Tengo un bló

Tengo un bló
Tmeo, la mejor revista de humor

jueves, 12 de abril de 2018

Dèjá vu en bucle

Con cierto regusto de dèjá vu, la actualidad se presenta con una desfachatez inaguantable. Parece que me haya montado en el De Lorean de Marty McFly hasta los topes de fluzo en su condensador y haya viajado treinta años atrás cuando todo era sospechoso de ser terrorismo para el Estado policial. La gente, en el resto del país chascaba la lengua y se creía lo que la prensa, radios y tele piaban bien enseñados por el Estado. Todo era terrorismo, hasta enseñar euskera a adultos, hasta publicar periódicos, hasta manifestarse con todo el derecho legal. Todo era terrorismo y ahora, también.



Y, después de todo, el Estado español es incapaz de dialogar, quién sabe, quizá  porque si no lo hicieron sus abuelos vencedores, no van a empezar ahora, ante la falta de ayuda de los tribunales del Estado Federal de Schleswig-Holstein (Qué casualidad, lugar de origen de la familia real griega, hoy en el exilio por apoyar dictaduras militares), y no estoy insinuando nada sólo hago mención de la casualidad, que el resto es pura historia de la desgraciada Grecia, ese país al que Europa, cuando el imperio otomano estaba en decadencia, decidió poner a un prusiano como rey en esa época en la que se forjaban naciones estado que la gente cree de origen longevo e inalterable y nada más lejos de lo cierto.

Decía que el Estado español es incapaz de resolver un problema con el diálogo, y, como se empeñan en llevarle la contraria hasta en el extranjero, usa un manido plan B que en las comunidades vasca y navarra estuvo de moda hace treinta años para desgracia de sus habitantes y para descubrimiento actual de foráneos. ¿Que no me dicen amén a mi voz de mando?, todo es terrorismo.

Le llaman golpe de estado a lo que el parlamento catalán, después de muchos amagos, hizo a final de octubre, ya que en Madrid cerraban los ojos para no ver el problema, que lleva años, por cierto. Sedición a quienes eran miembros del gobierno, deteniéndolos, encarcelándolos, dejando a alguna libre para volverla a encarcelar, porque, por lo visto no se les había ocurrido antes por qué enchironarla.

El problema persiste porque no pueden encarcelar a toda la ciudadanía que rechaza a una España cada vez más opresora. Es más, es que hay mucha gente que antes le daba igual ocho que ochenta y ha tomado una decisión viendo los atropellos de un Estado agresivo.

Quizá pare todo cuando vayan persona por persona obligándolas a desistir de sus ideas. Un Estado se demuestra obtuso cuando no sabe solventar problemas que se enquistan, pero, claro, teniendo momentos como este, tan de vergüenza ajena:




Sintomático es que muchos que hablan del golpe de estado de los independentistas y se lleven las manos a la cabeza, sobre todo en tertulias radiofónicas rancias en cadenas públicas, se nieguen a reconocer que este Estado tal y como lo conocemos, emana de otro golpe de Estado que hizo saltar por los aires, llenos de avioncitos alquilados a la Luftwaffe, a una forma de Estado que surgió ante la renuncia de un rey que prefirió largarse,y que aún trae cola por mucho que se les llene la boca hablando de esa transición que no lo fue tanto.

Por cierto, y ya que estamos, menos mal que la justicia de Schelswig-Holstein ha decidido que no hay motivo de extradición del president de la Generalitat, porque la última vez que Alemania detuvo a un president de la Generalitat y lo entregó a España, este acabó fusilado, como el "míster máster" del gobierno comentó:



Quizá es que en Alemania sí ha habido una verdadera transición.

1 comentario:

ROSA M. dijo...

No han estado educados para el diálogo, "si no piensas como yo estás contra mí"