El fin de semana, cuando cae en festivo, viene tanta gente de provincias próximas que se duplica fácilmente el escaso censo de 2000 habitantes.
Los dantzaris bajan a ritmo de "los napoleones" para bailar el "zubigainekoa" (El de encima del puente), baile del siglo XV. Todos los 7 de julio a mediodía (Nunca puntuales).
Y mañana, día de peñas.
Por mucho que digan que "murria" (nostalgia) viene del euskera, yo no me lo creo, porque siempre se dice "herrimina". Me encantaría estar allí.
4 comentarios:
Primer desacuerdo: no puedo ver a los animales fuera de su entorno.
Ah, no, estoy hasta las narices de que la gente se crea que las fiestas y los toros son un elemento sine qua non. De eso nada. Las fiestas ya existían antes de que nadie matara toros, y, en el pueblo, como mucho, suele haber vaquillas resabiadas que dan algún volteo a los inconscientes. Se puede prescindir de esto con total facilidad. Créeme.
¡¡Maldito Hemingway!!!
Vale, vale, pero es que ya no estoy para muchas fiestas...
María Jesús: Cada uno debe llevar las fiestas como le vaya bien. Yo no sé si sería capaz de aguantar cinco días durmiendo de nueve a once de la mañana y de tres a cinco de la tarde, como solía hacer antes por estas fechas. Pero salir un ratico....¡Anda que no! Y tú, también ;)
Publicar un comentario