Tengo un bló

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Tmeo, la mejor revista de humor

martes, 4 de agosto de 2020

Borboneando

El tema de la semana es la huida del ex rey. ¿Podría decirse que es un prófugo? Un rey que aposenta sus reales en una República; la República Dominicana. Tiene hasta su gracia si no fuera porque este experto cazador de comisiones  no creo que haya decidido renunciar a sus emolumentos fijados en los presupuestos generales del Estado que le pagan todos los españoles, los que no se sienten españoles pero se retratan en cada declaración a la agencia tributaria,  los inmigrantes que cotizan como los españoles y los que no, también. 





A este rey español de apellido francés y nacido en Roma, casuales hechos que podría tener cualquier alto militante de la ultraderecha, tan fan de los genes españoles y tan escasos de ellos, se le ha estado perdonando todo, no lo volverá a hacer, desde que el antiguo jefe del estado lo designó sucesor. Décadas han estado los cuadros de mando y los medios de comunicación lamiendo las posaderas al egregio vecino de la Zarzuela. No se podía contar nada de todo esto. Era tabú. Por eso hay tontos de baba que ahora se sorprenden de lo que se descubre. No se podía contar anda de las comisiones de la misma manera que no se pueden contar cosas, qué se yo, de lo que aconteciera cierto 23 F según las hagiografías oficiales para rendir culto al líder. El yerno es un imbécil por dejarse llevar en el negocio familiar ya que él era el pringado de baja alcurnia que ha acabado pagando los platos.





La periodista que escribió un libro impensable a finales del siglo XX, concedió una entrevista a  Público en la que contaba lo arriesgado que era publicar según que cosas porque te veías despedido y, como el único que se atrevió a publicar en Ardi Beltza fue el bravo periodista gallego Pepe Rei, la autora tuvo que guardarse las espaldas pues colaborar con Rei, máximo responsable del área de investigación del diario Egin, desaparecido injustamente por asunto de Estado, le suponía perder su carrera periodística. En aquella época aznariana, tener contactos con la insurrección vasca, aunque fuera un diario satanizado, significaba tu suicidio profesional. Los ejemplares de este famoso libro se vendían de tapadillo y algunos comercios se resistían a venderlos. Un país en el que dudar de la rectitud del jefe del Estado puede rayar el delito tiene sus consecuencias.

Y en esto andamos, el "emérito" ¿Cuál es su mérito?, ha huido con sus millones y en este país sólo nos quedan los chistes que salen a chorro. También están los lameculeros y los herederos de los chanchullos oficiales que expresan su afecto (¿Y su envidia?) y le dan las gracias por los favores prestados, y, además, cobrados. Ya veremos si no empiezan las denuncias porque la gente se pase con los chistes del rey, que sólo pueden ser bienintencionados por su lado campechano.  No le pase lo que a Valtònyc o a Pablo Hasel.

Y luego está Trepa Díez alegrándonos la jornada, a ver si despeja la tormenta borbona para escurrir el bulto dominicano hacia ETA. 


En fin, que en este reino de paganos, por muy religioso que sea, los que pueden hacen chistes, blancos, a ser posible; los intolerantes se niegan a llamar al campechano por lo que es; la gente mira y comenta, pero nada más y pocos se atreven a pedir explicaciones al "preparao" y menos exigir que el exrey revierta el dinero negro que se lleva al Caribe o, cuando menos, que deje de cobrar de las arcas del Estado que llena con esfuerzo todo habitante de la península, archipiélagos y enclaves del otro lado del estrecho. El catorce de abril del año que viene es un aniversario redondo, fíjate tú.

1 comentario:

Emilio Manuel dijo...

De tantas cosas que escribiría me cuesta trabajo hacerlo. Hace unos días en una amplia reunión familiar hubo palabras muy subidas de tono, en esa reunión había de todas las tendencias de pensamiento, hasta aquellos que dicen que de política no entiende, pero eso sí, mantenían que el rey no ha robado nada a nadie, que eran regalos que le hacían, tiene cojones; esta reunión familiar de los que nos vemos de higos a peras, no salí muy bien parado, no podía silenciar que esos regalos recibidos de esa manera se le llama corrupción y, no pagar a hacienda y evadir impuestos a paraísos fiscales es un delito contra la ciudadanía, eso sí, el personaje era un Policía Nacional de escala básica que no da para mucho, así se lo deje entrever.