Tengo un bló

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Tmeo, la mejor revista de humor

miércoles, 19 de abril de 2017

"Dronde" las dan, las toman.

No hay nada como  relajarse tomando el arrullador sol de primavera. Tranquilidad vespertina en el acogedor refugio de la terraza de la propia casa. Las golondrinas haciendo acrobacias mientras limpian el aire de insectos, el calor del astro rey en la cara y el aroma de café perfumándolo todo.

Sin vecinos a la vista, y con el agradable calor de la tarde, apetecía quitarse la ropa, hacía tan buen tiempo. Así llevaba un rato, sólo con unas braguitas cuando empezó a oír un molesto zumbido. Un zumbido como el de un orondo moscardón empeñado en curiosear por un tendedero. Alzó la vista y lo que vio no era un insecto volador gordo sino un puñetero dron lleno de lucecitas y ventiladores. El aparato de control remoto zigzagueaba sobre ella. Irritada por el aparato, se fijó en él. Llevaba una cámara. Algún salido la estaba grabando dentro de su propia casa. Con determinación entró dentro de la vivienda. El dron se movió aún unos instantes encima de la tumbona vacía hasta que su dueño debió cansarse del aburrido espectáculo y se largó.

Pájaro de mal agüero

Ella volvió a salir y recuperó la horizontalidad en su tumbona al sol. Al poco volvió a sentir el exasperante zumbido del dron. Volvió a acercarse al comprobar, quien lo guiara, el cuerpo desnudo al que observar desde el aire. Con un rápido movimiento, de debajo de la tumbona, sacó una escopeta y le asestó un certero disparo al juguete electrónico que cayó al suelo haciéndose añicos.

Se oyó un grito en la quietud de la calle. El vecino de dos casas más abajo salió hecho una furia hacia la casa de la cazadora.

   -¡Mi dron! ¡Hija de puta! ¡Me has destrozado el dron! ¡Me lo vas a pagar!- gritaba exasperado acercándose a grandes zancadas a la casa de ella.

  - ¡Atrévete a exigírmelo, mamón! Estaba allanando mi casa a la par que tomaba imágenes de mi intimidad no autorizadas.

  - ¡Devuélveme mi dron!

  - Ahí va- gritó mientras lo lanzaba por el alféizar de la terraza.

El joven se echó las manos a la cabeza y se abalanzó a recoger los trozos descompuestos del dron.

  - ¡Esto no va a quedar así!

  - No, majo, denunciémonos. Tú a mí por disparar a algo que me amenazaba en mi casa y yo a ti por acoso sexual, a ver qué tal.

Los vecinos, levantados de la siesta, asistían al espectáculo aún con los ojos a media asta. No entendían muy bien qué eran aquellas voces en medio de la quietud de la tarde.

4 comentarios:

Esti dijo...

Espero que no esté basado en hechos reales...

Emilio Manuel dijo...

Ya han salido publicadas en la red fotos de mujeres ligeras de ropa, incluso practicando sexo, tomadas por drones. Tanto si es verdad, como si no, pegarle un tiro a ese objeto volador cuando te espía me parece perfecto.

Saludos

Juli Gan dijo...

Esti, no sé si ya se ha dado esta respuesta lógica que a tod@s se nos ocurre al ver un dron sobre nuestras cabezas. Al tiempo.

Emilio: Esa y pincharle las ruedas al quad del cretino que se pasea arriba y abajo a la hora de la siesta vacilando con su tubo de escape. (También se nos ha ocurrido a tod@s, Jijiji)

Nosu dijo...

Yo había pensado en un tirachinas porque no tengo una escopeta, pero me cargo el aparatejo sea como sea si me lo encuentro haciéndome eso.

Ahora sólo me falta una terraza donde tomar el sol en tetas jaja