El teléfono suena con alarmante insistencia. Sabes que es domingo y temprano, porque en ese moroso despertar de fin de semana hace un rato eran las siete y placentero giro en la cama. Una mala sensación te recorre la espalda mientras sigues con la mirada la mesilla, del despertador que luce las 7:28 A.M. hasta el teléfono que reclama la atención con furia.
Y mientras coges rezando para que no sea nada demasiado fatal, te lleva la voz de tu cuñada deshecha en un mar de lágrimas explicando, como puede, que se acaban de llevar a la ambulancia a tu sobrino que ha vuelto de amanecida borracho y agresivo y que, en un acto descerebrado que sólo puede ser producido por la ingesta de alcohol de manera descontrolada, se ha tragado un montón de pastillas.
Antes de una hora estamos en urgencias buscándonos mediante el whatsapp. Toda la familia alarmada por la enésima bronca maternofilial que viene degradándose desde que el cabrón del padre decidió que su inevitable vejez debía rejuvenecerse "siendo feliz" con otra mujer veintitantos años más joven y abandonando a su familia sin ningún remordimiento. Ahora en vez de velar por su esposa y sus hijos, a los que les pasa, con mucha desgana, la miseria que ha decretado el juez, prefiere colmar de atenciones a su nueva novia, ya que la pasta es un eficaz sustituto del vigor juvenil.
La buena noticia es que ha debido vomitar motu proprio y que lo van a tener en observación hasta que se le pase la intoxicación etílica. A mí me entran ganas de plantarme delante del paciente y abofetearlo hasta que se me duerma la mano, pero gracias al cielo, hay tanto familiar en la sala de espera que no puedo acceder al box para satisfacer mis más perentorios deseos.
Con todo en una calma amarga y sufrida, yo me largo. Al padre, aunque avisado, no lo he visto en toda la santa mañana y hace un rato que ha dado la una en el reloj.
Y yo que soñaba con un domingo tranquilito.
Marco
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Aitor Arregi y Jon Garaño me parecen dos buenos directores, tanto cuando
trabajan juntos como por separado. La única película suya que no me gustó
fue Han...
Hace 1 semana
1 comentario:
Ya lo siento, Juli, menudo domingo para toda la familia... Mucho ánimo a todos, sobre todo para ti y para la madre de la criatura que ha olvidado eso de que pastillas y alcohol no se mezclan.
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