Una terrible noticia me acaba de llegar. Una necrológica que
me comunica el fallecimiento de uno de los artífices de la música con la que me
nutrí en mi juventud, lo cual lo hace aún más doliente. Una siempre ve lejanas
las muertes de otros músicos míticos, sean del club de los 27 o de los
legendarios rockeros que se excedieron
con todo tipo de sustancias, y las ve lejanas porque, generalmente, son de muy remotas tierras, pero esta vez, no. Se nos ha ido Iñigo Muguruza, un músico tan cercano que hasta diría que es de nuestra propia familia.
Iñigo Muguruza, el bajista del mítico Kortatu, que dejaba ver su arte en las primeras notas del tema 9 zulo del disco "El estado de las cosas".
Guitarrista
en Negu Gorriak, después en el grupo costero Delirium Tremens y, de nuevo, bajista en ese combo caribeño maravilloso que
tanto me gustaba llamado Joxe Ripiau.
Después de una terrible enfermedad, por fin ha dejado de sufrir .
Goian bego, Iñigo jauna.
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