Y el otro día probé unas con sabor a huevo frito. Y es muy raro. No llega al sabor pastilla de caldo de carne de las "patatas campesinas", pero dudas si lo que te estás metiendo en la boca es una patata o la puntilla de un huevo frito en aceite muy caliente.
Las de sabor a tortilla de patata no ha de tardar.
Es como no saber qué comer, si yogures con sabor a chocolate,
o chocolate con sabor a yogur,
en este caso, yogur de fresa.
¿Qué nos está pasando, que debemos disfrazar el sabor original como si comer aquello fuera un aburrimiento?
3 comentarios:
Ya hay pizzas de chocolate y si te digo la verdad, como postre, no están mal.
A mí es que me gusta el chocolate hasta cuando no sabe a chocolate... pero recuerdo unas patatas fritas Lays que sabían a vinagreta. Eran extrañas y adictivas a la vez. Supongo que sería efecto de algún emulgente milagroso.
Esti ha dicho que sus patatas era "adictivas", es lo que se pretende con el quinto sabor, llamado "umami", que no es otra cosa que el glutamato sódico.
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