Tengo un bló

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Tmeo, la mejor revista de humor

martes, 25 de agosto de 2015

Travesía por Ulía (Trintxerpe-faro de la Plata-Basollua-Zurriola)

Aprovechando que en el norte no pega el sol de plano, porque siempre están las nubes como si fueran un vecino plasta pidiendo ingredientes de cocina, salimos de casa para bajar al puerto de Pasaia por la zona de Trintxerpe y decidimos subir a Ulía por la calle Pescadería. Accedemos a la montaña por las escaleritas de las casas colgadas de su falda.

Bocana del puerto de Pasaia con las lomas de Jaizkibel enfrente

Caminando, sin llegar a coronar el fuerte del Almirante, accedemos al faro de la Plata, que se llama así porque del lado del mar, donde domina una roca plana, que al reflejar la luz solar sobre su piedra mojada parece un peñón argentino (No, no canta tangos).

Llegando al faro de la Plata 

Del faro de la Plata, pasando por los acueductos y la fuente paseamos entre exuberantes paisajes salpicados por la furia marina.

Acueductos para la conducción del agua de hace 160 años

Me alegro de que se haya recuperado, cuando era cría, el paisaje, pasto de los incendios dejó aquello desolado. Ha mejorado mucho.

A la fresquita

La cala de Ilurgita, donde se bifurca el camino: O subes para Mendiola o sigues hacia Monpas. (Donostia y alrededores siempre tan gascona con su toponimia)

Bajando hacia Ilurgita

En vez de bajar hacia los acantilados, seguimos el camino que marca la ruta y que, de vez en cuando, la flecha amarilla que señala el camino de Santiago, porque, a pesar de que muchos crean que hay un único camino de Santiago, el francés, el de la costa es menos comocido pero tremendamente bello.

La flecha amarilla de la ruta jacobea

Hay infinidad de senderos y vericuetos. La próxima, hacemos la de los acantilados.

Verde y azul

En la bifurcación que dirige hacia la Kutraia, donde quedan los restos de defensa por si acaso entrábamos en la II guerra mundial con sus nidos de ametralladora y todas esas cosas.

Ruinas militares antiaéreas

Decidimos subir hasta lo alto de Ulía para tomarnos un aperitivo en Basollua.

Basollúa, un trago fresco mirando al horizonte oceánico

Y luego enfilamos, por el paseo que baja por la roca del ballenero hacia el molino, que nunca fue, para tomar la recta final de la travesía y bajar por el perdido camino del tranvía hacia Gros, por Zemoria.

Vestigios del ocio decimonónico

Pero antes de llegar a Zemoria, aún nos quedan un par de sobrecogedoras vistas.

Pasando por el borde

El día se ha levantado y el sol luce espléndido en la playa Zurriola, también conocida como Gros.

Y dejamos Ulía detrás...


Y paseamos por la playa.

4 comentarios:

emejota dijo...

Todo eso me suena. Ayy qué gran placer, croquetas (uno de mis platos favoritos) y caña incluidas.

Ripley dijo...

qué ruta más bonita . el verde de nuestra tierra es inconfundible,

Esti dijo...

Que ruta tan estupenda y tan completa: paisaje, monumentos, croquetas. Sólo le ha faltado algún bichito, un ciervo, una cabra, una vaca...

Esti dijo...

Que ruta tan estupenda y tan completa: paisaje, monumentos, croquetas. Sólo le ha faltado algún bichito, un ciervo, una cabra, una vaca...