El fascismo que viene

Por las noticias que leo últimamente no deja de rondarme la idea de que vamos irremediablemente hacia un futuro político muy feo, y no, no estoy hablando del referéndum torpedeado del 1 de octubre, es bastante más grave, aunque los medios nos den la matraca con lo contrario.

Las épocas de crisis económica conllevan a crisis sociales en donde se contempla toda la fealdad del ser humano que se comporta de manera egoísta y grosera. No estoy segura de que lo que llevamos arrastrando desde el 2008 sea verdaderamente una crisis, sino un designio desde el poder para hacernos borregos sumisos, pero da igual, porque el resultado, satisfactorio, es el mismo.

Dando la cara frente a los fachas suecos

Ese es el caldo de cultivo en el que se guisa el triunfo de los postulados de la extrema derecha. ¿La extrema izquierda? ¿Pero alguien, salido de los medios de comunicación "fachadirigidos", loe encuentra por alguna parte? La extrema derecha, con el descontento y la ignorancia bien fomentada desde las nuevas tecnologías, ve como va ganando fieles adeptos. Cada vez hay más pobres, desheredados de todo, que abrazan el ultraderechismo con fe fundamentalista. Las bases de la revolución fascista y todos contentos porque su poder estriba en la jerarquía y las acémilas están encantadas de tirar del carro a cambio de un poco de forraje y un establo.

La Europa fascista reverdece

Si la derecha ya gana de calle en esta "culta" Europa, con jóvenes de brillantes estudios en económicas que imponen el despido guay (para el empresario) en sus políticas ultraliberales, como Macron, la ultraderecha se sube al carro con las mismas ideas ultraliberales y con un discurso enfurecidamente fascista, como Alice Weidel, que no se como tiene el cuajo de vivir en una constante contradicción.  Así viene la juventud facha que dominará el mundo: Criada entre algodones, con carísimos estudios y sin un ápice de humanidad.

Y no sólo es que en la "culta" Europa nos levantemos hoy con que la ultraderechista AFD suba como la espuma cervecera en Alemania, lo hiciera hace nada en Holanda, en Austria, en Bélgica, y, sobre todo, en Noruega. Su éxito populista viene dado por el miedo que nos insuflan con la islamización, las oleadas de inmigrantes que llevan más de 40 años viniendo, pero hasta ahora, por lo visto nadie se había fijado, y las putas guerras fomentadas por esta hipócrita Europa.

Atosigando la convención de Podemos en Zaragoza, ayer

Y, claro, no podemos dejar de mirar a los EEUU y su fascista "America first". Trump, el que tuitea insultando a los afroamericanos que no cantan el himno porque protestan por el racismo sempiterno de la policía, que amenaza descerebradamente a los países que no hacen cola para mamarle la misma.

Orgulloso de la tradición más rancia 

Y ¿Qué me decís de España? Ese país que expulsa a un embajador para quedar bien con Trump que ni sabría situar este país en el mapa, y Corea del norte, tampoco.  A los españolitos se les adoctrina a base de "mira qué malos son los catalanes", mientras se les racanea curro y sanidad, y se fomenta el revisionismo histórico del franquismo. Los fascistas españoles cada vez son más y se saben amparados  y están dispuestos a repetir la historia, y, lo peor de todo, es que esa fuerza de base que lo desea está nutrida por numerosos nietos de vencidos que no tienen ni puta idea que lo son. Estas son las excelencias de nuestra política educativa, que crea adoquines adoctrinados.

Me ha quedado un pelín largo. Es lo que pasa cuando se escribe sin orden ni concierto y, mucho menos, sin flitro. Perdonad el rollo...si es que lo leéis. Esto es lo que viene, por desgracia, si llegáis a ver el final ya me lo contaréis, por ouija, por ejemplo.