Es febrero y ya amanece un poquito antes que en los
oscuros meses precedentes. Hoy, además, una densa niebla lo envuelve todo de
gris. Monto en el coche y vuelve a sonar el “Coming in from the cold” de Bob
Marley. Una canción caribeña que menciona el frío por una frase hecha.
Y Marley te va diciendo que te está hablando y que no
dejes que el sistema se te meta en la cabeza, si no lucharías si este matara a
tu hermano. Piensas qué tiene que ver el
frío con todo esto y te viene a la cabeza la novela de espías de John Le Carré “el
espía que surgió del frío”, que en inglés original se titula “The spy who came
in from the cold”. Recuerdo que come in
from the cold también puede traducirse como volver del exilio, del aislamiento
o de la clandestinidad. ¿La canción de Marley también va por este derrotero: Salir
de la clandestinidad, del aislamiento, de esa condena a la que te sume el
sistema del que habla? Quizá…
Tengo que cambiar la música del coche. Llevo oyendo a los
Wailers desde hace dos semanas. Suena el álbum “Uprising” una y otra vez.
Uprising, grabado en 1980 mientras Marley ya estaba enfermo con el que se dio una gira mundial que le hizo
recalar en España donde iba a dar dos conciertos aquél junio de 1980 en plena efervescencia
sociopolítica. Dos conciertos apalabrados pero sólo uno celebrado, el de
Barcelona. Las autoridades de Madrid tuvieron el discutible mérito decancelarlo. Miedo a la juventud aficionada a las drogas y al libertinaje,
supongo. El de Madrid fue el único
concierto cancelado de esta última gira de Marley vivo. Los Wailers han seguido
tocando hasta ahora y han venido por aquí muchísimas veces.
Mi tía tiene la culpa de que me guste tanto el reggae.
Llevo escuchando a Marley desde que yo recuerde. Es más, la primera vez que
escuché “three Little birds”, Marley aún estaba vivo.
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