Tengo un bló

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Tmeo, la mejor revista de humor

martes, 4 de diciembre de 2018

Comicios y batracios


¿Y a quién le pilla de sorpresa? La izquierda, si es que existe alguna con cierta fuerza, se ha dado un batacazo en Andalucía y la derecha sube como la espuma. Hay gente que se sorprende. No entiendo el  por qué. Llevan años dando publicidad a los necons de ciudadanos y desde hace no mucho se ha empezado a tomar en serio a los fascistas que se apiñan en  vox. Se los ha publicitado y se ha hablado de ellos, para bien y para mal, haciendo que a la gente le suene, los curiosos se les acerquen y los incautos les crean y les voten. Y esto es lo que ha pasado y que volverá a pasar. Es la democracia. Hay que joderse.

No es nada nuevo. Es una situación calcada de la Europa desangelada de hace noventa años. La gente vive triste y con miedo: miedo a perder el empleo, miedo a los impuestos, miedo a los sueldos de mierda, miedo a los desahucios…Y algunos listos desvían la atención de los verdaderos culpables de la situación (El gran capital) a otros desgraciados que lo son más que tú. Ese extranjero que se queda con lo que es tuyo (Mentira, por cierto) y esos que quieren romper la unidad indivisible de la patria que existe desde siempre y si no preguntadles a los diplodocus. El desencanto y el miedo se funden en el odio que gestionan como nadie los nuevos mesías que vienen a salvarnos. Ya ni nos importa que utilicen formas agresivas que atentan contra el más débil y, encima, les importa una bosta. Ellos crean la dificultad para darnos luego la solución. Y los borregos les votan como lo que son. Pero es la democracia y hay que tomárselo con "fair play".



Así pasó con el auge del nazismo en Europa y así pasó ayer en Andalucía. Vox pisando fuerte, y a galope, por la campiña andaluza para luchar contra la inmigración que llegó de manos de empresarios sin escrúpulos que no encontraban mano de obra por la miseria que ofrecían y no tuvieron reparos en ofrecer trabajo por el norte de África. Y, lo que son las cosas, esos empresarios sin escrúpulos que mantienen de manera infrahumana a sus trabajadores de miseria son los que financian a gente como la que conforma Vox. Lo cual es paradójico e hipócrita a la vez.

Y ahora, queridos míos, tal y como están las cosas, que sepáis que mucho tienen que cambiar las tornas para que esta caterva de fachas no sume tantos votos en las próximas generales como para conformar gobierno. Los medios de comunicación llevan años trabajando para que el electorado trague con ellos, a pesar de ser su enemigo ideológico, en el sentido de que no trabajarán para la clase trabajadora, sino para la alta, no trabajarán por la igualdad de derechos para las mujeres y no trabajarán para la gente que habiendo nacido en otros lugares contribuye para levantar el país como lo que son: parte de nosotros.

Van de nuevos, y no lo son, van de salvapatrias y copian a Trump.

Y pasará, porque llevan años aborregando al personal con “el único enemigo es el emigrante, Catalunya o los que se sacan los mocos en la bandera”, mientras nos racanean los sueldos, nos pudren la sanidad,  nos menguan las ayudas sociales y aún nos hacen creer que la culpa es de gente que ni tiene el poder de arramblar con todo. Aún habrá incautas que voten a estos supremacistas misóginos que te quieren en casa con la pata quebrada, sin derechos y volviendo a ser una persona de segunda.  Nos desvía la mirada esa gentuza de la extrema derecha y nos quieren llevar de vuelta al medievo.

Pero es la excelencia de la democracia, esa democracia que fascistas de otras épocas no respetaron. Tened en cuenta que estos aspiran al parlamento andaluz con el objetivo de deshacerlo. No quieren autonomías, pero se presentan para que les voten, y luego, eliminar sus instituciones del mapa y el que venga detrás que arree. Los andaluces que les han votado, igual no se han percatado de esto. Pero así funciona la democracia y ellos juegan en ella y hasta puede que consigan cierto poder. Cuando pase, que pasará, y estos sumen tantos votos que formen gobierno sí que lo vamos a lamentar. Y que la gente no se de cuenta...



2 comentarios:

Emilio Manuel dijo...

Hay un refrán que dice que uno se acuerda de Santa Rita cuando truena, bien, pues parece que ayer y hoy, mucha gente, al ver los resultados se han cagado por las patas abajo y están habiendo manifestaciones importantes en contra del avance de la ultraderecha, me temo que muchos de esos manifestantes, el domingo, se quedaron en casa con intención de castigar a la izquierda, una izquierda que tiene mucha culpa de esos resultados y que ya venia viéndose desde hace algunos años. Susanita es pura derecha.

Esti dijo...

Totalmente de acuerdo con Emilio, mucha gente prefiere quedarse en casa antes que votar a un partido que no le acaba de convencer. Podría hablarse mucho del tema: si es pasotismo, falta de confianza en las instituciones o que hay muchos votantes que están esperando a un partido que piense exactamente como ellos y, como no lo hay ni ellos lo van a fundar, pues se quedan en casa. Esperemos que lo que ha pasado en Andalucía sirva para que los que se quedaron en casa, fuera por pereza o por cualquier otro motivo, la próxima vez muevan el culo.