He maqueado el viejo dicho latino del "si quieres la paz, prepara la guerra" porque lo que se cuece en las fronteras que cinrcundan Venezuela no es precisamente la búsqueda de la paz, sino el codiciado petróleo que las grandes empresas del sector, capitaneadas por las norteamericanas y sustentadas por su gobierno "trampero" ansían explotar.
Clásico pero real.
Y claro, lo disfrazan de dictadura cuando no lo es, independientemente de que la política de Maduro guste o no, de penurias y hambrunas de la población, cuando es EEUU la que fomenta el bloqueo de bienes, de violencia gubernativa, de represión, de noticias cafres sobre la quema de envíos interesados que intentan colar en la opinión pública internacional como "ayuda solidaria"....El bombardeo de noticias sobre Venezuela y sus circunstancias no es que sea masivo, que lo es, sino que empieza a ser insoportable, como insoportable resulta ir desmintiendo a los poco fijados usuarios de las rrss sobre las postverdades que propagan como una epidemia infectocontagiosa. Algunos lo hacen de buena fe, otros por ignorancia (O las dos), otros porque son unos emperrados neoliberales y otros porque son imbéciles y no se dan cuenta de que se autolesionan con las armas que les regalan los poderes fácticos.
Y así estamos, los buitres de las multinacionales se frotan las manos y apéndices genitales soñando con la toma de un estado soberano que no se deja doblegar, ni robar, claro está. Los artistas bien pagados paren un festival musical para la ayuda deshumanizada mientras alguno de ellos se dedica a repartirse sus hijos bien pagados como el que se reparte una colección de cedés.
En Yemen un embargo feroz, porque la guerra no le resulta al país petrolero que pretende dominarlo, mata de hambre a decenas de miles de niños, pero a nadie le importa una jodida mierda la desnutrición y muerte de estos desgraciados infantes.
Haití se muere de hambre, miseria y dejadez internacional. Está más cerca de EEUU que Venezuela, pero unos negros que hablan francés no le importan a nadie.
En España no estamos mejor. El triunvirato del odio y la desigualdad sigue su miserable ascenso a las cotas de poder a costa de silenciar a las mujeres y olvidar a los muertos de las cunetas, y, mientras tanto, unos sinvergüenzas provocadores sacan su autobús del odio.
Los de hazte imbécil, provocando.
Próxima parada: La desolación.
Marco
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Aitor Arregi y Jon Garaño me parecen dos buenos directores, tanto cuando
trabajan juntos como por separado. La única película suya que no me gustó
fue Han...
Hace 2 semanas
2 comentarios:
Esto no acaba nada más que empezar, la cosa irá a peor.
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