Si no fuera por ella todo sería un sindiós. Se asomaba al balcón de su casa y vigilaba impertérrita con la bata bien ceñida, los brazos cruzados y el gesto adusto. Si veía pasar a alguien comenzaba a increparlo de manera desaforada. "¡Vete a tu casa!", "¡Nos vas a contagiar a todos!", "¡Vergüenza debería darte!", "¡Estoy llamando a la policía y ojalá te pongan un multazo!". Ella no sabía si iban a la farmacia, al médico o al trabajo. La parada del autobús estaba en la esquina. A ella le daba igual. ¿No estábamos en confinamiento? Pues todos o nadie, aunque pasara por debajo la enfermera que iba a hacer turno al hospital.
A las ocho, como marca el precepto, salía a aplaudir, sobria, sin alardes. No participaba del jolgorio de sus aburridos vecinos de calle pero tomaba nota mental de que la del 4º B de su bloque no salía a cumplir, ni los jóvenes que vivían encima de la panadería. Esos tampoco salían. Ella los tenía bien fichados. Parejita joven que no paraban en casa antes de la alarma sanitaria y ahora le constaba que estaban dentro, pero no salían a aplaudir. "¡Qué falta de humanidad!", pensaba ella, "habría que denunciarlos".
Peor era lo de la chica del piso de encima. Cajera de supermercado. Esa asquerosa todos los días yendo y viniendo a trabajar. "¡Seguro que nos traía alguna porquería al portal! Y no le importará tener dos criaturas en casa a la muy inconsciente", rezongaba chasqueando la lengua. Porque en el supermercado hay mucha gente, que lo veía ella cuando bajaba a comprar su pechuguita de pollo, sus tomatitos y su barra de pan. Pero una vez cada dos días ¿Eh? y nada de entretenerse. Porque ir al súper es necesario, pero ella no veía la hipocresía entre su necesidad alimenticia y la obligación laboral de la vecina.
¡Mira la vecina del 3º, la cajera, seguro que nos trae el virus a casa!
Ganas de escribirle una nota para que se fuera a vivir a otro lado no le faltaban, porque el trabajo de esta chica era un peligro para los demás ¿Es que no lo veía nadie? No había más que mirar las noticias de la tele donde salían esos señores tan serios hablando de contagios y muertes con esos hospitales de campaña y esos sanitarios vestidos de astronautas y todos esos féretros. El gobierno seguro que nos está engañando, que lo dicen continuamente en la tele. Mejor quedarse en casa y no como esos inconscientes que iban con el carrito a comprar o a pasear el perro. A ella no la engañaban; seguro que estaban paseando el virus por todas partes. Si lo sabría ella que los veía a todos pasar con ojos censores.
Marco
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Aitor Arregi y Jon Garaño me parecen dos buenos directores, tanto cuando
trabajan juntos como por separado. La única película suya que no me gustó
fue Han...
Hace 2 semanas
4 comentarios:
Esos y muchos más son los que dicen las encuestas que están haciendo subir al PP y a VOX. Me cago en la pena negra.
Quid pro quo: quedaros con sus caras y cuando vayan al hospital, agua de Carabaña.
Además, aplauden todas las noches solo para que les vean hacerlo pero luego se quejan y echan pestes de que los sanitarios cuando hacen huelgas para defender la sanidad pública.
Veo que Emilio Manuel ya ha dicho lo que yo pensaba...y me da miedo pensar que el imbécil de Sánchez sea defenestrado y substituido por esa panda de criminales de PP y VOX...porque vivimos en un país de ignorantes/incultos que se creen libres de toda culpa y censores de la moral ajena.Y lo peor es que esta situación no nos va a volver más humanos, ni de coña.
En mi barrio la hora de aplaudir es un jolgorio, del que no participo porque me parece una pantomima.Mejor sería inundar de pancartas los balcones exigiendo mejoras salariales y condiciones dignas para todos,y en cuanto se pueda echarse a la calle a luchar por los derechos amputados,pero eso ya...es otra historia.
Una abrazo.
Núria, de titeres sin cabeza.
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