Es la triste historia de un elegante hombre de frac que se despide del mundo una noche dirigiéndose al río para acabar con su vida. La sensibilidad con la que trata el tema Modugno es impecable.
Primero relata el silencio de la noche, la soledad, el detalle de su elegante vestimenta, chistera incluida. El elegante hombre vestido de frac va diciéndole adiós a las cosas y acaba en el curso del río.
Raimondo, el latin lover
La pieza es de 1955, se dice que está inspirada en el suicidio del príncipe Raimondo Lanza di Trabia, un aristócrata italiano que acabó con su vida a los 39 años, en 1954.
Nacido en plena primera guerra mundial, hijo natural de dos niños bien, fue reconocido príncipe gracias a las injerencias de Mussolini y el conde Volpi, el de la copa del festival de cine de Venecia. No les vino mal a los príncipes de Lanza el reconocer a este nieto, ya que de los tres hijos habidos sólo el padre de nuestro Raimondo sobrevivió a la carnicería de la primera guerra mundial y heredó todos los títulos a la muerte de su padre. Las coplas son cosa de Jorge Manrique.
Modugno interpretando Vecchio Frac
Con veinte añicos y hecho todo un camisa negra fascista, se apunta al Corpo di Truppe Volontarie (CTV) para ir a hacer el imbécil la guerra de España, haciéndose amigo del turbio Galeazzo Ciano. Siendo un niño bien salió bien parado del final fascista. Es más, consiguió hacer carrera diplomática y todo. Se dedicaba a viajar por medio mundo y a tener relaciones con famosas como Carrol Baker o Rita Hayworth.
Amante del fútbol y de los automóviles, no todo van a ser señoras de buen ver, fue presidente del Palermo de fútbol. Tuvo amiguetes como El Sha de Persia, Errol Flynn o Giuseppe Tomasso de Lampedusa, el autor de "El gatopardo".
Inspirador de canciones y libros. Éste, de su hija.
Las circunstancias de su muerte están enredadas en el misterio. Cayó de la ventana de un hotel en Roma. ¿Accidente, suicidio, homicidio? No se sabe. Su figura y su trágico final han inspirado hasta libros, y al bueno de Modugno una gran canción.
3 comentarios:
De lo que se deduce que la felicidad es otra cosa diferente a la fama.
muchas veces la vida de ciertos artistas está muy lejos de ser glamurosa. una historia triste..
Los músicos también son grandes escritores, gran post, saludos desde El Blog de Boris Estebitan.
Publicar un comentario