Es inevitable que, tarde o temprano, te enteres de que este sábado pasado fue ese evento eternamente insoportable llamado eurovisión en el que había grandes esperanzas (!!!) en que los neotriunfitos, o sea, la chica talentosa y el noviete que intenta que se le pegue algo de ella, consiguieran un honorífico puesto o incluso ganar (Pensar en esta remota posibilidad me hace carcajearme y eso que ni he oído la cancioncica del año ni ganas de hacerlo). El consabido desenlace es que quedaron peor que cuando se envió, cachondos que son los españoles, al Chikilikuatre a hacer el ganso.
Países Eurovisivos: Australia e Israel
Ha debido ganar Israel, por lo visto, que junto a Australia son esos dos países que no se sabe a ciencia cierta qué rayos pintan en Eurovisión. Tampoco he escuchado, ni pienso hacerlo conscientemente, la canción ganadora, pero me han dicho que rememora aquello de la gallina coco-uaua.
No me cabe en la cabeza que haya tanto fan de ese bucle sinfín de temas pop llenos de efectos especiales. Hace cuarenta o cincuenta años era pasable porque apenas había doce o quince canciones en el evento. ¡Pero es que ahora hay semifinales! ¡Y casi pasan de la treintena el día de la gala! Eso no hay humano que lo aguante, a no ser que seas un friki, gay, europeo del este o todo junto.
El de Ucrania se cree Jerry Lee Lewis y se va a quemar el culo
Y aún hay gente que se decepciona y se sorprende porque la canción de España no quede mejor. Pobres incautos. Sea lo que fuere que representa a España en ese festival NUNCA ganará, por eso siempre es mejor optar por reírse de ello y enviar un chiste musicado o, directamente, pasar del evento (Ojalá) y así ahorrarnos la matraca durante el último mes.
Marco
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Aitor Arregi y Jon Garaño me parecen dos buenos directores, tanto cuando
trabajan juntos como por separado. La única película suya que no me gustó
fue Han...
Hace 2 semanas
3 comentarios:
Vaya por delante que no vi el festival de eurovisión, me quedé en la segunda cadena viendo una adaptación de las novelas policíacas del escritor italiano Andrea Camilleri sobre las aventuras del detective siciliano, el Inspector Montalbano, de la que soy fiel seguidor, tanto de la serie como de sus novelas.
Dado que tengo la suerte de poder ver en el tiempo que quiera las propuestas que emite la TV, una vez acabado el festival y conociendo los resultados, pude ver a la canción española así como la que gano y la que quedo segunda, ¿viendo esto puedo considerarme un friki, un gay o un tio del este?, me temo que hay gente pa to y que no nos guste el festival no quiere decir que no guste a otra gente, también digo, que las televisiones no emiten música de la buena, dicen que no es rentable, ¿que esperamos entonces?, aquellos programas musicales de los 80 y 90 han desaparecido, solo hay basurilla.
El año pasado no lo vi porque me estaban operando de apendicitis, pero este año había cosas interesantes. Todo pasa por no escuchar de antemano ninguna canción ni ninguna referencia al evento, y entonces llegas fresco y sereno. Y a disfrutar...
Emilio: Según tus palabras, si te quedaste viendo la serie de Montalbano, no llegaste a ver por entero todo el festival en sus más de cinco horas de emisión, y, por lo tanto, no entras en la categoría de friki, gay, europeo del este o las tres juntas, porque para ello, como digo, debes tragarte todo el festival, desde que ponen el preludio del Te Deum de Charpentier, hasta que cortan la emisión.
Robin: Pues yo no sé, si del aburrimiento los puntos se abrirían solos, mejor que reposaras la sutura de la apendicectomía, ¿No?
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