unas gentes porque lo dice un libro que juran que lo escribió un notario todopoderoso. Así, cualquiera.
Y mientras nos tienen pendientes de esa barbaridad armada, convenientemente contada con más sesgos que verdades gracias a que unos tienen la propaganda bien consolidada, amén de la fuerza bélica, la pasta y el respaldo internacional, va Rusia y hace un llamamiento a la paz, (Óle los apéndices corporales que se os ocurran) mientras que el cómico ese que gobierna en Ucrania, como no puede ser de otra manera en un tipo como él, no nos engañemos, opina después de mucho, bla,bla,bla que "Israel tiene derecho a defenderse". Por lo visto, después de más de siete décadas, Palestina, no. Quizá porque casi no le queda tierra que defender. No lo sé.
Y así resulta todo. Quizá para conmemorar el cincuentenario de la guerra del Yom Kippur, quizá porque el gobierno de Israel está en crisis y necesita montarse un 11S para enrocar su gobierno fascista o quizá porque Palestina ya no le importa ni a Arabia Saudí, se les invade por fin y se les roba la poca tierra que les queda legítimamente y con el mundo mirando para otro lado.
Ahora a todo el mundo le ha dado por hacer fastuosos homenajes. Acabar con Palestina para
conmemorar la guerra del 73, que Suecia celebre Eurovisión (Con Israel, que no es Europa) para celebrar el medio siglo de que ganara Abba o celebrar las olimpiadas en una París plagada de chinches para hacer coincidir los juegos de 1924 con los del 2024, mientras se deshumaniza a la gente pobre que sufre y muere: Ni palestinos, ni sirios, ni yemeníes, ni náufragos del Mediterráneo, ni rohinyas, ni mapuches, ni los cabreados de Niger o Senegal, ni mucho menos ucranianos rusoparlantes del Donbass. Si esta gente no sale en la tele y no se mira con la óptica plañidera de los interesados, es que sus penurias y sus muertes no significan nada.
martes, 3 de octubre de 2023
Nota imperceptible para el ojo bloguero
Hay que ver. Desde que no escribo por aquí, no dejan de pasar cosas asombrosas como para como rellenar páginas y páginas, aunque internet no acabe ese paquete de folios de tamaño din A-4 de 500 unidades. Ya se sabe que a las letras en internet no se les acaba la tinta, si acaso, la batería.
Estaba haciendo los deberes de alemán (Hausaufgaben lo llaman) y se me ha ocurrido pasar a ver a ver mi blog moribundo. Y mientras leía las últimas cosas que escribí me he acordado del brío que imponía antiguamente a las cosas que me rodeaban. No es que ahora no me interesen, que lo hacen, sino que a lo que le he perdido el interés es a contarlo por aquí. Supongo que es cosa de las rutinas. Si las cambias, aunque tu vida sea la misma, dejas de centrarte en algunas cosas que antes no y viceversa.
Hasta en la manera de escribir se nota. Antes no me costaba nada teclear de manera compulsiva y ahora lo hago por obligarme un poquillo. Os daréis cuenta porque os estoy endilgando un ladrillo sin demasiado sentido ni gracia.
Ya habrá más ocasiones y más afortunadas, espero. Sigo con los hausaufgaben. Tschüss (Adiós).