Tengo un bló

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jueves, 14 de enero de 2016

Ponga un religioso en su vida

¿Qué es la religión?, dices mientras clavas en mi pupila tu pupila azul. La religión es un invento generado por unos listos en los albores de la civilización para tener controlada a las gentes, según su conveniencia, dictando normas y leyes que se creen legítimas gracias a la enajenación mental colectiva dirigidas por esos maestros de ceremonias llamados sacerdotes que proclaman la divinización de un algo superior.

Desde tiempos inmemoriales y fuera donde fuera, un grupo de clarividentes con dotes de persuasión han ejercido el oficio de dominio de las masas entorno a unas leyes divinas que marcan el estilo de vida y las normas a obedecer . Cuando alguien se sale de la norma, castigo al canto.

Yonki de la religión

Hay religiones que han prosperado, y mucho, a lo largo de los tiempos, que, a pesar de la secularización de la sociedad, sigue teniendo su cota de poder. Así cualquier solideo parlante puede soltar perlas por su bocota que explican situaciones poco agradables.

El arzobispo de Toledo va y larga qu“ la reacción machista tiene su origen en que ella ha pedido la separación”.  Vamos, que, si se mata a las mujeres es porque ellas piden el divorcio o la separación. Si aguantaran el matrimonio, como exige la iglesia, no morirían, quizá sólo se llevarían una paliza de tanto en tanto, pero es que para alcanzar el cielo hay que sufrir en este valle de lágrimas que es la vida.

Barbaridades como estas expelidas por esa cantidad de hombres, y sólo hombres, sin experiencia matrimonial, son demasiado habituales y, además, aún tienen un peso ideológico demasiado importante.

Pero no estamos lejos de ver cosas como la carta que circula por las redes sociales, dirigida a una vecina dueña de un perro negro, redactada por un fulano tipo Ned Flanders que ha perdido el norte del sentido común. Leedlo porque no tiene desperdicio.

Racismo animal bíblico

3 comentarios:

Emilio Manuel dijo...

No solo de control, también para justificar los miedos.

Saludos

emejota dijo...

La estupidez no tiene limites.

ROSA M. dijo...

Seguro que ese perro negro tiene mejores instintos y sentimientos que el redactor de la carta, el arzobispo de Toledo y por desgracia muchos otros que pueden ir en el mismo saco.