Voy a terminar odiando los martes de otoño. Casualidades de la vida,o más bien, de la muerte, mis dos padres han acabado falleciendo en sendos martes otoñales, lo cual me crea un conflicto, que no es tal, y es que yo también nací un martes de otoño, aunque, como es lógico, no me acuerdo. Así que tengo un nubarrón gris sobre mi cabeza, figurado y literal, por lo que veo.
Es de agradecer que no perdiera el sentido del humor ni siquiera cuando lo metían en la ambulancia, ya que le iba diciendo al sanitario que le pusiera el cinturón, no fueran a ponerle una multa. Se fue apagando poco a poco. Lo único que le oí decir con toda la fuerza que pudo es "no paséis la noche". La obsesión de no querer molestar.
Y los hermanos decidimos incinerarlo porque el cementerio principal de San Sebastián, aunque yo juraría que nos corresponde el de mi barrio, que para eso fuimos pueblo hasta el año 1939, ha habilitado unos nichos espantosos cuyos últimos pisos sólo se alcanzan con grúa.
Después de aguantar al nuevo capellán del cementerio, que es un tipo que sólo sabe hablar de sí mismo. Increíble con qué habilidad es capaz de virar cualquier cosa hacia su propia carrera vital, nos devolvieron al aita en un pote. Así que teníamos al aita, literalmente hecho polvo en el tocador de su cuarto.
Y el funeral, por la tarde en la iglesia de arriba. La de abajo, además de ¿celebrar? otro funeral, es demasiado pequeña. La plaza que alberga la iglesia tiene su taberna, allí acabamos antes y después. Es mareante encontrarte a la vez con tanta gente. Los compañeros del coro cantaron y ofició mi tío el jesuita (Hermano de mi padre). Estuvo contenido, lo cual se agradece, y recalcó cinco aspectos de mi padre que lo caracterizaban, sobre todo el sentido del humor. Volvimos a acabar en el bar, después de que el padre Javi, uno de esos curas que aún te hace congraciarte con la iglesia de base, me hiciera pasar al despacho para darle los datos censales y registrarlo en el libro parroquial.
Y lo despedimos en los parajes de su infancia, con unas emocionadas palabras de mi tío, el canónigo regular lateranense, y hermano de mi padre, junto a mis hermanos, mi cuñada, mi pareja y una prima del pueblo que no calla ni con la boca llena.
Paisaje familiar
Con cierta dosis de humo negro, que ya puedo decir que heredé de él, puedo afirmar que no nos detendrán por empujar a mi padre por un barranco, quizá sí, meternos un multazo, pero, shhhh, como no envíen a Grissom a estas alturas a buscar muestras.
Missing (Desaparecido)
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Me reencontré con esta peli a principios de agosto de 2024, en La 2 de
Televisión Española, cuando todavía no estaba apaciguado (¿lo está ya?) el
asunt...
Hace 1 día
11 comentarios:
En casa tengo dicho por activa y por pasiva, que una vez convertido en ceniza que me lleven o bien al mar o a la montaña, ¿y porqué no a ambos?, no se lo he puesto difícil ambas cosas no están muy lejos de casa.
Un abrazo.
El mejor descanso es formar parte de la vida. A la iglesia no le hace gracia porque se le acaba el negocio del "ne recorderis pecata mea, Domine", que cantado era carísimo.
El humor es algo que no debe perderse ni en el último momento, para que los nuestros nos recuerden con una sonrisa. Un abrazo, Juli.
Doble abrazo, Neska.
El humor puede vencer, si es usado correctamente , a todas las penas que se albergan en el alma. Espero que sigas teniendo mucho humor, como dices que tuvo tu padre, y venzas a los nubarrones.
Un abrazo.
Al menos el ánimo no te falta y me parece una buena forma de tomarte la situación con ese punto final de humor negro.
Un abrazo.
La vida no desaparece sólo se transforma y no se me ocurre nada mejor que la perpetua libertad que le has dado a tu padre,
Una abraçada Juli,
Un besazo
Me he quedado sin palabras. El humor negro también es característico de mi familia y eso nos hace sobrellevar mejor algunos momentos pero el trasfondo no deja de ser terrible.
Un abrazo fuerte.
El humor es sanador y más en situaciones de perdida. Un abrazo.
lo siento mucho.
un abrazo
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