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jueves, 12 de marzo de 2015

Aguirre columnista y setenta años de paz

Y ese animal político, que además es grande de España por la gracia de Dior, que se llama Esperanza Aguirre, ejemplo viviente de que para ser política hay que tener un morro  más duro que el mármol de Carrara, escribe en El Mundo, qué raro que no lo haga en el monárquico ABC, y se atreve, otra vez, con el temica del fútbol, concretamente de la final de la copa del rey.

 Espe calentando el partido


Esta expresidenta de la comunidad de Madrid ya expresó su condición de noble absolutista cuando hace tres años intentó zanjar los pitidos de la afición a lo que representa en Estado con la prohibición del encuentro. Con la de pasta que se mueve en ese mundillo, claro está, no hubo intención alguna de obedecer a la excelentísima señora condesa.

Patapúm p'arriba

La señora condesa y candidata a la alcaldía del Foro nos larga en su columna la historia de la copa del Rey, entonces de Alfonso XIII, hace 113 años y que es una competición que si se apuntan los clubes es para jugarlo y bla, bla, bla. Lo que no cae la señora condesa es que quienes pitan no son los clubes, sino sus aficiones, a los que, por si acaso, no les dejan preguntarse, no sea que salga lo que no quieren, qué les parecen las instituciones.

La señora condesa quizá ignora, además, que negarse a jugar la copa del Rey, incluye sanciones. Que se lo pregunten al Real Club Racing de Santander de fútbol, por estar en muy mala situación económica el año pasado, que llegó a octavos. La sanción, aparte de tener que abonar tresmil euros, y eso que están fundidos, es la de no jugar esa edición de la copa. Lo mismo la pasa a la Santboiana de rugby, y eso que es el líder de la división de honor de este deporte.

Y esa señora se rasga las vestiduras, aunque sean de modisto caro, porque considera una ofensa que las aficiones piten el himno nacional en la primera copa de Felipe VI. No se pregunta por qué las aficiones de esos lugares pitan el himno impuesto, al igual que su bandera, después de una guerra. Hablando de  guerras, por cierto, acaban de acuñar en moneda con la divisa de dudoso gusto "70 años de paz" (Los 25 eran de Franco en los años 60), por el fin de la segunda guerra mundial. ¿En España? ¿Tiene que ver con la repatriación de cadáveres de la galubaya divisia al grito de Rusia es culpable?


Instituciones a las que no se puede criticar

No se pregunta el por qué en esas comunidades autonómicas hay una sensación general de disgusto con un Estado que no los trata con afabilidad sino con voz de mando de ganador de guerra aún después de "setenta años de paz". Eso no se lo pregunta.

Instituciones y fútbol

Ella y los suyos son felices eternizando el mal encuentro entre pueblos peninsulares. Quieren imponer una bota vencedora  en el septuagésimo aniversario de un final de guerra victorioso y aún se muestran indignados ante lo que consideran -unos simples pitidos- una desafío intolerable. La señora marquesa sólo pretende hacer una imitación manu militari de lo que hizo el dictador Miguel Primo de Rivera en 1925, en pleno reinado de Alfonso XIII, instaurador de la copa a su nombre, que fue cerrar el campo de Les Corts al Barça durante 3 meses por pitar la marcha real.

Espe se refleja en Miguelito


Aún después de 70 años de paz - si es que entramos alguna vez oficialmente en la segunda guerra mundial, del lado de Hitler, claro está- las instituciones del Estado no toleran críticas a pesar de lo poco democráticas que se muestran imponiendo sus liturgias vencedoras y aún desean actos punitivos ante muestras de desacuerdo que no van más allá de unos pitidos, que, la tele, cuando enchufen el estadio, a ser posible NO en Madrid, intentarán silenciar.

5 comentarios:

Emilio Manuel dijo...

No soy ni de himnos, de banderitas ni de religiones me las hicieron odiar en mi tierna niñez y juventud, ahora bien, hay una cosa que se llama respeto y lo mismo que no se me ocurre liarla dentro de una iglesia cuando hay un acto familiar, si asisto, por eso, por respeto, tampoco se me ocurriría pitar en un campo de fútbol a un símbolo que representa a muchos, pesar de esos pitos al insulto al contrario, al arbitro o insultar a la mujer que ha sido agredida por un futbolista solo hay un fino paso, como así está ocurriendo.

Saludos

Juli Gan dijo...

Emilio: Creo que de los pitidos ya hablé la otra vez. Pero ahora trato de lo que escribe esta señora y de los valores que representa. El respeto que se pide también se debería ofrendar, y los vencedores de otras rancias épocas, como los del partido de la señora condesa, ni lo intentan siquiera.

mariajesusparadela dijo...

Primero: Yo pito al rey
Segundo: el chiste de los 25 años era De pa-ciencia. Pero como la la ciencia ya está avcabando Wert, en vez de reir. damos pena.

ROSA M. dijo...

Si no hubiera rey no habría copa y se eliminaría definitivamente el problema de encontrar estadio donde jugar la final y los pitidos, y que conste que me gusta el futbol!!!

Ico dijo...

Aquí en la final de baloncesto, al copa del Rey sería , no me hagas mucho caso no entiendo mucho. Sólo sé que vino el Reyecito este Felipe no sé cuántos y hubo una gran pitada general.. ¿Qué esperaba que lo aplaudieran??
Hay muchos que tienen ganas de cambios...