Pero tanto empecinamiento tertuliano, tanta declaración de barra de bar, tanto enfrentamiento de sobremesa familiar y tanto cruce de improperios-argumentos escolares entre combativos usuarios de RRSS demuestra que en este Estado-nación, las sucesivas reformas educativas han logrado grandes éxitos en convertir en adoquines adoctrinados a la ciudadanía que se tragó estas enseñanzas tan manipuladas. Puestos a pensarlo, pocos saben que hace apenas 40 años, en 1975 Marruecos ocupó la muy provincia española del Sáhara Occidental. Por aquél entonces, mientras los buitres -en sentido literal y figurado- sobrevolaban el palacio de El Pardo, algunos próceres, de guardia, del antiguo régimen no se mostraron tan dispuestos a sacar los tanques a la calle, pero esto es otra historia, que ya me estoy desmadrando.
¡¡Al turrón!!
El primer rey de España, así titulado, y desde el pobre este, todos los demás, fue Amadeo palito de la casa de Saboya, que reinó desde 1870 hasta 1873. Ni siquiera reinó tres años. Al pobre lo eligieron en el concurso "¿quién quiere ser monarca?" junto a otros postulantes de la rancia alta alcurnia europea.
Había uno, príncipe alemán, llamado Leopoldo Hohenzollern-Sigmaringen, que con el gracejo castizo fue rebautizado como "Ole ole si me eligen". Él no fue elegido, pero su retoño llegó a sentarse en el trono de Rumanía.
Luego estaba el intrigante cuñaaaaaooo de Isabel II, a la que los militares de la revolución gloriosa habían mandado a hacer puñetas. El cuñaaaooo era Antonio de Orleans, que deseaba con ansia febril ser rey a toda costa y cuentan las malas lenguas que tuvo mucho que ver con el asesinato del general Prim, cosa que ya conté en un capítulo anterior. Prim era el máximo valedor del pobre rey electo, Amadeo I.
Al nuevo rey, italiano, la nobleza proborbona le hizo feos desde el momento que llegó al trono. En el entretenido libro "pequeñeces" del padre Coloma, se cuentan los desprecios que una cuadrilla de holgazanes de alcurnia se dedican a hacer al italiano coronado.
Harto de encontrar trabas en su reinado, se cuenta que Amadeo, pidió un vaso de grappa, redactó una abdicación sin el beneplácito de la cámara de diputados, agarró a su familia y se plantó en la embajada de Italia más que harto de los españoles. Aunque se le supone su lógico deseo de dedicar un sonoro "vafanculo tutti", fue lo bastante elegante como para despedirse con mucha educación, viajar con destino a Turín y olvidarse de la aventura de ser un rey en un país hostil.
Amadeo I tuvo el ¿honor? de ser el primer rey de España, no de las Españas, como hasta entonces, ni de los reinos de Castilla-León-Aragón-Navarra-Ultramar etecé, etecé. Esto no se explica en los colegios, no sea que se deslegitime algo que se tiene sacralizado, pero, los Estados modernos, como mucho, tienen 200 años o poco más. La mayoría de Estados-nación fueron consolidados en el siglo XIX y España no fue menos. Hasta que la industrialización no fue importante en estos lares, no hubo estructuración del comercio interno y hasta había aduanas para pasar de un reino peninsular a otro, y no me refiero a Portugal, precisamente.
La tan cacareada unidad de España es cosa del siglo XIX y de la industrialización. Eso trajo el movimiento obrero y el movimiento nacionalista. Todo tipo de movimiento nacionalista, el español, incluido. Los del PP tienen a Cánovas del Castillo como el padre de la España moderna, o mejor dicho, de la creación de España como estado único. Cánovas, que justificaba las colonias de ultramar diciendo que los negritos no eran capaces de gobernarse por si solos, y es que el racismo en aquella época era moneda corriente. Pero todo esto no se explica en las escuelas, no sea que alguien se de cuenta de que las formas de Estado no son eternas y las de gobierno, tampoco. Mientras sigan con la idea equivocada de "unidad de destino en lo universal", servirá como comodín para broncas en las RRSS con la idea de imponer esta ¿lógica? basada en la inexactitud.
La confección interna de España, sobre todo, a partir del XIX, se movió más que un ratón ante una escoba. Podéis verlo aquí.
Y mientras nos hacen mirar para otro lado, ¿Algún incendio nuevo que queme procesos contra la corrupción?
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