A propósito de la excelente entrada del blog de Emilio Manuel acerca de la Semana Santa y esas semejanzas, aunque parezca mentira, con los supremacistas yankees que adoran colocarse cucuruchos y sabanotas, aparte de lo mezquinos que podamos ser los seres humanos pasándonos por el arco de triunfo los diez mandamientos del amor fraterno, hay algo que sí podemos afirmar sobre la liturgia de las procesiones y es su plasticidad.
Las imágenes para conmemorar la pasión de Cristo, y recordemos que pasión viene del verbo padecer, se crearon porque, en las oscuras épocas de la antigüedad muy poca gente sabía leer,y, aunque supieran, cosa que solía ser muy infrecuente, las sagradas escrituras sólo podían ser leídas al público por sacerdotes, no fuera que la gente pillara la biblia y pensara que los mandamases de la iglesia les estaban tomando el pelo.
Pues bien, como una imagen vale más que mil palabras, qué mejor que enseñar a los buenos cristianos, pero poco instruidos, en el efectista arte de la imaginería. Sacar muñecos que representen las últimas horas de Cristo, como si eso fuera un cómic con música y antorchas. Ese Cristo yacente, esa oración del Huerto, esa virgen sujetando a su hujo en lo que se llama piedad, ese Cristo portando su cruz...
Cristo cae con su cruz y es maltratado (De Salzillo)
Es un cómic y la cultura mediterránea, desde que los antiguos esculpieran sus dioses del Olimpo o latinos, hasta el triunfo del cristianismo, no hizo sino acrecentar las imágenes en viñetas: Retablos, lienzos, frescos, caipteles de iglesias y conventos, copistas con tonsura y hábito de libros sagrados ilustrados, y, cómo no, los pasos de Semana Santa.
Desde el barroco, destacándonos músculos, tendones, venas y heridas del pobre Cristo torturado. No deja de ser un protocómic, un tebeo de tiempos pasados, para deleite y comprensión de sus fieles, sobre todo porque en los siglos pasados pocos sabían leer y, sin embargo, una imagen mostraba con una realidad preclara todo aquello que se quería enseñar. ¿No creéis?
Marco
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Aitor Arregi y Jon Garaño me parecen dos buenos directores, tanto cuando
trabajan juntos como por separado. La única película suya que no me gustó
fue Han...
Hace 2 semanas
2 comentarios:
Te digo una cosa, tras todo este circo en el que parece que hay gran devoción, religiosidad, y creencia, luego resulta que las iglesias están vacías y que para encontrar a un cura hay que buscarlo con lupa, ya sabes, en Sevilla sus vírgenes son la madre que los parió.
Cuando me toca dar clase a los chavales, cuando les hablo del origen del cómic siempre nombro los retablos y como se usaban para contar historias al ser la mayoría de la población analfabeta.
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