Me ha costado un esfuerzo supino publicar mi contribución habitual en zinéfilas. Ayer iba desarrollando el tema mientras trabajaba, minimizando la pantalla del blog cada vez que había de realizar una tarea perentoria o atender al teléfono, aparato al que odiaba mucho antes de tenerlo como herramienta de trabajo. Al final me ha quedado medio bien, aunque le hubiera sacado más chispa si hubiera estado tranquila.
La peli de la que hablo, "la sombra de la ley", es una entretenida historia que homenajea al cine negro americano trasmutando el Chicago, años 30 por el Barcelona, años 20. Y es que la Barcelona de los locos años que sucedieron a los de la primera guerra mundial es un campo bien abonado, pero poco cultivado, para desarrollar ficciones diversas. Lástima que el olvido producido por la barbaridad acaecida tres lustros después haya dejado el terreno yermo.
Barra libre de balas, que somos de Vox.
Ahora que parece que hay un interés por esta época en concreto, visto en culebrones de sobremesa de esos que te ayudan a echar la siesta y entretienen a las abuelas, quizá a alguien se le ocurriera producir una serie tipo "las brigadas del tigre" que tanto lustre dio a la tele francesa allá por los años setenta, aunque, teniendo en cuenta que las cadenas generalistas tienen la fea costumbre de maltratar las series de producción propia, vaya usted a saber.
Hablando de series de producción propia. Un esquivo personaje de la película es interpretado por el británico que hacía de guiri en esa serie de la TVE llamada "Cuéntame como pasó", aunque dicen las malas lenguas que el título original era "Me cago en la leche, Merche, con Franco vivíamos mejor, y lo digo a viva Vox". Pues eso, el tal William Miller interpreta al capitán García Serrano.
Supongo que será casualidad y no fruto de una gracia irónica del guionista eso de que este personaje esquivo, sombrío y fugaz se apellide García Serrano, como el periodista y militar, Rafael, que se alzó en Navarra durante aquella resaca sanferminera de 1936 para escribir pocos años después esas novelas belicistas y fachendosas como "Plaza del Castillo" o "la fiel infantería".
García Serrano, padre, atentando contar los símbolos legales de la patria en Pamplona en verano de 1936.
De los hijos de Rafael García Serrano hay uno, Eduardo, que siguió sus pasos y es un habitual de las tertulias rancias de esas oscuras cadenas fechendosas. Hasta se atrevió a afirmar públicamente que era un fascista para, acto seguido, pedir un taxi delante de las camaras no hará mucho.
Al paso de la oca. Quizá hubiera tenido que poner la imagen en el que su mano, al ser alzada a la romana le tapa esa jeta de fascista reconocido que tiene.
Otro que debe estar de "subidón" con la propaganda que se le hace a Vox y su intención de imponer las leyes texanas sobre armas de fuego.
Y luego dicen que las películas de cine negro y gangsterismo exageran por la cantidad de plomo que en ellas se dispara. Cortos parece que se van a quedar.
1 comentario:
Pues yo no he visto la sombra de la ley.
Besos
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