Como todos los días de navidad hasta ahora, he podido volver a Donostia, lo cual siempre es agradable aunque siga sin quitarme la vergüenza de tener que ir parándome con todos mis ancianos (porque lo son) vecinos a darles pinceladas de mi vida fuera. No lo llevo bien, nunca lo he llevado bien e intento escabullirme todo lo que puedo, lo cual no es fácil.
Son días de excesos sobre la mesa que llevan estirándose desde las semanas de adviento en las que vienen celebrándose las temibles cenas de empresa donde por lo general te lo pasas bien siempre que te sientes en el lugar adecuado con las personas adecuadas. En una de ellas, además, se hace un sorteo y este año el premio máximo era una satisfyer nada menos, que la agraciada espero que utilice.
El programa del de la derecha no lo veo jamás.
Será navidad pero el mundo en el que nos desenvolvemos da auténtico asco. No voy a entrar en detalles porque no quiero que me encierren aplicando la deleznable ley mordaza, pero me temo que la calidad democrática de este reino con monarca parlante por la tele no está en su mejor momento por mucho que esta decadente Europa tire de las orejas, y la cosa, si no lo remedia nadie, sólo puede empeorar.
En otro orden de cosas, me do cuenta de que cada vez escribo peor, quizá porque ya no me ejercito tanto, lástima. Espero poder volver a retomar este blog con la calidad que se merece, que tampoco es mucha, pero debe mejorar ante la mediocridad actual.
Suspiros navideños de hastío.
Marco
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Aitor Arregi y Jon Garaño me parecen dos buenos directores, tanto cuando
trabajan juntos como por separado. La única película suya que no me gustó
fue Han...
Hace 2 semanas
2 comentarios:
Solo por el hecho de poder ir a casa por navidad ya deberías estar contenta, veo que no, trata de relajarte que te va a dar un sincope y procura aplicar el dicho "a vivir que son dos días" o "Carpe Díem", lo digo por animar, aunque no se si lo conseguiré.
Y ya no queda ni la intriga de si va a nevar o no...en manga corta este 25. Puag...
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