Voy atabalada, por eso ya no tengo tiempo ni de escribir, y tampoco de leer, cosa que me entristece mucho. El día se me hace corto y parece que lleve pegado un reloj al culo. ¡Lo que me faltaba! Voy tan acelerada que ya ni me fijo en los pequeños detalles, así que el otro día, a toda prisa, cerré las ventanas y bajé las persianas para irme al trabajo después de haber ventilado la casa a golpe de cronómetro.
Cuando llegó mi pareja a mediodía y abrió las persianas, se encontró con un inquilino enganchado en la mosquitera, aprisionado en un estrecho canal entre la persiana y la mosquitera, cosa que no pareció afectarle nada, porque ahí estaba, dormitando y esperando tranquilamente la puesta de sol para revolotear guiándose por los sonidos.
Atrapado en la red.
Si, se coló un murciélago y estuvo la mar de a a gusto. Tanto que repitió pensión al par de días. Le subíamos la persiana al atardecer, para que se largara cuando quisiera y el muy sibarita, como la luz lo molestara, se escondía en la parte alta de la ventana guareciéndose tras las lamas de la persiana, enganchado a la red como un tuitero a jornada completa.
Ni de noche salía, con lo a gustico que estaba.
Boca abajo, sujetándose como un equilibrista, el mamífero alado se pegó unas cuantas siestorras de esos de pijama y orinal, aunque en su caso, el orinal no le sirve de nada, ya que menudos "regalitos" que nos dejó en el alféizar el muy chupóptero.
En fin, cosas que tiene vivir en la zona.
Marco
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Aitor Arregi y Jon Garaño me parecen dos buenos directores, tanto cuando
trabajan juntos como por separado. La única película suya que no me gustó
fue Han...
Hace 1 semana
1 comentario:
Le tengo poco cariño a esos animelejos, son chupasangres.
Saludos
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