Tengo un bló

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Tmeo, la mejor revista de humor

martes, 1 de marzo de 2022

Reflexiones sobre los cuentos de la guerra

 Las guerras no las gana nadie. Ni siquiera esa gentuza que las provoca para sacar beneficio económico a costa del dolor, sufrimiento y muerte. Nunca gana nadie pero no aprendemos. Esos excesos de testosterona van a producir un mal infinito. Todo esto de entrada.

Pero la maldad no sólo está en la guerra. Este mediodía no se me ha ocurrido nada peor que poner la tele donde unos buitres maquillados van "informando" a la opinión pública de lo que dicen que pasa en Ucrania creando un tendencioso desequilibrio entre el muy malvado Putin, y el angelote que debe ser Zelenski. Ni uno ni otro tienen que representar la maldad o la bondad absoluta y recrearlo así es totalmente obsceno. Uno en su Kremlin a cobijo y el otro compartiendo raciones militares en el frente. Tendencioso y estúpido manejo de imágenes para fijar en la mente ignorante qué es lo malo y qué es lo bueno. Casi más obsceno que la propia guerra.  Porque no habrá un medio informativo honrado libre de intereses. Eso es imposible. Cada uno te alienta para que tu convicción teledirigida se vuelva apoyo incondicional propiciado por el odio. Una mierda como una catedral.


Desconozco muchas cosas del conflicto, pero de los buitres de los medios pagados por la OTAN no me creo ni media palabra. La guerra no es cosa del 2022. Lleva ocho años de ataques de Ucrania a ucranianos que, no por casualidad, lo son aunque hablen ruso y se sientan rusos. Pero de eso nadie sabe nada. Putin, que no es un santo, ha cometido un error imperdonable y es atacar por muchas excusas que meta. El viejo de la casa blanca está encantado porque la guerra, aunque la planee él, en gran medida, le pilla lejos, como siempre y sólo piensa en sacar beneficios a posteriori.

La situación da asco si se mira desde fuera del conflicto, sobre todo al comprobar cómo se arrastra a la opinión pública para que acaben idealizando de una forma totalmente imbécil a los buenos y a los malos. ¿Quién es el bueno? ¿El viejo de EEUU? ¿El ejército ucraniano que lleva ocho años bombardeando Donbass? ¿Los que ensalzan a Stepan Bandera? Lo tienen demasiado claro. Yo no.

No quiero saber nada de la puta guerra que han creado los codiciosos y menos por las noticias de mierda de los medios de mierda con intereses en hacer resurgir un sistema económico de mierda. No me creo nada excepto el sufrimiento de la población civil de donde sea. Hay algunos que llevan así ocho años y hasta ahora poco les ha importado ¿A que casi nadie lo sabía? 


3 comentarios:

Emilio Manuel dijo...

Hemos coincidido en la foto y en la idea de tu entrada.

Saludos

Francisco Cordero dijo...

Es cierto que nos tratan como a idiotas. Tienen que dejar bien claro cuál es la visión que conviene a los borreguetes y quién es el malo de la película, que acostumbra a ser la visión de los intereses de la clase dominante. La verdad de este asunto empezó en 2014, cuando el imperio y sus títeres de la ue dieron un golpe de estado en Ucrania y se sirvieron de los nazis (la democrática Europa) para asesinar a los rusos y descendientes de rusos y de paso, ilegalizar partidos políticos que les molestasen (por supuesto, el comunista) y seguir rodeando militarmente a Rusia. Como vemos, no hay equidistancia de culpabilidad.

Un saludo y ten cuidado, no vayan a prohibir o censurar tu blog. Con esta gente tan liberal y democrática nunca se sabe.

Nosu dijo...

Yo, después del bombardeo informativo del COVID, ya no puedo más. No puedo con las informaciones de la guerra. Me siento alguien desubicado porque no sé de que va. Cansan mucho las clases dirigentes y los que pagan el pato, los de siempre.

Pero por favor, hazte copia de seguridad el blog por si acaso