La humanidad no vale un céntimo

El mundo se va a la mierda, que es algo que repito como un mantra tibetano cada vez con más frecuencia.

Guerra por controlar el petróleo; ellos mueren, tú pagas las armas y la subida de la gasolina, otros se enriquecen porque ese era el objetivo.

Guerras por el control del petróleo por mucho que lo disfracen de otra cosa aprovechando a los takfiríes intolerantes; desprecio absoluto por la vida humana de desesperados por vivir que se ahogan en el mar a los que ese norte rico al que quieren llegar les ha sumido en una miseria absoluta que hace la vida imposible en su tierra; empresarios prepotentes alejados de la realidad que gobiernan estados que usan las fuerzas fronterizas como si fueran un control de plagas; corruptos que roban a manos llenas y eluden la cárcel riéndose de sus idiotizados votantes que no se librarán de ellos gracias a un deficiente sistema educativo que les libra de pensar; jueces misóginos que permiten excarcelar violadores en absoluto arrepentidos que no viajarán a Madrid pero no les impediré utilizar burundanga en las ferias delsur, como pasó en Pozoblanco....

El norte rico roba a manos llenas en África y luego impone devoluciones imposibles de los préstamos. La gente huye de una vida imposible pero vienen a robarte tu trabajo en esa empresa que usa aceite de palma de explotaciones extensivas que les han expulsado de sus tierras. Tú estas mal, ellos peor y la multinacional se ríe contando su pasta en las Cayman.

Cuando Santos Discépolo compuso cambalache para describir el siglo XX poco se imaginaba que el XXI iba dejar como bueno aquél. La mezquindad absoluta del siglo XXI destapa lo miserables que somos los seres humanos, el desprecio que proyectamos hacia el prójimo, y lo insensibles e insolidarios que nos mostramos. Nos importan una mierda los africanos, las víctimas de las guerras asiáticas, los latinoamericanos deportados, las mujeres y su miedo al varón que quiere divertirse a su costa porque en el fondo ella sólo es un objeto, que así lo ha aprendido en casa y con los colegas...

Habrá jueces machistas que se exciten con la agresión sexual sobre una mujer que culpabilizan a la víctima por su ropa, las horas por las que anda sola, o porque estaba borracha. Si él estaba borracho, es un atenuante.

El mundo XX al menos tuvo muchos movimientos solidarios, pero ahora se fomenta el individualismo y "ahí te jodas, que yo estoy a salvo".

Otro futuro pandillero que seguro que te atraca y te mata para robarte, y si no lo hace, será porque se rebaja a quitarte el curro cobrando menos, pero la culpa será suya, no del que le contrate ¡Faltaría más!

Menos mal que nos queda el mundial y así no vemos la mierda de alrededor.