Tengo un bló

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Tmeo, la mejor revista de humor

martes, 18 de julio de 2017

Matando San Sebastián

Mi hermosa ciudad se está convirtiendo en un remedo de esa Barcelona exclusiva para turistas donde se mira con desprecio al vecidario local y no se le tiene en cuenta para la vida cotidiana. Pero Barcelona es una gran ciudad y Donostia no llega a los 200.000 habitantes. La masificación turística mata las ciudades. Sí, claro, da mucha pasta a los interesados de seguir jodiendo a los residentes, pero prostituye los corazones de las ciudades.

El turismo desproporcionado mata la ciudad.

Una ciudad preciosa, con gran hermosura, una calidad alimentaria estupenda y grandes expectativas. Se están edificando una decena de hoteles por la ciudad. Algunas monjas han vendido sus edificios conventuales del centro de la ciudad por muy buen precio a cadenas hoteleras. Todo es poco para el turismo. Pero ahí empiezan cosas raras como el AIRBNB que se dedican a hacer caja como intermediarios entre alguien que presta un piso y turistas que pagan la estancia. No sé si esa actividad paga sus impuestos como les toca a los hosteleros, pero lo que sí hace es expulsar a los inquilinos residentes hacia las poblaciones de alrededor, y convierte las comunidades vecinales en lugares donde tener que soportar turistas incívicos a cualquier hora del día y de la noche en tu propia casa. Porque la ciudad es para los turistas, el resto que se vaya a la comarca. Asqueroso, deleznable y vomitivo, pero a los que mandan en el lugar, como hacen caja, no les importa una puta mierda. Es más, ahí va otra.

Edificios particulares convertidos en negocio hotelero

El ayuntamiento, con ese concejal que se dedica a burlarse de los sin techo, y no voy a hacer elucubraciones, está planteándose poner una tasa turística, como hace Catalunya, según ellos, para fomentar "el turismo de calidad".

¿Para qué alquilarte a ti todo el año, si por fechas sueltas gano un pastizal?

Que la gente deba pagar un euro o dos por persona y noche con el único afán de lucrarse no veo en qué va a aportar calidad a nada. Un impuesto, además, que se ve obligafo a cobrar el alojamiento pero que luego recauda el ayuntamiento. En Catalunya lo hace la Generalitat y es para cosas taaaan importantes como ¿Para dar una ayuda a los que lo pasan mal, que son tantos en esta, nuestra comunitat? Nooo, qué va, para que se pueda celebrar la Fórmula 1 en Montmeló para ir a ver a los millonarios de la velocidad. Oh, ah, qué bien se queda una con las ayudas a los desfavorecidos.

Negocio algo sucio

¿Y este ayuntamiento donostiarra que se está convirtiendo en una empresa de venta de souvenirs locales para el inversor extranjero que se lo lleva fuera, de qué calidad habla, de la de su cuenta corriente del pelotazo?


6 comentarios:

Emilio Manuel dijo...

No solo Barcelona o San Sebastian, también aquí abajo, en Granada, está ocurriendo algo similar, pero ¿que me cuentas de Ibiza?, donde no se pueden cubrir plazas de funcionarios en hospitales, juzgados, o..., durante los meses de verano debido a los precios de los alquileres durante. Con el turismo barato se nos está yendo la olla, de todo esto solo se benefician unos pocos, porque lo que son los trabajadores y sus salarios, nada de nada.

Saludos

Juli Gan dijo...

Pues lo de Ibiza o Menorca es verdad, de Granada, ahora que lo dices, la verdad es que no conozco su realidad, sólo he estado como turista, jejeje. Estamos destrozando las poblaciones en aras de sacar tajada económica con el turisteo masivo y, como a los que más beneficios da están en connivencia con quienes gobiernan, la cosa va a peor.

José Manuel dijo...

Aqui en el sur pasa lo mismo, o peor aún. Yo he vivido en Marbella y ahora cerca de Ronda, en el interior de la provincia de Málaga. Y el turismo está desbocado, turismo masivo que produce enormes ganancias para unos pocos, y grandes perjuicios para esos trabajadores super explotados y mal pagados. Y también para los residentes, que tienen que aguantar atascos, que no pueden pasear tranquilamente por calles repletas de sillas y mesas...
Y lo peor es oir a politiquillos decir la cantinela de que el turismo masivo crea riqueza y empleo...riqueza para cuatro, y subempleo para los "afortunados" que consiguen trabajar.

emejota dijo...

Me dejas con el corazón partido. Vivimos un proceso social destructivo en aras de un futuro, ya presente, deleznable para los antiguos moradores de un pasado mas o menos reciente. Me pregunto hasta qué punto los individuos "inocentes" somos responsables, por avidez, desconocimiento o comodidad. Triste para mi lo que cuentas por motivos que conoces bien. De todos modos conviene huir de aglomeraciones por principio sobre todo a partir de cierto nivel de madurez, no mencionaré números.

Desbordamientos Puntuales dijo...

Buenísima reflexión, Juli. Está claro que el valor que impera en esta sociedad es el de lucrarse. Y, ¡ay de aquel que no lo haga!; lo mínimo es considerarle medio tonto. A mí me indigna también el caso de los piso que muchos particulares comprar a los bancos. Se creen que están comprando gangas sin querer ver que esas viviendas pertenecieron hace dos días a familias desahuciadas. Pero, oye, si me puedo ahorrar unos duros, que se pudra mi vecino. Un besazo.

Juli Gan dijo...

José Manuel: Tienes razón, a la gente se le aborrega diciendo "genera empleo" ¿Qué empleo, de 6 meses de camarera doblando turnos por 600 €, o de moza de hotel explotada porque hay que hacer las habitaciones a batalla? Es una exageración insoportable, Que la gente viaje está bien, pero eso de gentrificar, masificar, ponernos como putos borregos en hoteles de 500 habitaciones para hacer balconning con el alcohol incluido en las habitaciones o alquilar un piso para que los turistas follen en las escaleras o se pongan a gritar en el portal, está desmadrado.

Emejota: Es un mercado en expansión. La gente viaja porque en su tiempo libre de la realidad asfixiante es una huida. Pero se sobreexplota. La costa, la montaña, las ciudades...En cuanto a esa ciudad del norte que tan bien conoces, como ya no hay por qué continuar con el boicot publicitario de la violencia (A mí me llegaron a preguntar si iba segura al colegio, como si esto fuer una guerra) se ha pasado a lo contrario. Explotemos el turisteo de manera irracional. Ya hay intenciones de cargarse la fiesta popular de semana grande porque DEBE VOLVER a ser fuegos, helado (Ya hay una heladería en cada esquina) y concierto insulso y estafador de los 40 insoportables en Sagüés. Nada de abordajes piratas y fiestas en "la Flamenka" del muelle. Eso es de barriobajeros y vendemos la ciudad a los pijos de hoteles de muchas estrellas y cenorras en Arzak o Akelarre.

DESBORDAMIENTOS: La de los pisos es otra. Somos como borregos. He oído de brasileños que se han comprado varios pisos en San Sebastián y los pagan realquilándolos. No son millonarios (A este paso, lo serán), pero consiguen ayudas, subvenciones porque no curran. ¿Y para qué lo necesitan, si viven de las rentas que les permite ir a por otro piso y facturar? Los bancos venden sus pisos ejecutados y negocio-chollo. Y no sigo porque ya me dicen que me está cambiando el carácter.