Tengo un bló

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Tmeo, la mejor revista de humor

lunes, 4 de febrero de 2019

Bachillidos

Tengo una sobrinilla muy inteligente y aplicada que se toma con una seriedad inusitada sus estudios de bachiller. Quizá se lo toma demasiado en serio porque le hace sufrir demasiado para la edad que tiene. Lo pasa verdaderamente mal. Hay algo perverso en que el sistema educativo juegue con el estado de ánimo de los adolescentes hasta hacerles rondar los síndromes depresivos, cuadros de ansiedad, niveles de estrés y riesgos de colapso corporal. Mi sobrina es muy seria para su edad y estudia con determinación porque quiere entrar con buena nota en la universidad para poder optar a alguna ayuda económica, y es que los buenos tiempos en los que se podía estudiar sin endeudarse, como si los estudios universitarios fueran la hipoteca de un ático lujoso en un barrio pijo, ya sólo se puede encontrar en los libros de historia. Estudia primero de bachillerato científico. Siente pasión por la física. Pero, como se supone que el bachiller tiene que formar a los jóvenes no sólo en ciencias, sino también en otras disciplinas, debe estudiar otras materias como es la literatura. Hasta aquí, todo correcto. Es muy bueno que los chavales tengan nociones de cultura general, claro, y que, además, se les inicie en aficiones como es la lectura de buenas obras, aunque ya sabemos que la literatura tiene ciertos sesgos culturales. 
Y es aquí donde empieza mi incomprensión. Mi sobrina, aficionada a la lectura y a la escritura, me pide que le eche una mano porque tiene que presentar los deberes on-line antes de las 23:00 horas del sábado. Empezamos a mediodía trabajando sobre un fragmento de Nada de Carmen Laforet, que es cuando Andrea llega a casa de sus parientes barceloneses con la cabeza llena de incertidumbres. Trabajamos contestando a las preguntas referidas al texto, y no lo hacemos de manera lenta, pero aún así se nos echa el tiempo encima y ya es casi la una, y lo peor es que no hemos hecho más que empezar. Y pregunto a mi sobrina por los apuntes. Y resulta que no tiene, porque las lecciones se descargan por internet. Y yo me hago cruces porque eso obliga a los alumnos a tener acceso a internet. Ella tiene en su casa y en la nuestra, pero ¿Todos los chicos de su clase tienen este acceso en sus casas? Estoy convencida que no y le pregunto qué se hace si no tienes internet, y ella, con lógica dice "Usas el de la biblioteca". Y me imagino que habrá más chavales que ordenadores, y me imagino que los sábados no podrán acceder al colegio,y me imagino que mucho menos hasta las once de la noche y me imagino que así el sistema educativo arrincona a los chavales "prescindibles" (siempre entrecomillado) que son pobres y les ponen dificultades en bachiller, ¡Bachiller! y si tienen que fracasar, que fracasen.
No sólo es que los apuntes son on line. Es que son cuatro esquemas más que escuetos que unos a otros se contradicen. Que me cago en el sistema educativo cuando obligan a los adolescentes a diferenciar entre el narrador omnisciente de los años 40 al ultraomnisciente de los años 60 si tienen que andar buscando en google qué significa cada cosa porque el esquema de mierda que se descargan por la web de la asignatura del colegio apenas da una pincelada y te hablan de Juan Marsé pero Miguel Delibes está desaparecido. Porque esta es otra, el esquema apunta que hablan de las desigualdades de clase, pero "los santos inocentes" no se encuentra destacada, y apunta que se usa la segunda persona del singular para narrar, pero no sale ni Mario, ni su viuda, ni las cinco horas del velatorio.
Ni Laforet, ni Matute, ni Martín Gaite. La historia de la literatura esconde a las mujeres hasta en los apuntes de los chavales.


Y así nos han dado las dos y media de la tarde reescribiendo tres finales alternativos de la escena en que el Pijoaparte se da cuenta que no se ha tirado a una niña bien de Sant Gervasi, sino a la criada
 "Últimas tardes con Teresa" , eso sí, sin llegar a los golpes. Porque tienen que saber diferenciar entre la forma de narrar de un guión, del teatro o de la novela, y tienen que saber diferenciar en una palabra entre el lexema y el tipo de morfemas que hay, mientras te tiras casi tres horas de "deberes" y por fin acabas  hasta los coj... y te preguntas si todos los chavales de su clase pueden perder tres horas de su vida delante de un ordenador, si tienen la suerte de poseerlo, pescando las explicaciones del google, porque de la web del insti pueden descargarse unos powerpoints superchulos en los que se ven las portadas de los libros de posguerra del Nada y la Colmena a Cien Años de Soledad, y La Ciudad y los Perros, porque también tienen que estudiar la imprescindible literatura iberoamericana que tan excelentes libros ha generado, y está muy bien, pero me cago en el sistema educativo una vez más porque con la mierda de esquemas del colegio no hay nadie que pueda contestar las preguntas correctamente. Que los chavales, sobre todo los que no tienen los medios tecnológicos en su casa, no pueden perder el tiempo en gilipolleces sine qua non aprobarán el curso, y es que tener que entregar los deberes antes de las 23:00 de un sábado de manera on-line, no está al alcance de toda la adolescencia.
Que siempre es la puta pasta lo que nos aleja de los logros personales, porque no tienes un pc en tu casa y la biblio no abre, quizá tu nota baje por culpa de no entregar tus deberes y no puedas acceder a la educación superior porque tampoco te la puedas pagar y no tienes derecho a beca, por mediocre, que eso es lo que te recuerdan siempre, y por eso tienes a chavales válidos estresados y a punto de perder la salud física y mental sólo porque el sistema los discrimina. ¿El sistema educativo se está convirtiendo en un sistema clasista? Qué pena ver a lo que estamos llegando.

1 comentario:

Emilio Manuel dijo...

Te entiendo, yo también tengo un nieto que cuando no están sus padres me toca un poco hacer de ellos con los deberes y uno que hizo el bachillerato en los 60 obnubilo en colores cuando lo chavales apenas saben hacer un cuadro sinóptico o apenas tienen que memorizar una frase.

De todos modos a tu pregunta, te respondo con otra pregunta ¿cuando no ha sido clasista nuestra educación? de forma más o menos soterrada siempre lo ha sido.

Saludos