Terremoto y fracking

Ayer hubo una sacudida sísmica en Albacete, cerca de este enclave manchego se tiene previsto montar un cementerio nuclear, esperemos que bien diseñado, y, además hay aprobadas tres prospecciones petrolíferas  mediante fracking.

El fracking es una cata del subsuelo, a ver si tiene minerales fósiles, por el cual se inyecta a presión agua con otros elementos químicos, potencialmente peligrosos, que pueden contaminar pozos subterráneos de agua potable, por ejemplo, con la intención de fracturar la roca que permita obtener, si es que lo hay, que no suele dar resultado esperado, la bolsa de mineral fósil deseada.

¡Qué listo es el terremoto, que sabe de provincias y Autonomías!


En la costa de Tarragona y Castelló, mientras duró el fracking en la plataforma de gas que ACS tenía en el mar, se registraron cientos de movimientos sísmicos, algunos preocupantes. Se luchó mucho para que ACS, con el millonario merengue Florentino Pérez a la cabeza, dejara de "frackear" el subsuelo marino para sacar gas.

Pero no es sólo el fracking lo que preocupa. La pasta que mueven las grandes infraestructuras, como las de las grandes energías, tampoco tiene reparos en presionar a las autoridades para que aprueben la creación o ampliación de pantanos en zonas inestables. Desde que se procedió al llenado del pantano de Itoiz, en la zona se han venido registrando numerosos terremotos que acojonarían a cualquiera que viva río abajo.

Una habla de lo que conoce. Lo del pantano de Itoiz y lo del pantano de Yesa lo oye continuamente a vecinos de la zona. Yesa, entre Navarra y Aragón, es un pantano construído hace años por el ingeniero y exjugador del Real Unión de Irún, René Petit. Petit manifestaba en 1983 que él no ampliaría el volumen del pantano, que era peligroso. No hicieron caso al ingeniero francés y, con la ampliación, los movimientos sísmicos en la zona, se han acrecentado.

El temor que hay río abajo, en Zaragoza, de que, debido a la inestabilidad sísmica llegue a ocurrir lo que ocurrió con la negligencia del pantano de Tous, que se llevó a media Alzira por delante, no deja tranquilo a nadie, excepto a los dueños de la explotación hidroeléctrica, que viven bien lejos.

Sentir la tierra agitarse a tus pies asusta y el fracking aumenta las posibilidades de sacudida, amén de arriesgar contaminaciones de manantiales por la mierda que inyectan para extraer petróleo. Si encima vivimos en un lugar donde chocan las placas africana con la europea, y por eso tenemos estas montañitas tan altas (Sistema bético) en Andalucía Oriental, de Cádiz a Almería, y enfrente el Atlas magrebí, y por el norte, los Pirineos, que también surgieron del "empuje", habría que tener en consideración las alertas que se dan con respecto al fraking, que no es un juego de niños.