Tengo un bló

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Tmeo, la mejor revista de humor

jueves, 16 de junio de 2011

Tienda de pueblo

Cada pueblo tiene su modesto comercio que es como los grandes almacenes. Tiene de todo pero sin escaleras mecánicas que te lleven a los pisos donde está la sección "moda joven". Mi padre dice de la de su pueblo que vendía desde alpargatas hasta libros de confesar. Desde luego es increíble encontrar cajas de pastas al lado de cabos de vela, utensilios de ferretería, lechugas, zapatillas para casa o juguetes.

Esta está en un rincón costero, por eso vende barcos pesqueros a escala, además de utensilios de hojalata. Cada vez hay menos, porque las grandes superficies también han llegado a los villorrios polvorientos por el abandono hasta de los mapas.

9 comentarios:

mariajesusparadela dijo...

Pero solamente en las tiendas de los pueblos, esas que tienen de todo, se encuentra el ingrediente para vivir "charlar con el tendero sin comprar nada" y en eso nunca podrán competir los grandes almacenes...

Pena Mexicana dijo...

Yo creo que aun cuando haya grandes almacenes esas tiendas no pueden morir del todo. Es triste que desaparezcan las de toda la vida, pero creo que la prueba de que son necesarias está en la existencia de tanta tienda de chinos. Si te fijas, tienen el mismo espíritu de ser una tienda en la que vas a encontrar de todo, desde algo para desayunar hasta una camiseta...

verticanav dijo...

Me encantan esas tiendas. Un tío mío tenía una de esas. Mi madre decía que sólo le faltaba vender cajas de muertos:( Teneis suerte en Euskadi. Aquí ya no quedan. Los utensilios de hojalata son preciosos....

Sra. Castafiore dijo...

Y las que mas molan son las del subgénero de bar-tienda, donde te puedes pasar una hora descubriendo artículos imposibles a la venta mientras te tomas un vino y una de queso, y ves a los parroquianos echar la partida en la mesa de al lado. Que pena que casi no queden ya.

ISA dijo...

Tengo debilidad por las ferreterias de los pueblos. Encuentro cosas increibles¡¡

Blau dijo...

Neska, en Caracas ibamos a un "abasto" pequeño, peeerooo tenía de todo. A mi me gustaba ir porque me compraban pelotas de goma jajaja

Muxus!

Anónimo dijo...

Creo que tienen un magnetismo especial y algunas se pierden pero otras se reciclan.
Esta es un lujo.

maslama dijo...

hola guapa;
cuando fuí a publicar el artículo sobre Rubiños, no pude encontrar para ilustrarlo ni una sola foto, ni huella había dejado después de tantos siglos de historia.. tan solo en nuestra memoria, pero la memoria es frágil y la vida tan efímera..

con todos los medios técnicos que existen ahora, no conozco ninguna iniciativa para conservar (por lo menos) reportajes fotográficos de estos pequeños comercios que van inevitablemente desapareciendo.

besos,

Goldikova Wertheimer dijo...

Ya se donde está esa tienda. Hondarribia, al lado de La Marina. Saludos.