Tengo un bló

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Tmeo, la mejor revista de humor

miércoles, 9 de diciembre de 2020

Mesas alejadas

 La empresa decidió a comienzos de noviembre que en el comedor de empleados ya no se puede socializar mientras te llevas a la boca el contenido de la fiambrera recalentado en el microondas comunal. Ya no puedes sentarte a la misma mesa de tus compañer@s porque es un peligro. También es un peligro compartir teclado, teléfono, grapadora y tampón o tocar las mismas teclas de todas las máquinas habidas y por haber durante el lento trascurrir de nuestras funciones laborales, pero, por lo visto, no es igual.

Almuerzo laboral triste en comedor más triste aún.


No es igual sentarte a comer en una mesa enfrente de otra persona que trabajar a su lado y que te coja la grapadora, el boli, tu auricular del teléfono, que toque tu silla, que te roce sin querer, que te de un palmetazo amistoso en el brazo por haber hecho cualquier chiste malo. No, no es igual. Y piensas todo esto mientras vas saludando, mascarilla en el morro, a toda la gente que te mira desde sus mesas individuales. 

Y te sientas a comer en tu mesa separada de los demás, quizá hagas un comentario levantando la voz a una compañera que entra y te saluda con la fiambrera en la mano. Mesas separadas, mesas alejadas. Hasta el aliciente de comer en corrillo, con cierta separación y sin levantar la cabeza del recipiente que contiene tu frugal ración de alimento ha cambiado con todo esto. Las cuatro naderías cotidianas que se comentaban mientras se vaciaba el recipiente reforzaban los lazos sociales y consolidaba empatías. Eso ya ha pasado a la historia, pequeña autómata.

Comer en silencio, comer separada junto a un puñado de individuos tan aislados como tú, cada uno aislado en su mesita, como extraños. Este sí es un mal de muchos.

4 comentarios:

dintel dijo...

Sí, se está entristeciendo todo. Pero creo que es la falta de libertad, la culpable. Las pandemias, tiránicas como siempre... (por echar la culpa a alguien).
Nota: Creo que algo me pasa, estoy escuchando Bee Gees. Sin comentarios.

Emilio Manuel dijo...

Aprovechando la coyuntura se está intentado crear un nuevo mundo más individualista e insolidario, hoy escucho en la radio un fuego, seguramente provocado, y los muertos que se han producido en la ciudad de Badalona con un alcalde fascista/racista al frente, mientras tanto en un campo de futbol por llamar negro, a un negro (no entro en la falta de profesionalidad de arbitro), se arma la de dios, pero no pasa nada cuando en la calle la ciudadanía loa a los nazis, a los franquistas hace manifestaciones racistas elevadas de todo (como la del alcalde de Badalona), aquí no pasa nada, no vayan a perder sus votos.

emejota dijo...

Pues dando gracias a que aún podamos comer para sobrevivir; los aparatos, léase chismes, robots, etc. no necesitan hacerlo.
Qué narices, un negro es así aleatoriamente. algo tan natural y definitorio como tener unos cms. u otros de altura, un sexo u otro, haber nacido aquí o allá, etc. El problema es cultural y económico, es decir propiciado por quienes detentan el poder a lo largo de la historia, en realidad quienes nos dejamos influir por dichas influencias históricas somos “las mayorías influenciables” incluida la intención del árbitro. Lo patetico y que nos define como especie es que quienes lo critican y propagan ignorantemente estén tan influenciados y cegados que opten por negar la mayor, es decir la necedad humana. Y esto va por todos los colectivos y por una sociedad que imita el funcionamiento del sistema digestivo. Así de claro. Ahora tocará buscar soluciones y pasan por “desbiologizar” nuestra especie. Gracias a la tecnología sabemos ahora lo que con nuestros cinco sentidos hubiera sido imposible. Y las políticas, como las religiones: puro soma grupal.
De otro modo de aquí a cuándo existiría blogger!

emejota dijo...

Por cierto la meta biológica es llegar a la ancianidad, verás como lo de la dolorosa distancia ( de la salud, de la fuerza, de la paciencia, etc. ) se incrementa de forma instintiva y natural. Solo que muchos se quedan enganchados por el camino en algún recoveco del tiempo y socialmente lo niegan porque están “programados socialmente “ para no reconocer que ya están caducos. Es por ello que su naturaleza los convierte en dianas de cualquier enfermedad. Políticamente ... imagínate lo peor y acertarás. Palabra de vieja revieja hasta las mismísimas narices de una sociedad que contribuyó a construir y que con gusto vomitaría, pero ya es tarde y solo puede cagarla!