Tengo un bló

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Tmeo, la mejor revista de humor

martes, 21 de febrero de 2017

Etología gallinácea

Hay que ver los raticos buenos que me tiro mirando las gallinas de T. Tiene unas cuantas gallinas debajo de mi ventana. Las hay de todos los colores: blancas, manchadas, coloradas y negras. Algunas de ellas son verdaderas acróbatas y se suben por el árbol que pega a la caseta para encaramarse al tejado. Desde su atalaya lo miran todo y, muchas veces, vuelan esos pocos segundos que pueden, aleteando frenéticas, para colarse en el huerto de al lado a buscar comida, sobre todo, lombrices.

Gallinas similares con gallo lustroso al fondo

En un grupo de gallinas no ha de faltar el gallo y T tiene dos. Está el gallo titular: Negro lustroso, de cresta roja y cuello bermejo, que se infla todo orgulloso para lanzar su canto de macho dominante y luego hay un gallito joven, blanco con manchas marrones que está creciendo muy rápido y que ya hace de las suyas. Cada vez que acecha a una gallina el gallo viejo sale disparado a atacarlo. El gallito joven monta a la gallina, cosa rápida porque un polvo gallináceo dura un par de segundos, y el gallo alfa, va como una flecha a atacar al macho advenedizo que le disputa las hembras. Está ágil el gallo joven, porque después del polvo furtivo tiene que salir pitando si no quiere que el gallo titular lo ataque. El gallo joven se pasa el día huyendo de la vista del titular y beneficiándose, a escondidas, cuando puede, a las gallinas que se encuentra.

Dentro de nada T tendrá que separarlos. En cuanto el nuevo gallito crezca del todo, no hay solar suficiente para los dos y sus riñas por controlar a las hembras.

4 comentarios:

Emilio Manuel dijo...

Me gustaría saber porqué se les dice a las gallinas que son unas guarras, lo digo por el refrán, cuando en pepitoria están de muerte.

Saludos

Esti dijo...

Las gallinas son animales terribles... En la casa de una amiga, en pleno campo, apareció un día una gallina con varios polluelos, que se había escapado de alguna granja vecina. Los polluelos no eran pollitos adorables, sino gallos adolescentes, un poco contrahechos y sin haber pegado todavía el estirón. La gallina y los polluelos tenían tanta hambre que cuando mi amiga dejaba fuera de la casa sobras para los gatos, ellos iban antes y se lo comían todo. Y cuando digo todo digo... HUESOS DE POLLO. Sí, las gallinas son caníbales.

Nosu dijo...

vaya, sí que estás distraída jaja con este espectáculo ogallináceo!

Antxon Rabella dijo...


Yo lo que pienso Juli, es que de ti se podrá decir lo que sea, pero gallina desde luego no. O por lo menos no una gallina al uso si lo tuvieras que ser.