El otro día me asaltó a la región cerebral donde guardo las viejas canciones, un tema muy tristón sacado de un poema del sacerdote Piarres Lafitte. Este sacerdote labortano (de los Pirineos Atlánticos, que no cantábricos, en cuya matrícula lucía un 64. Las matrículas de los coches franceses antes iban por números. Por ejemplo París tenía el 75, que es su departamento, Marsella ,Boca del Ródano, el 13, y Burdeos, la Gironda, el 33) Jo, ya me estoy dispersando, como los chubascos.
Decía que Piarres Lafitte fue un sacerdote, filólogo y escritor en lengua vasca, que también probaba suerte como berstolari (improvisador de versos) y compuso uno llamado "Haur hilaren arreba eta ama" (La hermana y la madre del niño muerto) cuya melodía es la que me había venido a la cabeza.
En casa había unos casettes de los 90 en los que se recopilaban algunos grupos vascos que popularizaban canciones en los lejanos 60. Estaban los hermanos Argoitia, Ameslariak, Urretxindorrak, y, también el grupo Enarak.
Enarak, portada al gusto de la época
Enara significa golondrina. Este, por lo visto, era un quinteto que había nacido hacia el año 68 en el seminario diocesano de San Sebastián, entre los estudiantes de filosofía. Sus componentes eran un quinteto formado por: Jon Iturrioz , voz; José Iñurrita, “Kitxi”, organista; Antton López , guitarrista; Meltxor Maritxalar , bajo; y Jesús Calvete, batería.
Piarres Lafitte (Haur hilaren arreba ta ama)
Hacia 1970, Antton López abandona la formación y lo sustituye otro estudiante, Eduardo Moreno Bergaretxe "Pertur", que formó parte de Enarak hasta que tuvo que refugiarse en Francia por pertenecer a la ETA de la época franquista, así que unos meses más tarde fue el prestigioso guitarrista Jaime Stinus el que entró a pertenecer a Enarak. Stinus, despúes, sería integrante de la Orquesta Mondragón y de Revólver.
El grupo Enarak dejó de actuar en 1971. Durante este brevísimo período, como todos los conjuntos de la época, tocaba en fiestas populares trayendo, además de nuevos estilos, el euskara, a pesar de que muchas veces en cuanto se oían tres palabras que no fueran la lengua del imperio, aparecían los grises y se armaba un cristo de no te menees.
Cantaban en euskara porque tenían una inquietud cultural muy común en aquella época. Era la primera generación nacida después de la guerra y eso lo sentían como un lastre. Escuchaban música de fuera y la querían adaptar al idioma del lugar, así tocaban aires de folk (Dylan); rock sinfónico (Moody blues); rock más contindente (Rolling stones); adaptaban temas de cantautores (Serrat, Raimon), y también modernizaban temas populares, como estos dos que he encontrado.
Del grupo Enarak "haur hilaren arreba eta ama" (La hermana y la madre del niño muerto), poema de Piarres Lafitte:
Os enlazo la letra y traducción abajo.
Es curioso que enconté en el youtube el enlace de estos dos
temas, que, de paso, son los únicos que recerdo, gracias a que alguien colgó un
curioso disco llamado "Pentecostés vibrations", sobre grupos
relacionados con el catolicismo, en plan "voces amigas" y el
"óyeme, tú que eres joven".
Enarak también musicó el "Solferinoko itsua" poema
de Jean Battista Elizanburu, sobre un soldado que queda ciego en la batalla de
Solferino. (El ciego de Solferino).
J.B. Elizanburu (Solferinoko itsua)
Solferinoko itsua, el ciego de Solferino:
Letras:
Haur hilaren arreba ta ama:
Ama ene
anaiak egun zer ote du.
Begitarte
guztia baitzaio ilundu.
Sehaska honi
buruz kantu eta kantu,
Irri baten
aiduruz astia dut galdu.
Ama, gure Battittak deus ez du esaten.
Orain geldi-geldia hortxe da egoten.
Hatsa hurbildik ere ez diot entzuten
Hila dela
diote, Nik ez dakit zer den!
Haurra hila dugulako, Maria, oixtion.
Ixilik eta
prestu egon nadin zion.
Zer! Kantatu gaberik behar naiz ba egon?
Hil direnei kaituak ez ote zaie on?
La hermana y la madre del niño muerto:
Madre, mi hermano algo tiene hoy
tiene todo el semblante si luz.
Estoy sobre su cuna cantando y cantando
y no hay ni rastro de una sonrisa
Madre, nuestro Bautista no dice nada
Ahora está ahí, muy quieto.
Ni le oigo la respiración.
Dicen que está muerto. ¡Yo no sé qué es!
Porque el niño acaba de morir, María.
Te pido que guardes silencio y que estés preparada.
¿Qué? ¿No puedo cantar?
¿Es que a los muertos no les sientan bien las canciones?
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Solferinoko Itsua:
Armen hartzera deitu ninduen
gazterik zorte etsaiak.
Urrundu nintzen herri alderat
itzuliz usu begiak
Betiko gaua, gau lazgarria
begietara zait jautsi.
Ene herria ene lagunak
inoiz ez behar ikusi.
Ene amaren begi xamurrak
betiko zaizkit estali.
Maiteñoaren begitarteak
behin betiko itzali.
Ene herrian gazte lagunak
kantuz plazara dohazi
eta ni, beltzik, etxe zokoan
irri egiten ahantzi.
Ai! Aski hola! Jainkoak barka!
begira zure haurrari
kontsolamendu zerbait emozu
noizbait duzun urrikari.
El ciego de Solferino:
Me llamaron a tomar las armas
muy joven los enemigos de la suerte.
Me alejé del pueblo
volviendo los ojos a él.
Y cayó sobre mis ojos
la noche eterna, la noche despiadada.
Ya jamás podré ver
ni a mis amigos ni mi pueblo
Los tiernos ojos de mi madre
se me han tapado para siempre.
El semblante de mi amor,
se me ha apagado para la eternidad.
Los jóvenes amigos de mi pueblo
van a la plaza a divertirse,
y yo, desesperanzado, en un rincón de casa
lloro mi desgracia.
¡Ay, es suficiente! ¡Perdóname, Señor!
mira a tu hijo
dale consuelo alguna vez
ten piedad de él.
Es difícil traducir con precisión, pero, aparte de la chapuza, creo que refleja bastante bien el tono de los temas tristones de Lafitte y Elizanburu que musicaron los de Enarak.