A golpes con la realidad

Las redes sociales nos tienen entretenidic@s. Nos cuentan cosas muy chuscas de la realidad actual. La peña está mirando cómo sube la factura horaria de la luz, muy mansa. No digo lo que se me ocurre que se podría hacer con tanto consejero energético venido de la política (Sin violencia física hacia ellos) porque caería sobre mí todo el peso obeso mórbido de la ley, y es que si la violencia la ejercen los poderosos, es legítima, y si la ejercen los desamparados de la tierra, es un crimen. Vayamos a cosas más livianas.

Narcos golosos

Un hombre compra una lata de Nesquik en Zaragoza y le sale premio en el bote. Concretamente, cocaína. Siempre me he preguntado qué tendrían como componentes las bebidas de cacao instantáneo. Alucinadica. Me ha recordado la historia del Tojeiro, aquél gallego que se quejaba hace 25 años de que "echáronme "droja" en el Cola-cao".



Luego nos enteramos que al dueño del casposo bar Pepe, que es franquista, rancio y machista, un ayuntamiento del PP le va a dedicar una calle. Esto sólo pasa en España, donde a una chica a la que el franquismo le queda a una generación de distancia, le quieren meter dos años de cárcel por hacer chistes sobre la violenta muerte de un presidente de gobierno golpista que no dudó en asesinar y reprimir a la población. Eso sí, si un tipo casposo, en el que se han basado para crear el personaje de Mauricio Colmenero (Brindo por esos guionistas con chispa) que hace apología del machismo y del fascismo tiene una calle, cualquier cosa es posible.

No os perdáis la entrevista que le hizo Wolfgang Meier:



¿Luego, no os parece dañino que un montón de bastardos anónimos o llamados periodistas de líneas editoriales apestosamente rancias, como el pasadísimo de moda, Antonio Burgos, se dediquen a echar mierda sobre una difunta sólo porque no toleran, o envidian,  el estilo de vida que tuvo ella o su tío?

Como este último párrafo me ha dejado con un indignado mal sabor de boca, volvamos al tema de los polvillos en el cacao. Def con Dos y que te fagorishen. No en vano, a César Strawberry, su MC, lo quieren castigar por hacer uso de la libertad de expresión frente a los métodos fascistoides que usa el poder, y esto es intolerable para ellos, quizá porque saben que si la gente abre los ojos, igual se les acaba el chollo.



Para unos, el peso implacable de la ley, para que escarmienten, para otros, el laissez faire de la libertad de expresión. ¿Un país que no condena el criminal pasado fascista, esperamos que sea legal y democrático?