Tengo un bló

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Tmeo, la mejor revista de humor

miércoles, 3 de marzo de 2021

¡Que se besen, que se besen!

 El viernes pasado nos fuimos de boda. Se casaban los cuñados, más por los papeles que por otra cosa, como la mayoría de la gente de hoy en día. Llegamos al juzgado vestiditos algo más elegantes que un día cualquiera, lo cual es bastante inquietante porque te pones a leer las pantallas y ves que la mayoría de los actos son juicios por desahucio, divorcios, faltas...Hasta la letrada oficiante se estrenaba en esto de leer las partes oportunas del código civil a los novios, porque nos confesó  que ella, normalmente, se encarga de un juzgado de lo penal.

La boda fue muy simpática, con risas, aplausos y más de una lagrimilla. Y, cómo no, después de la boda, una celebración familiar al límite de aforo y con horario para acabar el banquete por las restricciones del momento. Nos sentamos a la mesa que nos corresponde porque tenemos el nombrecito en el plato y miro la sala. Aparte de los novios y mis suegros, ambos con libro de familia expedido, mi pareja y yo somos la única unión casadera estable sin matrimoniar. No contamos al sobrino y su novia de los últimos tiempos. Así que susurro al oído de mi pareja algo así como "me parece que nos van a endosar los muñequitos de la tarta", lo cual no sería demasiado adecuado ya que nosotras no somos una pareja heterosexual. Ella me dice "Tranquila, que seguro que ni se han acordado".

Y en esto que los novios salen, muy guapos de la manita y les veo con un objeto en la mano mientras suena una melodía alegre y festiva. Se pasean entre las mesas y yo ya sé de qué se trata  mientras coloco mi mano para taparme los ojos. Los novios, alegres y sonrientes nos plantan unas muñequitas de boda sobre nuestra mesa. Mis temores, fundados. "¡Que se besen, que se besen!".


¡Vivan las novias!


Y así la familia nos aplaude después de "obligarnos a subirnos a la silla y besarnos". Menos mal que la silla ha aguantado mi peso, porque si no, me descalabro. Alegría, risas, algún llanto emocionado, brindis, baile...Un día precioso que nos hacía falta ya que, este año no ha habido navidades, cosas de la epidemia que nos asuela.

3 comentarios:

Emilio Manuel dijo...

Pero... ¿todavía se casa la gente?.

Mi nombre es Mucha dijo...

Encantador el relato

Robin dijo...

El ritual de firmar papeles pase, pero el convite subsiguiente no tiene perdón de Dios... No me gustan nada porque se sigue manteniendo cierto ambiente decimonónico que no hay manera de superar.