Tengo un bló

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Tmeo, la mejor revista de humor

lunes, 22 de septiembre de 2014

Café de engranaje

Hasta para un triste café de máquina hay lugares y lugares. No es lo mismo tomarse un cafecito con sabor a engranaje, servido en vaso de plástico, con palito transparente, en la cuarta planta del hospital, que bajarte hasta los sótanos, cerca de las cocinas, donde cuesta un tercio más barato. Es el mismo café chapucero e instantáneo, sí, pero, por el precio de dos de arriba, te tomas tres abajo.

Edificio Arantzazu

No me sacudo la tristeza de vagar por los hospitales...Hasta que tenga que volver dentro de un tiempo indefinido, pero seguramente corto, y eso que no soy precisamente yo, que vivo lejos, la que se está comiendo todo el problema. Es insoportable el shock de sentimientos que se produce.

Y una se entera, al salir, que en ese momento quedaba ingresada una paciente proveniente de Nigeria con síntomas febriles, a la que, por si acaso es ébola, se dedican a precintar en un área protegida. Todos en cuarentena, paciente y profesionales sanitarios, si se da el caso positivo.


7 comentarios:

Emilio Manuel dijo...

Seguro que en el Congreso los cafés salen más baratos y son excelentes.

Como tu, no soy de hospitales, y efectivamente como ya estábamos pocos parió el ébola, más miedo en el cuerpo.

Saludos

ROSA M. dijo...

Ojala que de negativo y todo quede en los inconvenientes y un buen susto.
Es triste cuando conoces, y reconoces, las interioridades de un centro hospitalario. Mucho ánimo Juli, un petó.

mariajesusparadela dijo...

Que se quede todo en nada, Juli querida.

Lenteja dijo...

Ainssss... :(

Siempre suya dijo...

Ojalá lo único malo de los Hospitales fuera el café.
Que sea leve Juli,

Un beso

Olga dijo...

Es difícil mandarte ánimo por aquí. Las que tenemos suficiente salud para evitar los hospitales nos ahorramos un buen palo, sin duda. Que termine pronto y sea para bien, Juli, es todo lo que te puedo desear. Un beso.

Juli Gan dijo...

Gracias a tod@s por vuestras palabras.