Tengo un bló

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Tmeo, la mejor revista de humor

miércoles, 25 de julio de 2018

Los guiñoles

De aquí a cinco años estamos matándonos unos a otros dado el mal rollo, no sólo estatal, sino mundil que hay. La mezquindad del ser humano no tiene fronteras, irónicamente.

Pero voy a volver a hablar, no de la radicalización supremacista que estamos sufriendo a nivel mundial, sino lo que pasa en este pequeño reino heredado de un general, y más concretamente, vuelvo al tema de cómo nos perfilan un líder joven, bien parecido, que mantiene su ideología al pairo y que lo único que le importa es acaparar poder.

Esta vez Sánchez o Rivera se libran, aunque entran dentro de la categoría. Volveré a hablar de Casado. Una pena que no me guste hacer apuestas, aunque me temo que los de Wiliam-Hill no me hubieran aceptado mi pronóstico de victoria pepera para este máster "of iunivers". Aunque no me cansaba de decir aquí que SSS (la aspirante de Rajoy) se iba a comer una bosta. ¿Por qué?

Líderes nacidos en los 70, como Macron. Iglesias no cuenta.


Por tres razones fundamentales: La primera es que era la continuidad del mediocre de Rajoy, y su bochornosa salida no la ayudaba en nada; la segunda es que aún todavía ser mujer sigue siendo una desventaja para liderar, oh, sí, cuñados que insistís en que el feminismo es desigualdad y que ya tenemos un 8 de marzo, ¿Para cuándo el día del machurilo?. La ciudadanía conservadora de este país, de derechas de toda la vida, desconfía de que una mujer pueda dirigir nada. No somos la Gran Bretaña de los 80 y nadie se acuerda de que aquel país funcionaba, con guerra malvinera victoriosa y todo, gracias al empuje de dos mujeres; y la tercera y no menos importante, sino todo lo contrario, Pablo Casado se ve respaldado por el extremismo derechista más cazurro y exaltado. ¡Si hasta lo apoya ese diosecillo ególatra llamado Aznar! Con el caballo de batalla, o jamelgo famélico, de que España se rompe, que es lo que motiva a tanto afecto al régimen pepero, Casado ha conseguido arribar al poder.

No es que le de importancia a su victoria porque ya se encargan los medios en intentar acostumbrarnos a su imagen como un victorioso líder. Su imagen, que no su discurso renqueante y torpe. Tres varones caracartones aspiran a ser los que dirijan el cotarro de este país que se rompe de pura negligencia por parte de sus dirigentes. Dentro de unos años, no dirigirán ni su comunidad de vecinos, si es que queda alguna.

1 comentario:

Robin dijo...

Efectivamente, pensé que el que Soraya fuera mujer no iba a favorecerla en el ámbito de la derecha recalcitrante. Casado es la cara de esa misma derecha retrógada, de Esade para hijos de papá (que no de mamá). La sensación general que percibo, amén del malrollismo generalizado: una España tendente a sus raíces íberas más profundas, léase incapacidad de colaborar, traición y tendencia al bandolerismo, como bien destaca Estrabón.