Tengo un bló

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Tmeo, la mejor revista de humor

lunes, 10 de octubre de 2016

Portero 24 horas

Suena impetuoso el timbre del portero automático. Echo un ojo dormido al despertador. Son las cinco y media de la mañana. ¡Las cinco y media de la mañana de un maldito domingo de otoño!. ¿Quién llama a estas horas a casa de nadie? Me levanto con desazón, engancho las chancletas en los dedos y salgo a la terraza a mirar hacia el portal antes de nada. Encima llueve. Un sirimiri apenas perceptible. Y el telefonillo del portal vuelve a hacerse notar.

  -¿Quién es?

  - ¡Abre!

  - ¿Quién eres tú?

  - Vengo a (Farfullo ininteligible) ¿Me abres? -El por favor no existe.

  - No te abro. No son horas de llamar a nadie.

Menuda jeta le echa este tío. No estoy segura de que sea el nuevo inquilino del primero, un hombre magrebí, pareja de una oronda española. Si es él debería tener sus llaves, y si no, que llame a su pareja por teléfono, que lo tiene. Se ilumina en la calle, lo veo desde la terraza. Claro que no estoy segura de que sea él. Es un tío raro que no saluda nunca, siempre esquivo y la visibilidad de noche y en vertical no es nada nítida.

En el suyo no abren

Y el fulano vuelve a llamar. Si cree que voy a contestar está listo. Si le abro una vez este se va a creer con derecho a que le haga de ama de llaves todas las veces. Él, seguramente sea "él", y su pareja andan con un único juego de llaves. Que se guarde lo que vale una de las copas de esta noche de juerga para hacerse otra copia.

Me despierta de madrugada un domingo y me exige que le abra sin una palabra de cortesía sin decirme quién narices es. ¿Para qué coño se cree este tipo "tan amable" que existe un portero automático?

3 comentarios:

Emilio Manuel dijo...

¿Real o ficción?, a nosotros en casa nos ha ocurrido un par de veces, menudo susto.

Saludos

Juli Gan dijo...

Emilio: Real, real. El tío nos despertó a las cinco y media de la mañana del domingo.

Antxon Rabella dijo...


A mí nunca me ha ocurrido, pero hasta que he visto que era real (pues pensaba que era un microcuento) me ha divertido. No tanto, al saber la verdad. Son de esas cosas que hacen gracia cuando las cuentas dos días después, pero que te sentaría como un tiro ese día. Le tenías que haber hablado desde el balcón, aunque con lo que se oye, hasta te acusan de escándalo publico. Me queda la duda de si Él era él. Buenas semana Juli