He tenido un sueño muy raro. Más raro es aún que me acuerde, porque casi nunca los recuerdo. Esto es que sonaba un piano incesantemente en una fiesta llena de esas que pasaba un mayordomo engominado ofreciendo ferreros Rocher, al jodido embajador-anfitrión no lo he visto. Y el piano daba la lata una y otra vez. Sonaba a Richard Clayderman. Busco el piano. Efectivamente, era el rubio insufrible aporreando el piano. Eso sí, era el Clayderman de los años 80, no el de 80 años que debe tener ahora, lustro arriba o abajo.
Y voy derechita hacia él con mi copica de cava, y me acerco, me sonríe, le sonrío, y cuando más concentrado está, cerrando los ojicos, echando su melenón hacia atrás, dándolo todo, voy y e cierro la tapa del piano sobre los dedos.
Pesadilla musical de los 80
¡Qué descanso, por Dios! Un sueño de la infancia hecha realidad en una noche entre sueños. Callar al pelmazo de Clayderman de un golpe. Creo que el hilo musical del curro me ha incitado a soñar esto.
Marco
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Aitor Arregi y Jon Garaño me parecen dos buenos directores, tanto cuando
trabajan juntos como por separado. La única película suya que no me gustó
fue Han...
Hace 1 semana
3 comentarios:
... el dolor más inhumano...
Has probado con Ludovico Einaudi? Lo mismo descubres que hay otros pianos que no son tan insoportables...
https://www.youtube.com/watch?v=3u-IMopPBa8
:-)
Mejor los dedos, Chris.
No soy un melómano, pero recuerdo al pianista haberlo escuchado mucho a lo largo de esos años a los que te refieres.
Un saludo
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