Ya podemos explicar actos humanos en función de roles de cine y televisión. Los síndromes ya no son nombrados en base a quien los observa y los escribe en un libro. El autor ha dejado de titular síndromes humanos con su apellido y es ahora cuando bautizamos a estos síndromes con el nominativo de personajes del cine y de la televisión. Aquí uno de ellos, esos síndromes sociales, basados en caracteres de ficción.
El síndrome de de Stephen Candie:
En 2012 Quentin Tarantino filmó una peli con sabor a western en el que se explica la historia de un hombre negro que se rebela contra la esclavitud y va en busca de su esposa, esclava aún. Cuando Django, el hombre negro (Jamie Foxx), y herr Schultz (Christoph Waltz) llegan a la plantación del amo Candie Leonardo di Caprio), el que parece más molesto ante la situación que ahora os explicaré es Stephen Candie (Samuel L. Jackson). Stephen Candie es un esclavo negro, pero no os engañéis, es el esclavo que lleva la casa y a los esclavos a raya. Él sabe cuál es su lugar y cuál es el punto de debida obediencia que los esclavos deben sentir. Tiene muy claro qué nivel tienen los blancos y qué nivel tienen los negros, por eso se pone hecho una furia cuando ve llegar a Diango montado en un caballo que encima es de su propiedad. A Stephen Candie, el esclavo que por no tener, no tiene ni apellidos y ha recibido el apellido del amo, no es que no le entre en la cabeza que un negro pueda ser libre y que encima tenga posesiones, sino que, además, le parece ir contra natura y protesta por ello.
Stephen Candie va más allá del síndrome del tío Tom, ese síndrome del negro obediente que no desea rebelarse contra la injusticia y que sólo espera tener un buen amo. Vale, ese síndrome viene de la literatura y se comenzó a acuñar en los 60 del siglo XX cuendo se revisó la novela supremacista de Harriet Beecher Stowe, que por muy abolicionista que fuera, era una mujer blanca con sus ideas blancas. Volviedo a Stephen Candie y su síndrome, últimamente he visto mucho síndrome Sephen Candie en eso de odiar tanto a Irene Montero por haber sido ministra siendo de clase trabajadora.
Hay mucho obrerete que se ríe de su pasado de cajera y se alegra de que ya no sea ministra. No porque hiciera las cosas mejor o peor, eso da para otro debate, sino porque piensan, aunque callan, que para estar en la clase dirigente hay que venir de arriba. Ser un niño (Más que niña, claro) bien que ha estudiado en colegio de pago, preferentemente en esos que segregan por sexos y te muestran "camino" más leído que andado, que cursa ESADE o derecho en universidad de pago y si es en el extranjero, mejor. Puede ser un inútil, pero es de buena cuna. Los ministros de clase trabajadora de padres obreretes, de colegios y universidades públicas tienen que ser alejados de las carteras ministeriales. No es que los Estébanes Caramelos quieran ser ministros, qué va, lo que quieren es que alguien como ellos no lo sea.
Y ahí tenemos a humoristas haciendo chistes sobre las ofertas laborales a Montero, en el Carrefour, de cajera, que, por lo que dice Miguel Lago, nuestro Stephen Candie, es el trabajo que le corresponde por clase social.
1 comentario:
No conocia la oferta de trabajo que le hacia ese machirulo de comico, lo peor no es el, que seguro que es un tonto del culo, lo peor son las sonrisas de fondo, esas son las que luego van a casa y son capaces de hacer daño.
Saludos
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