El fin de semana pasado fueron las fiestas del barrio. Un barrio tranquilo de vecinos en su mayoría ya jubilados, donde se hacen agradables paseos por la zona rural del barrio, porque lo tiene, se dan clases de zumba, se hace una comida de hermandad, o lo que es lo mismo, una paella enorme para quienes se apunten, y bailables al atardecer, claro, con una orquesta de esas que lo mismo te toca el "despasito" que piezas de zarzuela.
Igualica a esta llevaba el tío barrigón
Y, para acompañarlo, siempre puedes pedir una consumición en el bar provisional que cada año establece la asociación de vecinos. Y en eso estábamos, después de la caminata matutina, y de engullir el bocata de butifarra amb tomàquet y el "bebestible" de acompañamiento cuando al lado se nos colocó un tipo de mediana edad. Bajo, con tripa cervecera, pelo cortado al dos, patillas en forma de hacha, gafas ray-ban, bermudas con estampado de camuflaje y calzado deportivo. Tatuajes rojigualdas en cuello y brazos y una camiseta azul ribeteada con la misma rojigualda, y en la camiseta, sobre el pecho, a la izquierda (Eso tiene gracia) el yugo y las flechas de Falange. Nos alejamos un poco, porque cerca de según qué gente mejor no estar. Rara vez, por no decir ninguna, me había topado yo con un orgulloso fascista. Alguno he visto marcado por sus tatuajes, pero, llevando la camiseta con el símbolo que hizo tanto daño a España, creo que nunca.
Marco
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Aitor Arregi y Jon Garaño me parecen dos buenos directores, tanto cuando
trabajan juntos como por separado. La única película suya que no me gustó
fue Han...
Hace 1 semana
3 comentarios:
Era un macho ibérico.
Te confundes, es la camiseta de la Real Federación Española de Tiro con arco.
Emilio Manuel: Sí, y pata negra, además. jaaja.
Robin: Jaaajaja. No había caído yo.
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