Leyes a medida para quedar impunes

Y así, con un chascar de dedos, ha entrado en vigor la reforma de la ley orgánica de justicia universal. Una reforma aprobada por la mayoría absoluta del PP por la cual se ponen trabas e impedimentos a los jueces que estén llevando casos fuera de las fronteras del Estado, a pesar de que las víctimas o los presuntos criminales sean españoles. Y, como daño colateral, todo aquél delito que ha traspasado las fronteras, como llegar con droga desde aguas internacionales, se convierte en algo que ya no lo es. Narcos a la calle.

Las leyes se dictan a golpe de talonario

Esto da que pensar. Desde luego huele y mucho a imposiciones internacionales para que algunos estados poderosos no sean juzgados. Ni EEUU por asesinar periodistas en Irak, ni China por crímenes en el Tíbet, ni  dictaduras centroamericanas por asesinar intelectuales, ni genocidios en África o bandidaje en las costas de Israel a barcos de ayuda a Palestina. Al resto de españolitos que son víctimas,  pero en suelo extranjero, que les zurzan. ¿Qué les importa a los representantes bicamerales que han votado a favor de esta reforma el que hayan asesinado compatriotas fuera o que algunos se lucren vendiendo droga y no les pase nada? Ese no es su problema.

De un plumazo, y se supone que cediendo a intereses internacionales, el poder legislativo se impone sobre el poder judicial, para que luego os digan que hay separación de poderes, que va a ser que nunca la ha habido. Y así, de esta manera, los poderosos se blindan una vez más, mientras las víctimas menesterosas se quedan sin justicia.

Adivinad cuál es delito, si robar en un súper o matar 

Hala, la próxima, que lo sepáis, va a ser que robar en supermercados será delito con pena de prisión, pero colocar preferentes para robarles sus ahorros a ancianos con escasa formación, no.